Dos niñas asesinadas, una niña desaparecida, una mujer presa en cárcel militar. El Estado paraguayo se ensaña con las hijas de los militantes, convirtiéndolas en un objetivo militar.
Carmen Elizabeth Oviedo Villalba, hija de Carmen Villalba, presa del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), está desaparecida desde el 30 de noviembre de 2020. Su desaparición se produjo en el contexto de un operativo militar realizado por las Fuerzas de Tarea Conjuntas (FTC) en la zona de Amambay, donde fueron ejecutadas las niñas argentinas Lilian y María Carmen Villalba el 2 de septiembre pasado. Quien dio la información fue su tía Laura Villalba, hermana de Carmen y mamá de María Carmen, cuando fue detenida el 23 de diciembre por las FTC, y colocada como prisionera en un cuartel militar.
Este Alerta Urgente, quiere poner de relieve la necesidad de actuar de inmediato, para intentar encontrar con vida a Carmen Elizabeth, y para que logre su libertad Laura. El Estado paraguayo está aplicando en la persecución al EPP –con el objetivo de su exterminio- toda la crueldad, poniendo en el centro de su acción represiva a niñas, y a sus cuidadoras -como es el caso de Laura Villalba-.
Laura no es parte del EPP. Hace once años que reside en Argentina. De manera mentirosa e hipócrita el gobierno paraguayo la nombra como “la enfermera del EPP”, del mismo modo que antes nombraron a la familia de Carmen Villalba que reside en Argentina, como una “guardería de guerrilleros”.
La realidad es que las niñas y algunas de sus familiares tuvieron que salir de Paraguay, donde se encontraban perseguidas, amenazadas, y en riesgo. Eran criadas ahí por su abuela, y por Myrian y Laura Villalba, hermanas de Carmen, quien está presa en la cárcel paraguaya del Buen Pastor, hace más de 17 años.
Precisamente Myrian nos señala, refiriéndose a su hermana apresada en el fin del año pasado:
Laura Mariana Villalba Ayala es una madre soltera de 36 años de edad. Tiene seis hijos. Ella nació en Concepción, Paraguay. Allí cursó los primeros estudios. Se recibió de Licenciada en Enfermería en la Universidad Nacional Andrés Barbero en el año 2008. Trabajó en Asunción dos años en una clínica privada. Luego por la persecución sistemática que sufrimos como familia, tuvo que salir de Paraguay en el año 2011. Cuando nos asentamos en Puerto Rico, Misiones, comenzó a buscar trabajo. Con el título de la Licenciatura en Enfermería no consiguió absolutamente nada, así que estuvo varios años cuidando a personas ancianas. Luego empezó a estudiar para técnica superior en enfermería en la Kolping. Ahí se recibió. Posterior a eso, ya haciendo su pasantía, empezó a trabajar en una clínica privada hasta noviembre de 2019, cuando viajó a Paraguay para acompañar a las niñas Lilian y María Carmen a conocer a sus padres, y acompañó también a Carmen Elizabeth a visitar a su mamá en prisión.
Laura no solo no es la enfermera del EPP, sino que en los últimos 11 años no vivió en Paraguay. Sí estuvo a cargo del cuidado de las niñas, junto a su hermana Myrian, que es abogada y hoy también se encuentra criminalizada en Paraguay, por lo cual no puede volver a su país para investigar el crimen de sus niñas, y la desaparición de Lichita, como la nombran cariñosamente a Carmen Elizabeth en la familia.
Continúa Myrian:
Como madre de familia, Laura es una mujer muy cariñosa, muy preocupada por sus hijos, siempre los cuidó muy bien. Como profesional de salud, ella se destacó en el trabajo. Eso siempre dijo la jefa, y le reconocieron los pacientes. Se esmeraba mucho en su trabajo. Es una excelente persona, muy solidaria, muy amable, atenta. Siempre le gustó lo que es salud. Siempre tuvo esa predisposición de ayudar a los demás.
Si por algo persiguen a Laura, es por su gesto solidario. Desde el 23 de diciembre se encuentra privada de libertad en el cuartel militar, Viñas Cué.
