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México

Atenco: la historia se repite

Fuentes: Revista Laberinto

Ante sucesos tan graves como la represión en Atenco, los medios masivos cierran filas y cubren todo con un manto de engaño y tergiversación. En tales casos el correo electrónico es una opción para informar a la mayor cantidad de gente posible. Los textos siguientes forma parte de esos intentos por difundir la verdad entre la gente.

Saludos a todos.

He detenido los correos que tenía casi listos para dar prioridad a lo que ahora es prioritario en el país: los sucesos de San Salvador Atenco.

Y es urgente, entre otras cosas, porque quienes nos hemos autoimpuesto algún compromiso con esta realidad estamos ahora en la obligación de hacer algo, lo que esté en nuestras manos. Una de las cosas que yo puedo hacer es contribuir a buscar un equilibrio informativo ante la feroz embestida de los medios. Desde hace años no se veía una campaña de manipulación tan indecente como la que ahora despliegan los merolicos de tele y radio comerciales, así como los diarios de conocida vinculación con las élites privilegiadas de este país.

Y lo que ahora sucede es repetición fiel de las tácticas que los gobiernos déspotas han empleado cada vez que reprimen. Eso se hace evidente al informarse un poco.

La mayor parte de este correo y los que quizá sigan será para dar a conocer hechos, porque es precisamente eso lo que los medios están ocultando y/o arreglando para que sus veredictos judicialoides parezcan sólidos. Ocasionalmente agregaré algunos comentarios.

En momentos como éste se hace evidente lo valioso que puede ser un medio como internet, pues el cerco informativo -como pasa siempre que los gobiernos lanzan un fuerte golpe contra la sociedad- es brutal. Dado que por varios motivos no me es posible dedicar mucho tiempo a la búsqueda y recopilación de información, quiera agradecer públicamente al buen Darío Villaseñor por enviarme una buena cantidad de material de diferentes fuentes.

Un último comentario: desde luego, los hechos que se mencionarán a continuación vienen de medios conocidos y de otras fuentes independientes de menor alcance, y quizá alguien piense que no tenemos por qué creerles. Discutir eso sería interminable, así que sólo diré esto: los medios de nuestro país está violando una regla de oro del periodismo, que es dar espacio a todas las voces. Si algunos prefieren confiar en esos imperios que por definición no pueden ser imparciales, y que nos ponen a gente agradable para enredarnos, pues allá ellos. Yo me inclino por las organizaciones civiles pues, aunque desde luego no son infalibles, han dado muestras de mucha mayor decencia. Además, estoy de acuerdo con quienes piensan que, dado que la tele y radio comerciales han cargado la balanza a un solo lado, pues nosotros debemos hacer lo mismo, en sentido contrario, para tratar de restaurar el equilibrio en la medida de lo posible.

Vamos a los hechos.

San Salvador Atenco, como muchos recordarán, llamó la atención de este país y de otros en 2002, cuando sus ejidatarios obligaron al gobierno a dar marcha atrás en el proyecto para expropiar sus tierras y construir un nuevo aeropuerto internacional para la Ciudad de México. En esa lucha surgió el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra. Dado que sus movilizaciones incluían como símbolo el machete, no perdieron oportunidad algunos para llamarlos agresivos e incluso terroristas. Después de este episodio desaparecieron de los medios, pero en la comunidad no hubo paz total. Las tensiones y presiones de los poderes políticos siguieron presentes.

Así pues, los sucesos de hace unos días son resultado de un proceso y no algo coyuntural, que de nuevo es la tesis de los desorientadores de la opinión pública.

