Un día antes del primer aniversario la llegada al Elíseo del presidente François Hollande, la izquierda francesa ha tomado las calles de París para exigir el fin de la austeridad y un giro progresista a sus políticas, según informa el diario Le Monde. La manifestación, celebrada este domingo, ha sido multitudinaria. Sus convocantes, el Frente […]
Un día antes del primer aniversario la llegada al Elíseo del presidente François Hollande, la izquierda francesa ha tomado las calles de París para exigir el fin de la austeridad y un giro progresista a sus políticas, según informa el diario Le Monde. La manifestación, celebrada este domingo, ha sido multitudinaria. Sus convocantes, el Frente de Izquierda, cifraron en 180.000 los asistentes. La prensa gala rebajó esta cifra hasta los 50.000. Y la policía a 30.000.
«El periodo de prueba ha terminado y no salen las cuentas», advirtió el líder Jean-Luc Mélenchon en un discurso de media hora pronunciado desde un escenario situado en la simbólica plaza de la Bastilla en el que llegó a decir que el esfuerzo que «se impone» los ciudadanos es «inncesario» y «sádico». «Si usted no sabe cómo hacer, nosotros sí sabemos», añadió el excandidato presidencial tras llamar a «arrebatar el poder al mundo de las finanzas».
Con un apoyo social en caída libre e indicadores económicos alarmantes, el líder socialista cumple el primero de sus cinco años de mandato lejos del respaldo popular con el que arrebató a Nicolas Sarkozy la presidencia de la República. Tras haber logrado que la Comisión Europea le conceda dos años suplementarios para conseguir el objetivo de déficit del 3%, que el Gobierno ha vendido como un triunfo de sus tesis frente a las de Berlín, Hollande ve como la izquierda le pide un giro más radical. Para Mélenchon estos dos años extra «representan dos años más de chantajes y de sufrimiento de los ciudadanos».
Respaldado por comunistas, algunos ecologistas y la mayor parte de los sindicatos, Mélenchon preconizó la instauración de una Asamblea Constituyente que reforme la Constitución y abra la VI República, en la que los poderes del presidente «estén limitados a la voluntad del pueblo». De no producirse ese giro , Mélenchon auguró un nuevo tiempo político en el que el su partido, que hasta ahora ha colaborado con los socialistas, «trabajará para crear una nueva mayoría parlamentaria».