Recomiendo:
6

Alemania, el triunfo de la voluntad de defenderse

Fuentes: Sin permiso

Sobre la estrategia, el psicoanálisis y el efecto de la propaganda de guerra en la cultura política y la industria cultural, con especial atención a sus efectos en Alemania con la guerra de Ucrania y su pasado reciente.

Los críticos de la participación de Alemania en la «guerra defensiva del mundo libre contra Putin» son expuestos a espectáculos de linchamiento verbal en los Talkshows. El «lumpenpacifista» es conducido sin piedad por el terreno minado del discurso de Markus Lanz[1] y compañía, sus objeciones razonables disueltas completamente en ácido moral con comparaciones ridículas y retórica alarmista. La continuación propagandística de la guerra, tomada como libertad de expresión por otros medios, no puede prescindir de una «imagen del enemigo» nítida, como exigió recientemente la presidenta de la comisión de defensa del parlamento federal, Marie-Agnes Strack-Zimmermann (FDP).

Con la escalada de la guerra de Ucrania, la evolución del establishment mediático ha virado repentinamente hacia otra de sus cualidades que ya se perfilaba desde hacía tiempo: la movilización general del Cuarto Poder, que siempre ha actuado demasiado como un negocio para ser un instrumento de la Ilustración, como antaño deseó Jean-Jacques Rousseau. La propaganda es un elemento estructural de la industria de la cultura que afianza ideológicamente el dominio de las élites económicas en la sociedad capitalista en unas circunstancias principalmente pacíficas. Pero en caso de guerra se quita el seguro y se coloca en posición como se hace con un arma. Los periodistas son «soldados» en la «batalla por la opinión pública», tan importante como los ataques aéreos, dijo el entonces portavoz de la OTAN, Jamie Shea, tras la guerra de Kosovo en 1999.

Seguir leyendo…