Ya en fechas recientes, el 6 de abril pasado pobladores de Atenco protestaban por el abandono de una escuela para niños con discapacidad en el municipio Papalotla. Llegaron granaderos y policías y se dio un enfrentamiento de unas cinco horas. En él participó, en apoyo a Atenco, gente de lugares vecinos: Jolalpa, Santa Catarina, Cuatlinchan, Mexquipayac, Acuexcomac, Tezoyuca, La Puri, Papalotla e incluso un contingente de la Universidad Autónoma de Chapingo. Dicho enfrentamiento fue una especie de continuación de la agresión policiaca realizada cinco días antes contra vendedores de flores que fueron apoyados por los atenquenses para repeler la agresión. De hecho, los habitantes de Atenco que están en esta organización ya eran conocidos y solicitados en las regiones vecinas para resistir a la fuerza pública. (Información tomada de un artículo de Alberto Híjar (http://www.narconews.com/Issue41/articulo1763.html).

Esto nos lleva a una primera idea importante: se trataba de un movimiento de resistencia que ya era capaz de repeler agresiones, que se estaba fortaleciendo y empezaba a construir alianzas. Cualquier estratega sabe que esto es un mal precedente, así que era necesario desmembrar la organización en la primera oportunidad.

Otro antecedente que lo ilustra:

El 10 de abril, en Acapatzingo, Morelos, se dio un acto de resistencia para evitar la destrucción ecológica de la barranca Los Sauces, que está en la mira de constructoras como la del arquitecto Sergio Berrenechea, conocido socio del gobernador Sergio Estrada Cajigal. La intención era derribar los árboles y edificar un centro comercial. Ni siquiera se ha solicitado autorización de la CFE para efectuar las obras bajo la línea de alta tensión que pasa sobre la barranca.

Según ambientalistas, las barrancas evitan el calor excesivo al traer al valle los vientos frescos de las montañas; su desaparición provocaría un aumento de calor en Cuernavaca, ciudad construida sobre un abanico aluvial que se descarga hacia el Golfo de México.

El caso es que ese día llegó al lugar el Subcomandante Marcos y miembros de «la otra campaña» para apoyar a quienes impedían las obras, algunos atándose a los árboles. Se formó un contingente de estudiantes, ambientalistas, gente del lugar, etc., que recibió apoyo de la cooperativa Pascual e incluso de personas de la exclusiva zona residencial vecina que también se oponen al ecocidio. Además, llegó un contingente de unos 200 campesinos de Atenco para reforzar el plantón.

Ante esto, los elementos de la policía -que seguramente no fueron enviados para contemplar el paisaje- terminaron retirándose. Al menos hasta ese momento se frustraron los intentos para devastar la zona.

En Morelos no son raras estas acciones de resistencia. Existen ahí muchos grupos sociales que conservan la tradición de resistencia que se remonta hasta Zapata. Pero ahora, además, empiezan a estrechar lazos con otras organizaciones, incluidos los comuneros de Atenco. Es claro que lo de Morelos fue un ejemplo de lo que puede pasar si se va uniendo la gente.

Como es válido suponer, en la represión de Atenco también estuvo presente, por parte del gobierno de Fox, una intención de venganza por estorbar a su compañero de partido: ese nefasto sujeto que aún gobierna Morelos a pesar de las porquerías que se le demostraron.

Y también hay otro mensaje: «vean lo que pasa a quienes le hacen caso al llamado del EZLN».

Hay evidencias de hostigamiento en las zonas por donde pasa «la otra campaña». Por ejemplo, el asesinato el 4 de mayo de Faustino Acevedo Bailón, tesorero del municipio autónomo zapoteco San Blas Atempa, Oaxaca. Este lugar, por cierto, fue atacado por la policía de Oaxaca hace varias semanas, después de haber recibido a «la otra campaña» en su paso por Tehuantepec. (La Jornada, domingo 7 de mayo)

Ya en lo que se refiere a la zona de conflicto, desde el 20 de abril el gobierno municipal (perredista) de Texcoco, montó un cerco policial contra los campesinos que trataban de vender sus flores y otros productos. El 2 de mayo esta gente realizó una concentración en la subprocuraduría de Texcoco, buscando una forma de resolver el problema. Ni autoridades estatales ni municipales respondieron. (Información tomada de un desplegado del Frente de Pueblos en defensa de la Tierra, con fecha 4 de mayo, y que puede ser consultado en (http://mexico.indymedia.org/tiki-view_blog_post.php?blogId=39&postId=1696 )

En la madrugada del miércoles 3 de mayo, un grupo de floricultores, apoyados por campesinos de Atenco pertenecientes al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, trató nuevamente de instalarse frente al mercado Belisario Domínguez para vender su mercancía. Como en los quince días anteriores, estaba la policía para desalojarlos, pues las autoridades se negaban a permitirles vender por ser irregulares. Sin embargo, es conocido que existen planes para construir en ese lugar una tienda Walmart.

