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A 25 años, Raul Sendic el luchador social ¡vive!

Fuentes: Mate Amargo

Hay ríos que inundan… otros ríos [1] El río da muchas vueltas pero…cuando se inunda la cuenca no se sabe ni a donde va, ni se acuerda de dónde viene, como pasa en algunos ríos que reparten al país. Solo cuando baja el agua se ve cual es cual de los ríos, recuperando caudales. Los […]

Hay ríos que inundan… otros ríos [1]

El río da muchas vueltas pero…cuando se inunda la cuenca no se sabe ni a donde va, ni se acuerda de dónde viene, como pasa en algunos ríos que reparten al país. Solo cuando baja el agua se ve cual es cual de los ríos, recuperando caudales. Los pescadores te enseñan.

Para Sendic unir al pueblo por abajo no es una olla de grillos: su propuesta era porteras abiertas pero con un polo ideológico orientador claro, el «timonel» de la economía y el poder popular, hacia un proyecto soberano y transformador.

¿No es ese el asunto del que debe encargarse una organización política?

Desde la óptica CARGO-céntrica se deforman las realidades que se miran: en los chicos y medianos productores de  Cerro Chato que frenan a los puro especuladores globales se ve a la «oligarquía vacuna»; en  la laboriosa y solidaria familia Thedy se ve una «asociación para delinquir; [2] o se «bichan» cuestiones agrarias argumentando para una tribuna urbana (por ejemplo oponiendo falsamente propiedad estatal de la tierra con el merecido uso de esa misma tierra para el que la trabaja).

Hoy podemos decir que los sindicatos rurales recuperaron tierra estatal luchando. Antes de las ocupaciones de «tierra para el que la trabaja» no hubo tierra del estado para usar ellos. Mientras empezaba el proyecto sucro-alcoholero y el Plan de Emergencia ocupamos y recuperamos tierras en situación irregular en Bella Unión (aquella «intervención forzada» -del pobrerío-  diría Agazzi)  y escribimos un libro[3] que está a la venta en las «mejores librerías» (las que el mismo Agazzi se cansaría de recorrer para seguir censurando ideas). El Plan Alcohol no va para el lado de sembrar por todo el interior pequeñas agro-industrias, ni el Plan de Emergencia creó «nuevas fuentes de trabajo y de producción» como planteaba Raúl Sendic, aunque reditúa usar sus titulares y su apellido, pero no sus pantalones.

El Tito Gregory (¿tupamaro del MLN-T?) nos colocaba a los ocupantes de tierra en la lista de «elementos peligrosos para la seguridad nacional».Y tarjeta roja del Pepe.[4]  También es más que público[5] el hecho que desde principios del 2007 exigimos a Yerú Pardiñas la defensa de las 180.000 há «desafectables» y  del artículo 101 de la Ley de colonización. Aunque Gonzalo Gaggero y Andrés Berterreche siguieron cinchándole los bigotes al tigre (sin intentar frenar la primera modificación que se hacía de la Ley de colonización desde 1948). No es sencillo dialogar con Berterreche, por algo intercambiamos amenazas: un descortezadora de eucalipto contra un libro de regalo, así que perdimos un comprador. Y atrás de él perdimos 22.700 há, desafectadas.[6]

«Repoblamiento  y resistencia en la campaña»
[7]

El primer paso táctico para revertir este proceso es «asujetar» a los pobladores que hoy estamos en la campaña…

Este punto a pesar de ser táctico tiene una relevancia estratégica y en ello, nos va la vida porque los pobladores de la campaña somos los que conservamos los conocimientos y la cultura de la tierra…

La lucha por la tierra es la lucha por el territorio, la lucha por el territorio es la lucha por la «liberación nacional». El primer paso en una lógica de conquista, de dominación, es el despoblamiento del territorio a ser apropiado. En nuestra lógica, que es una lógica de resistencia, en mantenernos, en afincarnos y en recuperar el territorio perdido, el multiplicar la población en campaña es la tarea…

…Nosotros los trabajadores y productores familiares del campo, tenemos una gran debilidad organizativa y política, ya que resultamos poco atractivos para los que toman las decisiones, porque somos pocos votantes y nuestro peso en la economía es chico. Precisamos juntar fuerzas «de nosotros mismos»…

Invitación sin mentiras ni ofensas (lo que sería una muestra de debilidad).

Si quiere sentir la vigencia de las «ideas fuerza» de Sendic,  venga a buscar tierra por la Ruta 6 al norte de Sarandí del Yi, carretera que hoy mismo es suavemente acariciada por 100 camiones diarios de eucalipto rumbo a Botnia. Se va a llevar más tierra en la cara que las 12 000 há propiedad de Aratirí (quizás hasta lo persigan desesperadamente los 60 vecinos aspirantes a colonos que se reunieron el mes pasado por estos lares), y conocerá a los compañeros que unos 25 años atrás acogieron a Raúl Sendic: el luchador social.

De allí por Blanquillos no tan lejos está el Río Negro, y los campamentos de gurises pescadores que siguen peleando con el «colono» Larrachea como en las épocas en que Raúl apoyaba la cría de chanchos con restos de pescado. Venga a escuchar y a ver como abajo, bien abajo, sigue vivo el Río que sabe a dónde va. Solo hay que saber mirar y escuchar. Aprender a desaprender lo que los lentes de los cargos impiden ver, como en una inundación.

No lo estamos invitando a una zafra de caña de azúcar porque todavía no empezó y porque además de Bella Unión es en muchos rincones olvidados donde se escucha el rumor de que hay que recuperar el Uruguay nuestro, de que el hombre «vive» y la lucha sigue.

Notas:

[1] Respuesta a: «Con verdad no ofendo ni tempo» de Piero Sabini, Mate Amargo, marzo 2014

[2] Ver la respuesta de Mario Thedy al artículo de Sabini: http://www.espectador.com/sociedad/267400/gregori-habr-a-sido-destituido-por-orden-de-mujica

[5] http://ssq.com.uy/?p=662

[6] http://ssq.com.uy/?p=687

[7] Fragmentos de un documento del Movimiento Por la Tierra, Agosto de 2012

Fuente: http://mateamargo.org.uy/index.php?pagina=notas&seccion=la_ronda_del_mate&nota=494&edicion=20