Dice Myrian:
Laura es la única mujer civil que se encuentra en un cuartel militar. Ella está aislada e incomunicada, pese a que no tiene ningún antecedente penal. En principio los militares -en unos audios que publicaron los medios de comunicación nacionales- dijeron que la incriminaban por ser madre de María Carmen Villalba, niñita que fue torturada y ejecutada por las fuerzas militares, y por el apellido Villalba. Hoy día se encuentra procesada por terrorismo, asociación criminal, resistencia –pese a que ella nunca opuso resistencia-, transgresión a la ley de armas. Ella no tenía armas, no tenía uniforme. Todo fue plantado. Así es la justicia paraguaya, que hoy día tiene privada de libertad a Laura.
¿Por qué tanta saña contra Laura Villalba? No es difícil comprender que la prisión de Laura, y la tortura que le están realizando, tiene como objetivo golpear a su hermana Carmen, a su familia, a la vez que quebrar su voluntad solidaria debido a la cual asumió el cuidado de las niñas de la familia.
Guerra contra las niñas
La estrategia militar del Ejército Paraguayo y del presidente Mario Abdo Benítez, es llevar adelante una guerra contra las niñas. El presidente, formado en los EE.UU., integrante de las FFAA paraguayas, hijo del que fue secretario privado de Stroessner, experto en marketing político, anunció a través de un twitter que mediante un “operativo exitoso” habían abatido a dos integrantes del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Las peligrosas “guerrilleras abatidas” resultaron ser las niñas de 11 años, de nacionalidad argentina. Estando en Paraguay se declaró la pandemia y se cerraron las fronteras, por lo cual no pudieron regresar a la Argentina.
Cuando detuvieron a Laura Villalba, ella en pleno duelo por el crimen de las niñas, estaba buscando desesperadamente a Lichita, de 14 años. Sabiendo lo sucedido con su hija María Carmen, y con su sobrina Lilian –fueron torturadas y violadas brutalmente antes de ser asesinadas- Laura realizaba la búsqueda de Carmen, de 14 años, con lógica angustia.
El narcoestado infanticida de Paraguay se ensaña con las hijas de los militantes del EPP, convirtiéndolas en un objetivo militar. También persiguen a mujeres como Laura, que no es parte de la organización guerrillera. Ser niñas, o cumplir el rol de maternar, es un hecho peligroso en Paraguay.
El 26 de diciembre se realizó una Conferencia de Prensa, en la que participaron entre otras personalidades Nora Cortiñas (Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora), Pablo Pimental (APDH La Matanza), Cecilia Rodríguez (Equipo Misionero de Derechos Humanos, Justicia y Género), Laura Tafettani, Gustavo Franquet, Gabriela Conder, Carolina Alac (Gremial de Abogados/as de Argentina), María Laura Bretal (Colectiva Feminista Las Azucenas, Feministas del Abya Yala), Analía Rivadera (Pañuelos en Rebeldía), Claudio Salvador (MEDH Misiones), la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos de Argentina, e integrantes de organizaciones de derechos humanos, feministas, movimientos políticos y sociales de Argentina y Paraguay. Participó también una delegación del Tribunal Ético Popular Feminista, que realizó el 14 de noviembre del 2020, para denunciar precisamente el crimen de las niñas Lilian y María Carmen.
En la Conferencia de Prensa integrantes de la Campaña #EranNiñas, informaron que se exigiría que el Estado paraguayo de respuesta urgente a la demanda de aparición con vida de Carmen Elizabeth Oviedo Villalba, libertad para Laura Villalba, justicia para las niñas Lilian y María Carmen, y el cese de la persecución a la familia Villalba. Se indicó también que se enviaría una carta al presidente argentino Alberto Fernández, quien tiene programado un viaje de negocios a Paraguay, para solicitar que haga una demanda de informes por las niñas asesinadas y la niña desaparecida, y pedir que no se realicen negocios mientras estas violaciones a los derechos humanos no sean resueltas.