Cuando los floricultores trataron de colocarse en la banqueta del mercado la policía arremetió contra ellos, que repelieron el ataque. Así se inició el enfrentamiento. La policía incluso desalojó violentamente a todos los locatarios del mercado. Es decir, a los que sí son «regulares».

En este nuevo enfrentamiento entre policía y atenquenses un muchacho de 14 años falleció y hubo varios lesionados, repartidos en ambas partes. Hubo 43 miembros del FPDT detenidos. (Centro de Medios Independientes http://chiapas.mediosindependientes.org ). Además, algunos policías fueron tomados como rehenes.

Varios atenquenses se replegaron en una vivienda, desde donde repelieron los ataques de la policía. Entre ellos se encontraba Ignacio del Valle, conocido como el máximo dirigente del FPDT. Ahí recibió varias llamadas de parte de funcionarios del gobierno estatal, a los que respondió que aceptaban el diálogo si retiraban la fuerza pública y que sólo pedían que se permitiera a los floricultores vender sus productos. Sin embargo, desde las 8:30 hasta las 17:30 ninguna autoridad se presentó a dialogar con los atrincherados. NUNCA HUBO DIÁLOGO.

Por el contrario, las autoridades estatales y federales siguieron enviando elementos policiales. Oficialmente se dijo que la intención era rescatar a los policías retenidos, pero otras fuentes señalan que éstos ya habían sido liberados.

Después de la las nueve, la policía invadió la vivienda; no se sabe si hubo alguna orden de cateo. Ignacio del Valle y los demás fueron sometidos y golpeados en forma brutal y evidentemente innecesaria. Un miembro del FPDT, Rodolfo Cuéllar, fue sacado prácticamente inconsciente. Una joven y una señora suplicaron en vano a los granaderos que dejaran de patearlas. »Se las vamos a partir, nos vamos a vengar, no sean llorones», respondieron las fuerzas «del orden», las que se encargaron de reestablecer «el estado de derecho».

Incluso varios reporteros, fotógrafos y camarógrafos fueron agredidos por la policía. Un fotógrafo, Héctor Téllez, que registró estas escenas de brutalidad, fue agredido y pateado por casi una veintena de policías. (Todas estas cosas se consignan en La Jornada, edición del 4 de mayo).

La toma del poblado de San Salvador Atenco fue planeada y ejecutada en la madrugada del 4 de mayo. En ella participó activamente como comisionado de la agencia de seguridad del estado de México un oscuro individuo llamado Wilfredo Robledo, con buena experiencia en el ramo: él, como jefe de esa fracción del ejército disfrazada como Policía Federal Preventiva, organizó la toma ilegal de la UNAM en 2000, y tiempo después fue cuestionado por la compra de equipo, aviones y helicópteros obsoletos, aunque desde luego nada se le hizo.

Los miembros del FPDT resistieron, pero la ofensiva fue superior, basada en el número (unos tres mi elementos) y la fuerza, aderezadas con generosas dosis de gases lacrimógenos. Durante el operativo de toma del poblado hubo varias cositas, por ejemplo, las que consigna La Jornada en su edición del 5 de mayo:

Mientras los federales avanzaban contra el último retén, algunos se acercaron a la larga fila de tráileres que permanecían varados en el sentido contrario, y en algunos casos rompiendo cristales obligaron a los conductores a despejar el camino: »¡Vamos, rápido, limpien la carretera!», fue la orden a los adormilados choferes.

