Para evitar que el Parlamento declare su vacancia en el cargo, el presidente Castillo le presentó los logros de su gestión, haciendo varios anuncios para impresionar a su auditorio. Entre estos, la declaratoria de emergencia del sector agrario, la misma que ha sido oficializada por decreto supremo el 19 del presente. El desastre, será solucionado en cuatro meses, por lo que la emergencia terminará en fiestas patrias. ¿Por qué el campesinado no salta de alegría?
Es que la medida es extemporánea y estéril. La campaña agrícola ha entrado en su fase final que es la de las cosechas, y la emergencia es para las siembras. Solo en los considerandos del decreto se alude a la agricultura familiar y a la “incertidumbre de los productores por el alza del costo en insumos, como fertilizantes químicos y otros”; Pero no hay la correspondiente medida a esto, en la parte resolutiva.
Quizá será porque los campesinos de agricultura familiar (97% de las unidades agropecuarias del país) no usan fertilizantes importados o, muy poco, ni lo necesitan para la agricultura de secano al haberse terminado las siembras de la campaña agrícola, pues se acabó la temporada de lluvias. El 63,8% de la superficie agrícola está bajo secano y son de la mayoría de productores.
El propio ministerio nos muestra el siguiente gráfico, dando por terminada las siembras en el mes de marzo.
Para que el decreto cobre vida, tendrá que elaborase el Plan de Emergencia, en un plazo de diez días, quedando 110 días para darlo a conocer, instruir a los operadores y realizar el cronograma de actividades. Los objetivos son: Generar condiciones para continuar la producción y el abastecimiento de alimentos, contrarrestando la amenaza de seguridad alimentaria, por factores externos que inciden en los costos de producción. Solo falta identificar el desastre que justifique la emergencia.
El Plan de Emergencia Agrario comprende:
a) Equipamiento mecánico y entrenamiento a los productores agropecuarios. (Se entiende que es, para socorrer a damnificados)
b) Promover la asociatividad, priorizando el cooperativismo. (repite lo que ya está establecido por la ley 31360, DS Lineamientos II R. A. y otros dispositivos de “letra muerta”, declarando de “interés nacional”, (pero quizá no, del gobierno)
c) Optimización y diversificación de instrumentos financieros y no financieros para productores agropecuarios. (Se entiende que la desgracia es por causas financieras, y con este socorro los campesinos serán aliviados y recuperarán sus capitales). Repite lo que ya estableció el DS 022-2021-MIDAGRI. (Más del 50% de productores no tiene título de propiedad y no son sujetos de crédito). El 91% de los productores agropecuarios nunca ha solicitado un crédito (CENAGRO IV).
d) Insumos agrarios y semillas certificadas, priorizando la producción orgánica o ecológica. (Parecer ser que el desastre es por aplicar insumos inorgánicos, tales como fertilizantes químicos. El 56% de los productores no los usa y en la selva el 80% no aplica- CENAGRO IV). Reitera lo señalado por el DS 022-2021-MIDAGRI en cuanto a semillas.
Al parecer, este desastre nada tiene ver el clima, la estacionalidad, calentamiento global, contaminación del agua, ni con la depredación de los bosques, ni con el asesinato de los defensores amazónicos, aun cuando el ministro del sector es acusado de asesinar a un joven campesino de Puno. Vaya pues.
Pero los técnicos del ministerio, saben que, al cabo de nueve meses, la campaña agrícola se está cerrando y lanzar ahora, un plan para las siembras es inefectivo. La campaña agrícola se inicia en agosto y concluye en julio del año siguiente. Así, en papa que es el cultivo más extendido en el Perú, el 72,7% de las siembras se instalan entre agosto y noviembre con la finalidad de aprovechar las lluvias y temperaturas favorables. Ver el siguiente gráfico.
Se supone que el gabinete de asesores sabe que la banca estatal es la que menos apoya a los agricultores, como se muestra en el siguiente gráfico del propio ministerio.
También saben que los mayores consumidores de fertilizantes son los latifundios de la costa (menos del 0,5 de los productores agrarios), para caña de azúcar de consumo directo, como para la producción de biocombustibles. También, los consorcios de la agroexportación, que tienen agua todo el tiempo en las irrigaciones estatales.
Lo dicho, quizá explique una de las razones por la cuales los agricultores no hayan recibido con entusiasmo esta declaratoria de emergencia agraria. Pero, ¿Qué necesidad hay de recurrir a artimañas de gobierno dictando medidas engañosas? Se trafica con el nombre de reforma agraria y se pretende pasar gato por liebre, como si los campesinos fueran tontos.
Son ocho meses de ofrecimientos y hasta ahora nada, que les devuelva la fe perdida. Como quisiéramos que el actual gobierno no cometa desaciertos, para no tener que criticarlo, ni se nos confunda con la oposición. Lo hago muy a mi pesar, por una cuestión de consciencia. Queda la esperanza, de que el plan a aprobarse, traiga algún beneficio real, para que la emergencia no sea nada más que, otro saludo a la bandera.
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