Señaló en la Conferencia de Prensa Nora Cortiñas:
Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora estamos indignadas con esta actitud del gobierno paraguayo, y en este caso más todavía, donde se ataca la integridad física y moral de los niños y niñas. No solamente el asesinato de las dos queridas niñitas el mes pasado, sino ahora esta persecución, esta amenaza y la desaparición de esta niña. Estamos acompañando a Carmen y estamos acompañando a las familias que están en Paraguay tan perseguidas y amenazadas. Yo lo que les quiero decir es que la infamia del gobierno paraguayo, esa dictadura tan cruel que sigue asolando al pueblo de Paraguay tiene que terminar. Ya no puede haber en Latinoamérica estas situaciones de impunidad que estamos viviendo.
En el contexto de numerosas acciones que se están realizando, establecimos contacto con Carmen Villalba, quien a pesar del tremendo dolor nos hizo llegar su mensaje con entereza y dignidad. Compartimos acá fragmentos de su mensaje, que transcribimos completo en el Facebook de Feministas del Abya Yala:
Quiero fundamentalmente que aparezca mi hija. Quiero que aparezca Lichita. Es una niña que merece que se le respete su adolescencia, que se le respete su vida. El Estado paraguayo, aunque se llena la boca diciendo que respetan los derechos de los niños, de las niñas, demuestra con creces que se ensaña con las niñas. Nosotros sentimos en nuestra propia piel, en nuestro propio cuerpo, en nuestra propia realidad, que nuestras niñas no son respetadas.
El Estado hasta ahora cierra todas las puertas a la petición de la familia de conocer qué sucedió y cómo. La familia ni siquiera tiene acceso al expediente. No es reconocida la calidad de víctima de las madres. El Estado se llena la boca con respetar los derechos del niño, y aquí tenemos un caso de desaparición forzosa de Carmen Elizabeth, una niña de 14 años que está en poder de ellos, en poder de las fuerzas militares, en poder del mismo Estado que el 2 de septiembre capturó, torturó y ejecutó a las 2 niñas en Yby Yaú”.
Continúa Carmen Villalba:
Una manifestación clara del recrudecimiento de la persecución del Estado paraguayo en contra de mis hermanas, de mi familia, es la detención de Laura Villalba, quien fue remitida a una cárcel militar. No conozco registro de que en tiempos de la dictadura las presas políticas hayan sido llevadas a un cuartel militar, sin embargo, hoy eso se está produciendo. En la cárcel de Viñas Cué no existe una mujer presa. Ella es la única mujer presa que está ahora en ese lugar aislada. Es una forma de recrudecer el aislamiento, la prisión de una mujer, de una madre que hace 3 meses perdió a una de sus hijas y a la cual el Estado le negó el derecho de saber qué pasó y ahora se está ensañando con ella.
Cuesta seguir la zaga de dolores que lleva en el cuerpo Carmen, con cicatrices antiguas y nuevas. Su palabra sin embargo tiene una contenida serenidad.
Laura es una mujer campesina, que tuvo que huir de su país, porque eso es lo que mi familia, mis hermanas, mi madre, mis hijas, mi sobrino, mis sobrinas, fueron obligadas a hacer. Tuvieron que dejar su patria hace 11 años e instalarse en Misiones, Argentina. Pero como se dificulta olvidar las raíces al tener familiares en Paraguay, a pesar de los riesgos, a pesar de las dificultades, a pesar de la distancia, ellas seguían viniendo cada tanto. Cada vez se ensañan más en contra de ella. Yo conozco muy bien esa situación de aislamiento a la cual es sometida una mujer. Yo estuve en un cuartel policial tres años. Es un aislamiento absoluto, no se tiene derecho a nada, a ninguna actividad, sea de estudio, de recreación, de trabajo, lo que normalmente se habitúa a hacer en las cárceles. Eso se nos está negado en estas condiciones de prisión, dentro de la estructura militar o dentro de la estructura policial. Eso también imposibilita la asistencia que puedan hacer los familiares hacia nosotras. Actualmente el Estado paraguayo se arroga la libertad de torturar, matar, perseguir, extrajudicialmente, en contra de lo que ellos consideran “enemigo interno”, en este caso, el EPP. Pero lo que pasa es que dentro de ese contexto, dentro de lo que ellos llaman “enemigo interno”, meten a la familia, a las niñas, a los niños. No se centran solamente hacia los combatientes, sino que buscan sus familias, sus hijos y niños muy chicos.