A las 7:30 de la mañana comenzó la detención de los últimos hombres y mujeres que resistieron. La calle Florida se convirtió en un corredor de violencia inaudita. Los dos agentes policiacos lesionados -uno sangrando de la cabeza y el otro con la rodilla destrozada- fueron atendidos ahí mismo. Ahí fue vejado Jorge Salinas Cardón, quien gritaba: »¡Soy de Teléfonos de México!». Pues sí, le respondió un policía estatal, »pero eres el cabrón que ayer se divertía aventándonos piedras y bombas».

Mientras Salinas sangraba de la cabeza los policías lo insultaban y el hombre se azotaba sobre el pavimento. Luego, suplicante les decía: »No es verdad, soy inocente». Todo fue inútil…

Luego de la entrada de la policía, y los destrozos que hicieron los uniformados en el auditorio, comenzaron las capturas; las aprehensiones incluían una toletiza y arrastrarlos en vilo hasta las camionetas, donde les obligaban a bajar la cabeza; si no obedecían les encajaban las rodillas en cualquier parte del cuerpo o les pisaban la cabeza con las botas de casquillo. «¡Baje la cabeza, cabrona!», le exigieron a una mujer indígena.

A las 7:45, las policías federal y estatal ya controlaban todo el pueblo.

No está de más comentar que, según este mismo diario, «cada una de las viviendas cateadas en San Salvador Atenco fue señalada por un civil encapuchado, que acompañó al cuerpo de elite de la Policía Federal Preventiva conocido como Grupo de Operaciones Especiales (Gopes). En el recorrido por la comunidad, el denunciante anónimo llegó hasta la vivienda de la familia de Ignacio del Valle, dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT).»

«Una vez que la policía tomó el control de este poblado, y apenas terminaban de disiparse las nubes de gas lacrimógeno, grupos de agentes se movilizaban, de manera aparentemente discreta, en medio de las calles vacías y tendían retenes momentáneos. Una vez que tenían delimitada un área, aparecía un grupo de alrededor de 50 elementos del Gopes, entre ellos un hombre con el rostro cubierto por una capucha, quien identificaba el sitio exacto donde debían realizar la irrupción.»

Como ven, la táctica fue clásica en todo, hasta en el uso de «soplones».

Por cierto, la versión oficial argumentó que las múltiples invasiones de casas sin la orden correspondiente, no fueron violatorias de la ley, porque se actuó contra personas que cometieron un delito en »flagrancia» (es decir, que fueron sorprendidos en el momento de cometer el delito, lo cual permite el arresto sin orden judicial), y que por ello, no se incurrió en el ilícito de allanamiento de morada (La Jornada, 5 de mayo). Esto significa -digo yo- que los policías tienen una prodigiosa memoria y estuvieron seguros de que todas las personas que fueron encontradas en las viviendas participaron en los enfrentamientos y por eso las arrestaron a todas. Este argumento es para paralíticos mentales.

Es una muestra de que el poder autoritario lanza pretextos sólo para cubrir las formalidades; no le importa que sean estupideces, pues no le interesa convencer. Y claro, sólo se procede así cuando se tiene enfrente una sociedad apática y tan desorientada que termina defendiendo a su verdugo.

Y ya que andamos en estos terrenos de la mente humana, es necesario comentar algunas cosas. El ya citado Wilfredo Robledo se aventó algunas declaraciones que seguramente serían interesantes para los psicólogos.

Primero definió a los miembros del FPDT como »Secuestradores, homicidas, personas a las que es más fácil señalar qué delitos no han cometido, que enumerar los ilícitos en los que han estado involucrados» (La Jornada, 5 de mayo). Yo digo dos cosas: en el plano estratégico, ésta es la fase que sigue a la agresión física: la agresión moral. Igual se hizo después de arrestar a los estudiantes de la UNAM en 2000: se les acusó hasta de terroristas. Esto es necesario para justificar la represión ejercida, por eso los calificativos suben de tono. Por eso en la tele nos mostraban una y otra vez las imágenes de los campesinos que goleaban como bastante saña a uniformados caídos (volveremos sobre eso luego). Por otro lado, este discurso es prácticamente igual al que han usado siempre los regímenes fascistas (Hitler, Mussolini o cualquier dictadura latinoamericana) para referirse a los opositores que encarcelan. Esa andanada de insultos es otra forma de ejercer la violencia y es un retrato característico de quienes desde el poder ejercen el terrorismo. En pocas palabras, es parte del discurso del terrorismo de Estado. Es el discurso de Israel, que llama asesinos despiadados y terroristas a los palestinos que masacra todos los días.

