1. En la realidad actual, con la globalización en curso, la política internacional de un país cobra mucho más importancia que en décadas anteriores. Pero Uruguay no ha tenido política internacional coherente con las necesidades de un país pequeño que por su posición geográfica puede, sin embargo, jugar un papel geoestratégico importante. La política ha […]
1. En la realidad actual, con la globalización en curso, la política internacional de un país cobra mucho más importancia que en décadas anteriores. Pero Uruguay no ha tenido política internacional coherente con las necesidades de un país pequeño que por su posición geográfica puede, sin embargo, jugar un papel geoestratégico importante. La política ha sido seguir los dictámenes de Estados Unidos pero no se ha desarrollado una política de acercamiento con otros países de América del Sur más allá de la obligación asumida dentro del Mercosur. Me refiero a una política de acercamiento a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) en lo político social y económico.
2. La política internacional de Uruguay ha limitado su esfuerzo hacia Argentina, Brasil y Estados Unidos olvidando la región en general y teniendo desparramados, con honrosas excepciones, burócratas de la diplomacia que nada aportan hacia una integración de la región, y son un gasto importante para el país.
3. Los acercamientos y la profundización de las relaciones hacia los países de la Comunidad Andina de Naciones, han estado de acuerdo a la capacidad y voluntad de los embajadores de turno.
4. Teniendo en cuenta la importancia geoestratégica actual de la Región Andina, con la realidad venezolana, el largo conflicto colombiano, las particularidades bolivianas, el proceso sociopolítico peruano y la peculiaridad política, social y económica de Ecuador, exige el diseño de una política global de acercamiento con la CAN que además tenga en cuenta las especificidades de cada nación que la componen. Esa política hacia la CAN y hacia los países que la integran, si bien pasa en parte por el MERCOSUR (primer y fundamental escalón de la política externa uruguaya), no solo debe llevarse a cabo a través de esa instancia sino desde la Cancillería, desde el país.
5. Con una política coherente hacia la CAN, Uruguay puede estrechar lazos políticos, sociales y comerciales, los que no se ha dado porque la política hacia la región ha dependido de la capacidad o buena voluntad de los embajadores de turno como dije antes. Lamentablemente, la mayoría de los diplomáticos que han actuado en la región, además de no tener conocimiento de la complejidad andina no tuvieron la voluntad ni la creatividad para dejar de lado el mero papel burocrático, con alguna excepción que confirma la regla, y que supo abrir la Embajada en Ecuador a quienes podíamos aportar para mejorar y profundizar las relaciones entre Uruguay y Ecuador, porque teníamos una trayectoria y un reconocimiento en distintos sectores políticos, sociales, culturales, e institucionales.
6. En la oportunidad mencionada, más allá de las diferencias políticas y de los recursos casi nulos, fue posible trabajar fortaleciendo el intercambio cultural entre los dos países, e incluso mejorar el intercambio comercial. Sin embargo, terminada su gestión, al no existir un plan de trabajo y una política hacia Ecuador y la región, el esfuerzo se diluyó. A eso se sumó la inoperancia, e incluso la actuación negativa para la imagen del país de algún otro embajador que produjo incluso problemas públicos reiterados que finalmente llevaron a su retiro del país.
7. Con una política de estado hacia la CAN, llevada adelante por un gobierno serio como el del Frente Amplio-Encuentro Progresista- Nueva Mayoría, Uruguay como país, además de profundizar en la integración puede, por ejemplo, tener un papel protagónico y jugar un papel importante como mediador en los conflictos que se presentan.
8. Sin, obviamente, introducirse en los asuntos internos de los países, una política seria genera credibilidad que lleva a ser tenido en cuenta por los diferentes gobiernos, actores políticos, sociales y económicos, lo que debe ir acompañado de una acción, manteniendo la necesaria independencia, muy agresiva de amistad política, social, económica y cultural.