Carmen piensa en en su hermana, una mujer que en pleno duelo por el crimen de su hija, y en la desesperación por la desaparición de su sobrina, fue arrestada en una cárcel militar:
Laura debe estar -yo me imagino, no sé todavía sus condiciones de prisión- en aislamiento absoluto. Ni lo más básico debe tener, porque se nos dificulta muchísimo la asistencia, la estamos haciendo por medio de las abogadas. El Estado opera de esa forma. Cuando dice “Laura tiene esto, esto, esto en su contra”, no se preocupa en presentar elementos objetivos que la vinculen con esas acusaciones. Y es que no hay elementos, pero ellos adjudican y para eso tienen los medios, las grandes corporaciones hegemónicas en Paraguay que actúan en consonancia con el discurso del gobierno. Así es como que ella se encuentra de alguna forma subsumida o devorada por esa maquinaria militar, mediática, judicial y con los cargos que le imputan, tendrá más o menos como treinta años de condena a cuestas.
Señala Carmen sobre la desaparición de Carmen Elizabeth:
Hay toda una estructura estatal, militar, policial, judicial que actúa como en una cacería, tratando de cazar a quienes ellos denominan “enemigos de la sociedad”. En esa categoría ya no interesa si es niña, si es niño, no interesa si está o no vinculado, porque son hijos, porque son sobrinos, porque hay simpatía. Eso ya es suficiente para que sea no solamente acusado sino judicializado. Ahora podemos decir judicializado en el mejor de los casos, porque yo no sé cuál es el destino de mi hija, no sé de ella. Algunas informaciones indican que fue llevada por personas de civil, otras dicen que fue llevada por militares con uniforme. Por el manejo de los militares y la policía de esa zona, es difícil que ella haya salido y no haya sido interceptada o capturada por los militares, por las fuerzas de tareas conjuntas. Sobre todo porque ella dejó su diario, su agua. Todo indica que estaba en ese lugar donde se quedó a esperar a su tía, y de repente escuchó algo o vio algo y se asustó, corrió y no tuvo tiempo de llevar sus pequeñas cositas; o fue capturada y llevada. No tengo certeza de qué pudo haber pasado con ella, pero todos los elementos hacen pensar que está en manos de las fuerzas militares instaladas en la zona.
Debido a esta situación, se formó un equipo de abogadas/os que están buscando a Lichita en la zona en la que desapareció. Entre ellxs se encuentra la abogada de la familia Villalba, Daisy Irala Toledo, quien en su cuenta de Facebook publicó:
Por acá preparando mi viaje para el Norte. ¡Todas las autoridades están al tanto que estaremos por la zona en busca de la niña Carmen y de registrar información! Si los militares nos meten bala, es a sabiendas que somos civiles y no portamos armas. No les miento si les digo que tengo miedo. Ver la cara de esos milicos terroristas me revuelve el estómago, pero el coraje consiste en vencer al miedo.
También acompaña esa búsqueda Gustavo Franquet, de la Gremial de Abogadas y Abogados de Argentina, quien en todo momento ha estado brindando solidaridad política y asistencia legal a los y las perseguidas por el régimen paraguayo.
Alerta Paraguay
La situación en Paraguay interpela a las organizaciones de izquierda, a las feministas, a quienes luchan por los derechos de niñas y niños y a quienes defienden los derechos humanos. No se trata de una “guerra interna”, sino de la persecución despiadada de niños, niñas, mujeres como estrategia militar. Si no nos indignan las muertes de dos niñas, la desaparición de otra niña, la prisión de una mujer por maternar, perdemos una parte importante de nuestra humanidad, y de nuestra memoria de Nunca Más.