Eso no es todo. Los reporteros le preguntaron a Robledo sobre los innumerables excesos de violencia en el operativo policiaco. Cito textualmente:

«-¿Usted dará una explicación, una justificación del por qué a los detenidos se les propinó una tremenda golpiza?

-No habrá ninguna explicación. No hay nada qué justificar.

-¿Están aplicando la ley del Talión?

-Esa conclusión… sáquenla ustedes. Yo no voy a dar ninguna explicación, ya les dije.»

Y las declaraciones siguieron en este tono:

» ‘Vamos a detener a todos’, dijo Robledo, en referencia a América del Valle, hija de Ignacio del Valle; la señora Trinidad, esposa del dirigente encarcelado, ya que, según él, ‘todos tienen órdenes de aprehensión’ pendientes de ejecutarse, y señaló que a ellos, al igual que al resto de los detenidos, se les encarcelará en zonas alejadas de Atenco.»

En estas declaraciones, entre otras, considero que hay algo particularmente grave: en la arrogancia de este sujeto se puede entrever su mentalidad fascista. Ya no se preocupa por guardar las apariencias, sino que amenaza, muestra desprecio a los derechos elementales de los detenidos y a quienes los invocan, e incluso advierte la dureza con la que serán tratados aquéllos. Este tipo parece recrearse en la violencia que ha desatado. El 6 de febrero de 2000, como jefe máximo de la Policía Federal Preventiva, dio una conferencia de prensa sobre su «heroico» operativo para violar la autonomía de la UNAM. Entonces se le preguntó sobre la posibilidad de que estudiantes y padres de familia se dirigieran a las instalaciones universitarias para retomarlas y su respuesta fue: «el que quiera estar en la cárcel, pues que lo haga».

En esta forma de sentir que se tiene poder sobre los demás, sólo porque se está protegido por el poder, hay cobardía, y sin duda, muestras de eso que Erich Fromm llamó «el carácter autoritario», donde sadismo y masoquismo coexisten.

Pero eso sí: este tipo, actualmente vicealmirante, declaró sin pudor que el operativo del 4 de mayo fue «limpio». El resultado de esta operación de limpieza fue de más de 200 detenidos, a quienes seguramente espera, como a los estudiantes de la UNAM, un proceso lleno de irregularidades y particularmente sañudo.

En un tono similar se manifestó el gobernador panista de Jalisco, que en 2004 ordenó una dura represión y encarcelamiento de manifestantes altermundistas: «Ramírez Acuña declaró, por su parte, que los ‘macheteros’ que hirieron a varias personas son delincuentes que se alquilan y que el gobierno local permitió los sucesos, por lo que exigió que el estado de México se ‘faje los pantalones, como nos los fajamos en Jalisco con los globalifóbicos hace ya dos años, porque cuando se permiten este tipo de cosas no es ser un gobierno abierto, es ser un gobierno endeble y pelele’ » (La Jornada, 5 de mayo). Como ven, es muy clara la psicología fascista de este señor: la fuerza es virtud. La verdadera cualidad de un gobierno no es la sensibilidad, sino la dureza. Los que escuchan son débiles y peleles. Es lo mismo que nos dice una de las frases de campaña de Felipe Calderón: «mano firme».

Esto no es nada nuevo. Los grupos ultraderechistas no se basan en la razón, sino en la fuerza, y su lenguaje los evidencia. Por eso se llama «El Yunque» la oscura organización ultraderechista que ahora domina al PAN, y a la que pertenece el dirigente Manuel Espino (vean su lenguaje contra Chávez o Poniatovska); por eso el grupo porril que dirigía Fernández de Cevallos en la UNAM en los sesenta tomó un nombre que correspondía a las siglas MURO; por eso el grupo de choque que Echeverría usó para reprimir en 1971 en San Cosme se llamaba «Halcones». Todas son imágenes de fuerza.

