Traducido por Gorka Larrabeiti
Entre las bombas y el frío. Según la Media Luna Roja afgana, hay más de 11.000 evacuados: civiles que huyen de los ataques aéreos y terrestres que ha efectuado la OTAN en los distritos de Dihrawud, Jas Uruzgan, Chora, Darawshan, Kejran y Marabad. Algunos de ellos han encontrado refugio en la capital de la provincia, Tarin Kot, pero la mayoría sigue dispersa por las montañas.
«El problema es que los combates y bombardeos continuos impiden el acceso y, por tanto, el socorro a las áreas afectadas», declaró Alim Siddique, un portavoz de Naciones Unidas en Kabul. «Solicitamos garantías para un corredor humanitario y el respeto de la protección de los civiles a todas las partes en litigio». «Esta gente tiene necesidad urgente de tiendas, mantas, comida y agua», dijo Hayy Mohamed Amin, responsable de Media Luna Roja en Uruzgan. «Si las ayudas no llegan antes que empiece el invierno, en Uruzgan se corre el peligro de una gravísima crisis humanitaria».
La guerra no se detiene. El inicio de la nueva ofensiva «Spin Ghar», que movilizará por tierra a tropas OTAN holandesas y fuerzas especiales de EE.UU junto con soldados gubernamentales afganos con cobertura aérea de la aviación estadounidense y británica, indica un camino contrario al invocado por la ONU, la Media Luna Roja, la Cruz Roja Internacional, la Comisión afgana por los Derechos Humanos y por el propio presidente Hamid Karzai, quien hace unos días llegó a pedir a la OTAN que suspendiera las operaciones aéreas debido al alto precio que paga la población civil.
Sin embargo, los mandos militares aliados, lejos de aceptar la invitación a la moderación, apuestan por una escalada de operaciones anti-insurreccionales. Con este objetivo están ejerciendo fortísimas presiones diplomáticas sobre los países OTAN -Italia, Alemania, España y Francia- que aún no han dado su aportación a la guerra. Una guerra que sólo en este año ha causado casi seis mil muertos.
Fuente: http://www.peacereporter.net/dettaglio_articolo.php?idc=0&idart=9125