9. El concepto de amistad política, social, económica y cultural es un concepto muy importante en el Area Andina, va más allá de lo meramente diplomático y tiene incluso raíces ancestrales por lo que debería ser desarrollado en forma más extensa dentro de cualquier política externa de estado hacia la región andina. Manejando claramente el significado de ese concepto en el área, es posible aportar de una forma más certera en la solución de conflictos y en la consolidación de un bloque suramericano.
10. Un excelente embajador de Brasil, y viejo amigo, Osmar Choffi, quien jugo un papel muy importante en la resolución del conflicto histórico entre Ecuador y Perú, es un importante ejemplo de como la diplomacia puede estar al servicio del mejoramiento de las relaciones entre los países de América del Sur, y puede jugar un papel más relevante que la propia diplomacia estadounidense, que por ese tiempo tenía un bajo perfil en la región. Aunque, es obvio que Brasil juega un papel importante siempre, por su poderío, y porque tiene una política geoestratégica clara hacia la región, ninguno de sus embajadores han jugado el papel de Choffi, quien además consolidó una amistad política, social, económica y cultural entre su país y Ecuador, debido al conocimiento de Ecuador y la región.
11. Hoy la diplomacia estadounidense en la región es más agresiva que nunca. Los embajadores no se limitan a hacer su trabajo en beneficio de los intereses de su país, sino que se involucran directamente, con opinión y acción, en la políticas nacionales y regionales, influyendo en las decisiones políticas, militares y económicas y cumpliendo en distintos frentes la política internacional diseñada desde el gobierno de Estados Unidos.
12. La diplomacia uruguaya, a pesar de los límites que tiene, con una política seria hacia la CAN y sin introducirse en problemas internos o regionales, puede ayudar a balancear la agresividad estadounidense, trabajando en forma coordinada entre sus diferentes embajadas en la región y coordinando mejor con las embajadas de los demás países del Mercosuur en la CAN, sobre todo con las de Brasil y Argentina. Uruguay debería impulsar dentro del Mercosur la importancia estratégica de consolidar las relaciones políticas, sociales, económicas y culturales con la CAN, lo que implica además tener una mayor respetabilidad en los países andinos
13. Es necesaria una política agresiva en el relacionamiento social pueblo a pueblo para el cual las embajadas pueden ser puentes sin involucrarse en lo interno; una política agresiva en el relacionamiento económico entre pequeños, medianos y grandes empresarios, para la cual también deben ser puentes las misiones diplomáticas; y una política agresiva en el intercambio cultural en la cual también pueden jugar un papel muy importante las embajadas. Las embajadas también pueden aportar en un mejor relacionamiento entre las estructuras parlamentarias de los países, entre las alcaldías, entre las instituciones de investigación científica, entre las instituciones educativas, etc, pero no lo han hecho.
14. La política de estado hacia la CAN además de tener el objetivo de consolidar los diferentes aspectos de las relaciones internacionales ya señalados y de colocarle al país en un lugar destacado dentro de las relaciones internacionales en la región, tendría el objetivo estratégico fundamental de consolidar el bloque sudamericano que haga contrapeso a Estados Unidos y que trabaje por un mundo pluripolar en contraposición a la política estadounidense de consolidar un mundo unipolar.
* Escritor y periodista uruguayo radicado desde 1992 en Ecuador. Analista, experto en temas geopolíticos y sociales de la Comunidad Andina. Catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito. En 2004 recibió La Pluma de la Dignidad otorgada por la Unión Nacional de Periodistas de Ecuador. Es además Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí 1990. Director del Quincenario Tintají de Quito y Corresponsal de la Agencia IPS en Ecuador. Fue columnista de varios diarios ecuatorianos. Algunos de sus libros son: Rebeliones indígenas y negras en América Latina, La rebelión de los indios, Mujeres del siglo XX, Plan Colombia. La paz armada y El movimiento indígena y las acrobacias del coronel.
Septiembre de 2004