En tal sentido, son similares la respuesta de Robledo hacia los reporteros que le invocaron los derechos humanos y la premiación que Ramírez Acuña otorgó a sus policías como respuesta a las denuncias y demandas de castigo. En ambos casos se mostró desprecio por los derechos humanos y una naturaleza autoritaria; es decir, enfermiza.

Es necesario detenernos en otra vertiente del asunto, que lo relaciona con «la otra campaña», que realiza el EZLN por el país para promover una línea de acción política independiente de la élite política y que plantea la eliminación de este sistema corrupto para reemplazarlo por otro que sea aliado de la sociedad. Como ven, es un discurso bastante alejado de los paradigmas de la propaganda de este país, pero para mí es el discurso correcto, como seguramente entenderán quienes hayan sido tan amables como para leer mis correos anteriores.

Este discurso radical (en el sentido correcto del término) es lo que planteó el EZLN en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, que dio a conocer en junio de 2005. En ella además se anunció la intención de salir de Chiapas para tender alianzas, lazos de cooperación con todas las otras organizaciones y agrupaciones sociales que hay en el país con objetivos similares…y que son muchas más de las que nos imaginamos, como ha documentado el reportero y escritor Hermann Bellinghausen, quien ha seguido a «la otra campaña» en su recorrido por el país.

Esta estrategia de salir de la madriguera para hacer alianzas con los demás es también correcta. Fue lo que gente como Tomás Mojarro le aconsejaba hacer a los estudiantes en huelga de la UNAM en 1999 para evitar la derrota. No se hizo así y los resultados ya los conocemos.

El caso es que durante su recorrido la caravana del Subcomandante Marcos ha establecido relaciones con organizaciones urbanas, campesinas e indígenas que se han convertido en «adherentes a la Sexta». Es decir, que aceptan la Sexta Declaración y se comprometen a trabajar dentro de la estrategia que plantea. También se les llama adherentes a «la otra campaña».

El FPDT es adherente a la Sexta y además, como ya se dijo, ha apoyado en la seguridad del Marcos en su recorrido, dentro del cual visitó Atenco hace poco. En cuanto se hizo público lo sucedido en esta localidad, la dirigencia del EZLN pudo ver claramente la posibilidad de que se tratara de una maniobra que buscara la reacción en cadena, y dar al gobierno el pretexto para extender la ofensiva hasta el EZLN. El 4 de mayo se declaró una alerta roja y en Chiapas fueron cerrados los «caracoles» y las oficinas de las Juntas de Buen Gobierno. Marcos hizo público su repudio a la represión e informó que suspendía el itinerario de «la otra campaña» para involucrarse en el apoyo a los detenidos en Atenco.

Ahora transcribo fragmentos de una nota de Hermann Bellinghausen publicada en La Jornada el 5 de mayo, en donde además nos da algunas muestras de algo que los medios han silenciado por completo: las reacciones de repudio suscitadas en México y otras partes del mundo. Los subrayados son míos.

LA REPRESIÓN, UN «ATAQUE DIRECTO» A LA OTRA CAMPAÑA

Un alud de protestas y movilizaciones ha seguido a la brutal incursión de la policía mexiquense (o sea estatal, con una bendición federal extraviada en sus eufemismos) sobre la población de San Salvador Atenco. Tras criminalizarla en el más alto tribunal de la nación, que son los noticiarios de la televisión y la radio comerciales, por el increíble delito de defenderse, esta población campesina puede ser tranquilamente torturada en vivo y en el mejor horario sin que el televidente escuche algo sobre lo que está viendo. Sin que la información al alcance del público diga algo al respecto. Sin que el subsecretario de Gobierno ni el general y jefe de la policía del estado de México se molesten en considerar la existencia de eso que llamábamos «derechos humanos». Su precursor -en más de un sentido-, Arturo Montiel, ya predicaba que esos derechos «no son para las ratas».

