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Una Europa ganadora del Premio Nobel de la Paz se burla de la libertad de expresión

Fuentes: Countercurrents.org

Traducido para Rebelión por Jesús Negro García

Tan solo tres días después de haber recibido el Premio Nobel de la Paz por su supuesto papel en la promoción de la paz y la reconciliación por todo el continente europeo, la Unión Europea tomó la decisión menos democrática y pacifista que se le pueda pasar a alguien por la cabeza, ordenando a Eutelsat, proveedora de telecomunicaciones por satélite con sede en Francia, suspender la emisión de 19 canales de televisión iraníes, incluyendo al canal de 24 horas en inglés Press TV, negando a millones de televidentes de todo el mundo la oportunidad de beneficiarse del punto de vista crítico y alternativo de un grupo de medios que había intentado desafiar la influencia indiscutida sobre la opinión pública de los medios mayoritarios occidentales.

Esta polémica acción puede verse como el más reciente intento para presionar y aislar a Irán, minando su independencia política y su férrea resistencia contra las políticas belicistas y agresivas de Occidente y no se trata sino de una violación de los principios de la libertad de expresión. Esta decisión se toma en tanto europeos y americanos han alardeado, desde la II GM, de ser los líderes y más destacados pioneros de la libertad de expresión y la democracia. Si bien es cierto que sus afirmaciones son justificables en un contexto en el que la libertad de expresión se permite en tanto es utilizada como pretexto para interferir y arremeter contra los asuntos internos de los poco amistosos «otros», como Irán, Cuba, Venezuela y Siria, capitalizados por dichos occidentales como los villanos preferidos, a los que golpear y atacar.

Se ha dicho que esta controvertida decisión va en línea con las sanciones unilaterales impuestas a Irán por la Unión Europea; sin embargo, nos podríamos preguntar si los beligerantes estados de la UE pueden ir tan lejos como para censurar las estaciones de televisión de un país soberano, que han estado funcionando de acuerdo a las normas técnicas y a las regulaciones respecto a las proveedoras de telecomunicaciones por satélite. ¿Tienen los proveedores de telecomunicaciones por satélite jurisdicción para investigar el contenido de los programas de las estaciones de TV a las que dan cobertura?

Mike Harris, el Director General de AMT Capital Partners, con base en Arizona, una entidad privada de inversión bancaria, sostiene que fue Israel, la inquieta y perturbada entidad en el Medio Este, quien presionó y animó la prohibición de las estaciones de TV iraníes.

«Vamos a pararnos a pensar lo que Eutelsat es realmente… y detengámonos a observar, porque resulta que su Director General tiene la doble nacionalidad franco-iraní. Si echamos un vistazo a su comité ejecutivo, son todos ellos ciudadanos con la doble nacionalidad franco-iraní», dijo Harris en una entrevista con Press TV.

Por supuesto, Israel obtiene un beneficio sustancial con la eliminación de las estaciones de televisión iraníes de las frecuencias con más audiencia. Press TV, Al Alam y otros canales iraníes en la lista negra de Eutelsat daban una cobertura regular, consistente y especializada a las atrocidades cometidas por los Estados Unidos, el Reino Unido y el estado títere y cliente en Oriente Medio, Israel, y al parecer se estaban pasando de la raya. Ningún otro medio de gran audiencia del mundo mantenía una agenda en contra de las políticas imperialistas y sionistas con la influencia, destreza y eficacia de Press TV, lo que no se podía seguir tolerando, especialmente en medio de la crisis socioeconómica y la depresión que el mundo occidental está experimentando.

«Eutelsat es un organismo de la inteligencia, como lo son la mayoría de las agencias de comunicación registradas, de las compañías de telefonía móvil y de los famosos «cuellos de botella» que se aseguran de que toda comunicación, todo progreso y toda privacidad esté sujeta a las condiciones permitidas. La mayoría de las empresas de «cuello de botella» como Google, por poner un ejemplo, son de propiedad israelí. Llámelo coincidencia, si quiere», escribía Gordon Duff en un artículo reciente.

Desde su lanzamiento en julio del 2007, Press TV había estado bajo una intensa presión de los estados occidentales, especialmente el Gobierno del Reino Unido, que finalmente materializó su terrible sueño de silenciar al canal, eliminándolo de la plataforma Sky en enero de 2012, con la imposición de una multa de 100 000 libras en base a lo que se llamó una violación de las leyes de emisión.

«Se dice que Ofcom tiene una estrecha relación con la familia real; y los cables difundidos por el sitio web de chivatazos WikiLeaks muestran que los programas de Press TV sobre la boda real, que muchos en el país habían descrito como extravagante, habían hecho enfurecer a la Corona», informaba Press TV el 20 de enero de 2012.

Ahora, con la intensificación de la hostilidad de la UE hacia Irán, que se ha manifestado, en esta ocasión, en el castigo y la penalización de una estación de TV cuyo único pecado es diferenciarse de los medios mayoritarios sionistas, en su agenda y su trayectoria, queda probado más que nunca antes el hecho de que la UE no se merece un premio tan prestigioso y honorable como el Premio Nobel de la Paz y que la decisión tomada por el Comité del Nobel, ubicado en Suecia, es absolutamente política, con el objetivo de sacar a la Europa golpeada por la crisis de los apuros económicos por los que está pasando. Si la UE ha contribuido a la paz y a la fraternidad mundiales, ¿por qué no puede tolerar el funcionamiento libre y sin restricciones de un canal progresista e independiente?

La decisión de la Comisión Europea de cancelar Press TV y otras 18 estaciones de televisión iraníes es una violación absoluta de la libertad de expresión, pero seamos francos: ¿quién asumirá la responsabilidad de esta acción criminal? Quizás ninguno de los líderes europeos piensa reaccionar ante esta decisión hostil e injustificada, porque son los primeros que aplauden y se muestran satisfechos con este «secuestro» de los medios iraníes, que siempre han sido un estorbo. Es la hora de que las organizaciones internacionales, los activistas por la paz, los defensores de los derechos humanos y periodistas de todo el mundo den voz a la protesta contra este asalto descarado y sinvergüenza a la libertad de expresión y se ponga fin a la duplicidad e hipocresía interminable e inexplicable de Occidente.

Fuente: http://www.countercurrents.org/ziabari181012.htm