En el año 2006, con ocasión de formarse la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas-CAOI, el intelectual de origen Portugués Boaventura Dos Santos dijo, El Cóndor vuelve a volar, para graficar el evento.
Nos habíamos amado tanto
Cuando Ollanta Humala, electo presidente del Perú decide ratificar a Manuel Velarde como Presidente del Banco Central de Reserva y nombrar a Luís Castilla, Ministro de Economía y Finanzas, la izquierda, los sectores progresistas y los ninguneados que habían contribuido a forjar su triunfo, enarcaron las cejas y un manto de dudas y desconfianza impregnó su piel. Pero cuando el 16 de noviembre del 2011 manifestó que el proyecto Conga iba si o si!, el sentimiento de engaño en algunos y de traición en muchos, se fue haciendo cada vez más fuerte y el rechazo y las protestas empezaron a difundirse. Conga se había convertido, en los últimos años, en símbolo de la resistencia contra el capital transnacional y minero depredador y rapaz.
No estamos hablando de cualquier protesta, de los centenares que en los últimos años se han producido en el país. Las últimas, de Conga y Espinar, han estado rebosantes de ira; una población beligerante que se siente traicionada por quien prometió justicia y defensa de sus derechos y hoy les da la espalda y defiende a los abusadores de siempre. Este factor subjetivo tiene que ser tenido en cuenta no solo para exigir una explicación de parte del presidente, sino también para dar cuenta de la virulencia del estado de ánimo de los reclamantes.
Los resultados de las últimas encuestas de junio evidencian una brusca caída de la aceptación del Ollanta Presidente. Cae 12% y por primera vez la desaprobación (49%), es mayor que su aprobación (43%). El divorcio entre Ollanta y los pobres que lo hicieron presidente alcanza dimensiones catastróficas y parece tomar un rumbo irreversible.
¿No hay mal que por bien no venga?
Desde los predios de la izquierda algunos analistas (S. López) sugieren que esta corrida de Ollanta hacia la derecha tiene como una de sus consecuencias la creación de condiciones favorables para producir el reagrupamiento del campo popular; Gustavo Guerra dirigente del partido Fuerza Social, afirma lo mismo en una nota difundida el 18.06.
Efectivamente, podemos estar asistiendo a una fase excepcional: del inicio del vuelo del cóndor. Entendiendo por tal la articulación del movimiento social popular-nacional de carácter amplio y diverso, que recupera sus raíces históricas y logra perfilar un programa socialista andino-amazónico como horizonte de sentido del actual proceso en curso. Esto es lo que produciría un avance cualitativo en la acumulación de fuerzas populares. Una condición importante para cristalizar este proceso es la legitimación de sus propias elites dirigentes, con mayor presencia de jóvenes y mujeres; la otra es el encuentro de los movimientos sociales y los múltiples y dispersos núcleos políticos partidarios remanente de la IU de los 80.
La definición programática de este reagrupamiento adquiere importancia primordial dada las condiciones favorables para desarrollar el proyecto socialista andino-amazónico, entendiendo por tal una propuesta de Estado Pluricultural y Descentralista. Estado que hace carne la savia de los pueblos andinos y amazónicos y los aportes del mundo criollo,fundidos en un crisol solidario y propositivo. La constitución política resultante de este proceso, resume los derechos y reivindicaciones fundamentales de estos pueblos. De su consagración deviene el Estado Pluricultural.
El inicio del vuelo del cóndor es posible y necesario
El debate sobre la definición del Estado que queremos organizar no tiene solamente un sentido teórico, de diseño. Está presente en las actuales luchas socio-ambientales que se vienen librando en los últimos años. Bagua visibilizó de modo excepcional las reivindicaciones étnico-ambientales, pero ya desde 1979, con la creación de la AIDESEP y, en años posteriores, de otras como CONACAMI y CAOI, los pueblos indígenas irrumpían en la escena nacional con perfil propio, buscando visibilizar la agenda de la diversidad étnica, defensa ambiental y pluriculturalidad que el mundo criollo, en su versión democrático-liberal o marxista- eurocéntrica, había excluido de la agenda política del país.
Las innumerables luchas socio-ambientales que desde la cultura criolla son vistas como luchas ambientalistas o ecologistas, para los pueblos andino-amazónicos expresan la vigencia de su cosmovisión que postula una relación hombre-naturaleza de armonía y convivencia reciproca. No es por lo tanto una «política ambiental» sino una forma de vida diferente, del ser humano integrado con la naturaleza en unidad cósmica.
La presencia de estos elementos ideológicos-culturales, de una espiritualidad diferente, es lo que otorga una riqueza y vitalidad extraordinaria a las actuales luchas y las formas embrionarias de organización popular. Son estos componentes identitarios los que tienen que ser valorados, explicitados y con ellos levantar plataformas político-programáticas que construyan unidad desde la diversidad, desde la pluriculturalidad.
La claridad en el contenido y perspectivas que estas luchas albergan es lo que tiene que llevarnos a priorizar la perspectiva histórica, la utopía de un mundo mejor, del Buen Vivir, y subordinar la búsqueda de mejorar el posicionamiento de tal o cual partido político, o la candidatura local o nacional de los líderes que emergen en las actuales luchas.
Estamos ante un escenario en que es posible iniciar una nueva etapa, que superando los graves errores programáticos y tácticos de los 80′ reencontremos el camino de la victoria. Se trata de unir las diferentes reivindicaciones y luchas en un amplio cauce que tiene en el socialismo andino-amazónico su referente central. Las banderas de la Gran Transformación tienen plena vigencia y deben orientar las luchas actuales. Se trata de conquistar el liderazgo del campo nacional-popular que va quedando huérfano ante la derechización de Ollanta y su gobierno. La amplitud y solidez de este proceso, pasa en las actuales circunstancias por dotar de contenido al significante vacío, en la versión de Ernesto Laclau.
Iniciemos el vuelo del cóndor y forjemos la patria andino-amazónica
Por el Frente de la Gran Transformación
Vicente Otta es Sociólogo, especialista en temas de cultura, política y sociedad, es miembro del Comité de redacción de la Revista Nos+otr@s Ñuqanchik.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.