Bloqueos de avenidas, bulevares y carreteras en la ciudad de México y otros estados de la República. Toma de consulados mexicanos en Austria y San Francisco, California. Actos de protesta en Roma, Vancouver y Barcelona (…) Una decena de grupos de Vancouver, Canadá, entregó en la legación diplomática de nuestro país un documento para denunciar que «el gobierno federal de Vicente Fox, en coalición con el PRI y el PRD, no se tientan el corazón para reprimir, matar y encarcelar a la población más pobre de México».

El ataque policiaco contra Atenco fue considerado una agresión directa contra la otra campaña, tanto por el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra como por la coordinación de la otra campaña en el Distrito Federal.

A lo largo del día ocurrieron bloqueos en diversos puntos de la ciudad en apoyo a los atenquenses. Dos en el Periférico Sur, otro más en Insurgentes -a la altura de Ciudad Universitaria-, así como en la vía Xochimilco-Cuernavaca, calzada Vallejo y Azcapotzalco. Además, se bloquearon las carreteras a Puebla, Pachuca y Texcoco; la calzada de Chalco, y se confirmaron cierres viales en las capitales de Michoacán y Tlaxcala. En la tarde se realizó uno más en el pueblo de San Gregorio, al sur del Distrito Federal. (…)

Entre los centenares de lesionados y aprehendidos en la «ejemplar» jornada de «orden y ornato» de las autoridades presuntamente mexiquenses, se desconoce el número de heridos y detenidos que son adherentes de la otra campaña, pero al menos hay un caso muy grave. Alexis Berumea, estudiante de economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, recibió en la cabeza la explosión de una bomba de gas lacrimógeno arrojada por la policía mexiquense que le produjo dos fracturas de cráneo, exposición de masa encefálica y 30 por ciento de hematoma cerebral. Como la policía impidió el paso de ambulancias (inclusive de una de la Cruz Roja Internacional), el joven permaneció 12 horas sin atención médica, escondido en una casa particular.

Prácticamente los más de 220 detenidos en Atenco son considerados miembros de la otra campaña, dado que allí la adhesión a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona fue colectiva. Por lo demás, esta noche se había confirmado la aprehensión de cinco miembros de la Karavana de la otra campaña que viaja con el subcomandante Marcos por todo el país: el doctor Guillermo Selvas y su hija Mariana, y Leticia Ramírez Pacheco (los tres se encuentran, extraoficialmente, en el penal de Santiaguito); Bertín Reyes Ramos, joven y brillante dirigente de Frente Popular Revolucionario (en el penal de Almoloyita), y la fotógrafa de nacionalidad alemana Samantha Dietmar. Ninguno ha sido presentado, pero de la última se supo que permanece en los separos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, pues se le podrían fincar cargos que impidan su liberación o sería deportada. Permanecen desaparecidas dos jóvenes más de la Karavana, de nacionalidad española; sólo se sabe que se llaman María y Cristina. Todos ellos llegaron a San Salvadador Atenco la noche del miércoles para solidarizarse con la entonces sólo amenazada gente de las comunidades.

Reacciones internacionales

Numerosos colectivos europeos se pronunciaron hoy ante la alerta roja declarada por el EZLN y la violencia institucional en Texcoco y San Salvador Atenco. Desde Italia, Francia, Grecia, Alemania, el Estado Español y Austria se dio a conocer un documento que declara: «Preocupados por los hechos sucedidos, y frente a la represión brutal ejercida por la policía y las autoridades, queremos responder al llamado realizado por la Comisión Sexta del EZLN y la otra campaña. La comisión integral intergaláctica demanda solidaridad para exigir la puesta en libertad de las personas detenidas y la retirada de la policía de San Salvador Atenco. Lo consideramos una provocación intolerable frente a unas reivindicaciones justas y nos sumamos a las acciones pacíficas para defender los derechos y reclamos de los de abajo».