La solidaridad no se realiza solamente cuando coincidimos con las posiciones políticas de quienes son afectados/as por las políticas represivas. La solidaridad se tiene que expresar en todo momento frente a las violaciones a los derechos humanos. Podemos debatir las estrategias de lucha, pero esto jamás puede ser una barrera para ejercer la defensa irrestricta del derecho a la vida, a la libertad. En este caso, se agrava por tratarse de niñas y de una madre cuidadora.
Señala Carmen:
Paraguay viene de 35 años de dictadura sostenida y afianzada a través del Partido Colorado y las fuerzas militares, una alianza entre el Partido Colorado y las fuerzas militares que pone como cabeza política visible a Stroessner. Mi mamá anciana con mis hermanas, mis hijas, mi hijo, mis sobrinas, mis sobrinos, tuvieron que salir de la zona por el permanente hostigamiento: disparos sobre las casas, allanamientos legales y allanamientos ilegales permanentes, detenciones por horas, por días de mis hermanas, de mis hermanos, hostigamiento hacia los niños. Entonces no encontraron otra opción que salir de la zona. Buscan otro territorio y fueron al lado argentino. Allí es donde mi hijo de 12 años muere, en circunstancias muy extrañas porque hasta hoy en día no puedo saber de qué manera murió. No hubo posibilidad de investigar familiarmente, y obviamente las instituciones no lo hicieron tampoco. Mi hijo era un niño muy sano, casi nunca se enfermaba. Muere rociado por algún elemento tóxico, muere intoxicado. De la nada muere por causas que no fueron esclarecidas. Mi familia, mi mamá, mis hermanas tuvieron que instalarse en Puerto Rico, Misiones. Todos los niños estudian ahí, vivían ahí. Obviamente que cada tanto mis hijas venían acá junto a mí. Corrían riesgo, pero el afecto es grande entre nosotros. Nunca rompimos ese lazo espiritual afectivo que nos tenemos. Actualmente a mí ya se me cerró toda esa posibilidad de ver a mis hijas, a mis hermanas, a mi mamá, por las condiciones actuales en que están ahora. Ninguna puede venir más. Es muy doloroso. Por eso digo a los compañeros y compañeras de otras organizaciones, que podrán o no estar de acuerdo con posturas nuestras, pero siempre debe estar en nosotros, los revolucionarios, la posibilidad del diálogo. Personalmente, a pesar del dolor profundo que cargamos, del elevado costo que tenemos que pagar y que pagamos, creemos en una sociedad diferente. No creo que el ser humano haya nacido pensando como una mercancía. Esa mercancía empezó a imponérsele en su forma de pensamiento y en su forma de relaciones, por las condiciones que erige el capitalismo como relaciones de producción. Yo creo que eso significa creer en el ser humano, creer en la humanidad del ser humano, pero un ser humano de clase, del proletariado, de nuestra clase como clase obrera. Personalmente sigo creyendo en una sociedad diferente, con justicia social. Con la edad que voy teniendo, con la experiencia de lucha, con los dolores que cargo, difícilmente ya cambie de idea. Llevo 29 años como militante, 17 años en prisión. El año que viene cumplo completamente mi condena, debería recuperar mi libertad. Pero en este contexto, lo único que buscan es prolongar mi estadía en prisión. Buscan abrirme otros procesos para que no pueda recobrar mi libertad. Estoy dispuesta a asumir la cuota de sacrificio, como dice Fidel Castro, como hija de este pueblo luchador. La vengo asumiendo. Nosotros somos parte de este pueblo, amamos profundamente a nuestro pueblo, a nuestra clase, y nuestro esfuerzo, nuestra entrega, es por este pueblo. Somos parte del campo popular. Somos parte de la militancia de izquierda y comunista en Paraguay.
Alerta Paraguay. Necesitamos con urgencia encontrar a Lichita. Necesitamos con urgencia la libertad de Laura Villalba. Necesitamos con urgencia justicia para Lilian y María Carmen.
Que Nunca Más el silencio se imponga sobre el derecho a la vida.