Por Lourdes Álvarez Nájera. Resumen Latinoamericano, 3 de junio de 2021.
Ninguna descripción se ajustará al terror que se atranca en la garganta y de golpe sube a la cabeza, lacerando los ojos, la boca y los oídos, intentando escapar. Nadie más que las madres, los padres, las esposas, hermanas, hermanos, hijos e hijas de unos 80 hombres maya Poqomchi’ de Pambach, en Santa Cruz Verapaz, Alta Verapaz, pueden poner en palabras y nombrar lo que sienten hoy, cuando se cumplen 39 años de una masacre que cambió para siempre el rumbo de sus vidas, pero que se convirtió en una muestra más de la impunidad con la que operó el Estado de Guatemala y sus fuerzas armadas al asesinar a miles de personas.
El 2 de junio de 1982, un grupo de militares llegaron a la comunidad para registrar viviendas, amedrentar y agredir sexualmente a varias mujeres en una tienda cercana a la escuela de Pambach y llevarse a 80 hombres, bajo el supuesto de prestar servicio militar, pero jamás fueron vistos de nuevo.
“El 1 de junio de 1982, el ejército de Guatemala llegó directamente a torturar y llevarse a una familia de la aldea… el padre, la madre y sus dos hijos continúan desaparecidos desde ese entonces”, se indica en un comunicado de las familias de víctimas de esa masacre, divulgado este miércoles durante los actos de conmemoración en la comunidad, donde además se realizaron ceremonias mayas.
El 2 de junio, desde las 5 de la mañana, los soldados volvieron a la comunidad, robaron bienes de valor, mataron a los animales de patio y a las personas las desalojaron de sus casas. Unas fueron torturadas antes de ser conducidas frente a la escuela y la Ermita de la comunidad, donde separaron a los hombres de mujeres, niñas y niños, les ordenaron que se colocaran boca abajo y les gritaban que los iban a matar. Varias mujeres fueron violadas sexualmente frente a sus esposos, algunas de ellas, que estaban embarazadas, perdieron a sus bebés y quedaron con graves lesiones, apunta el comunicado.
“Ese día en la tarde, el ejército trasladó a más de 80 hombres de Pambach a una finca en Tactic donde fueron asesinados y en la noche sus cuerpos fueron llevados a la Zona Militar No.21 de Cobán”.
La deuda pendiente
Treinta y uno de los hombres de Pambach fueron identificados en una fosa común, que contiene las osamentas de 64 personas, que se presume podrían ser la totalidad de los que se llevaron aquel 2 de junio, según el informe CREOMPAZ: El caso más grande de desaparición forzada en América Latina, de Network in Solidarity with the People of Guatemala, NISGUA, sobre el hallazgo de 558 víctimas en la base militar del Comando Regional de Entrenamiento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz (CREOMPAZ), conocida anteriormente como la Zona Militar 21, en Cobán y que funcionaba como un centro de detención y ejecución clandestino durante el conflicto armado interno.
Desde 2012, la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) inició las excavaciones en cuatro fosas encontradas en CREOMPAZ. “Posiblemente con este caso estamos hablando de uno de los mayores de América Latina de desaparición forzada; de estas 558 osamentas humanas se ha establecido que 90 corresponden a menores de edad, 443 adultos, todavía por definir entre hombres y mujeres, adultos de la tercera edad y 22 sin determinar en este momento. De esas 558 osamentas humanas, 97 han sido identificadas por ADN. Eso significa que tenemos 97 víctimas en este caso”, informaba en el 2016 la exfiscal y jefa del Ministerio Público, Thelma Aldana, después de que la Fiscalía de Derechos Humanos dirigiera la captura de 14 exmilitares de alto rango, a quienes se les señaló de cometer violaciones a los derechos humanos y delitos contra los deberes de humanidad.
Los exmilitares Manuel Benedicto Lucas García, Byron Humberto Barrientos Díaz, Gustavo Alonso Rosales García, José Antonio Vásquez García, Carlos Humberto Rodríguez López, Ismael Segura Abularach, Pablo Roberto Saucedo Mérida, César Augusto Ruiz Morales, Juan Ovalle Salazar, Édgar Rolando Hernández Méndez, Carlos Augusto Garavito Morán, Luis Alberto Paredes Nájera, César Augusto Cabrera Mejía y Raúl Dehesa Oliva fueron conducidos al Juzgado de Mayor Riesgo A, a cargo de la jueza Claudette Domínguez, en lo que parecía una luz de esperanza para las familias de las víctimas en su anhelo por obtener justicia.
No obstante, luego de una serie de resoluciones, amparos y burocracias judiciales, las familias del caso Pambach siguen con la herida a flor de piel, porque la esperanza disminuye y siguen esperando justicia.
“En el año 2016 se inició un juicio contra militares de alto rango vinculados a la Zona Militar No. 21, sin embargo, este juicio ha tenido un avance demasiado lento”, lamentaron en el comunicado las familias de Pambach.
A 39 años de ese suceso, las víctimas sobrevivientes y familiares de Pambach recuerdan a sus seres queridos, los conmemoran y también a aquellas personas que han fallecido en el camino de búsqueda de justicia por la masacre.
“Nuestro profundo agradecimiento a su lucha, honramos su legado y su memoria. Exigimos que se haga justicia en el caso CREOMPAZ, caso que refleja la magnitud de las atrocidades cometidas por el ejército de Guatemala en contra de la población civil, en especial contra el pueblo Maya”, puntualizaron.
Foto: Caso Creompaz
Fuente: Prensa Comunitaria