En tanto, en las protestas en Vancouver tuvieron repercusión: «Pese a que el gobierno mexicano ha desplegado en Canadá una eficaz política de medios para que no se conozcan sus arbitrariedades, el último mes la información sobre México ha sido -más que en ocasiones anteriores- no el centro de la noticia, pero comienza a tener visibilidad. Primero fue el asunto de los trabajadores agrícolas migrantes, luego los migrantes en Estados Unidos y ahora San Salvador Atenco».

Un reporte de los convocantes expresa: «El escuchado programa Latino Soy dio puntual información de la protesta frente a las oficinas del consulado mexicano, ubicado en Heasting-Oeste de las once a la una de la tarde, exigiendo cese a la represión en Atenco y Texcoco, liberación de los más de cien prisioneros políticos detenidos, atención médica a los heridos y la salida inmediata de la PFP de Atenco».

Los convocantes y participantes en la protesta pertenecen a No One Is Illegal-Vancouver, Bus Riders Union, Latin America Connexions, Building Bridges, CIPO-Vancouver, FMLN-Vancouver, familiares de presos políticos de México, la Surda, MAWO, la Liga Internacional de Pueblos en Lucha y el Partido Comunista de la Columbia Britanica, entre otros. «Marcharon por la acera, gritaron consignas como ‘¡Fox represor¡’, ‘¡Zapata vive, la lucha sigue¡’ y ‘¡Presos políticos, libertad¡'».

Los participantes establecieron que sus acciones están en el contexto de la otra campaña y que respondían al llamado del EZLN en el comunicado del teniente coronel Moisés (ver recuadro). «Es la primera de muchas actividades más que haremos si el gobierno del PAN de Vicente Fox no detiene la represión, deja en libertad a los presos políticos y no cesa el hostigamiento a la otra campaña». Anunciaron una reunión este 5 de mayo a partir de las cuatro de la tarde en el local de Mosaic, «para trazar conjuntamente el quehacer de todos los adherentes a la Sexta Declaración en Vancouver ante el clima de represión que se sufre en México».

Ahora debemos retomar un asunto difícil de abordar: la violencia. Ya aclarado que nadie con juicio sano puede disfrutarla, debemos aceptar que no siempre se le puede evitar. Para variar, la propaganda nos habla de la violencia en forma vulgar, pero nosotros debemos siempre analizar esto distinguiendo entre dos tipos: violencia-causa y violencia-efecto. ¿Que los atenquenses fueron violentos? Sí, con violencia-efecto, porque se defendían de quien inició el ataque ese día y que los había hostigado durante mucho tiempo…quien lanzó la violencia-causa. ¿Que algunos de los atenquenses se ensañaron con algunos policías? Sí, y por supuesto es reprobable. No hay justificación para ello, pero sí una acotación, una nota a pie de página: eso sucede cuando se tiene rabia acumulada. No se vale que ahora finjamos sorpresa y olvidemos que en este país la brutalidad de policías y ejército es algo cotidiano. Sólo gente como la de Atenco o de Chiapas, o muchas de las que han salido a los medios mediante «la otra campaña» saben cuántos agravios tienen acumulados.

En una entrevista televisiva con el lector de noticias (me reservo el término «periodista») Loret de Mola, el Secretario de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora, admitió un poco de mala gana que hubo excesos en el operativo, pero se apresuró a decir que también los hubo por el otro bando y además pidió comprensión aduciendo que en el calor de la batalla los ánimos se encienden. Ambas cosas son ciertas, pero el sujeto las aplicó hipócritamente. Veamos:

Los excesos de los campesinos fueron claramente menos numerosos, pero la tele se dedicó a repetir una y otra vez (maniobra clásica) las escenas donde los atenquenses golpeaban a uniformados. Un locutor, por ejemplo, las comentaba con detalle e indignación. Sin embargo, en pocas ocasiones pasaban imágenes de policías haciendo la misma salvajada con campesinos caídos, y entonces la voz del locutor comentaba otras cosas.

Incluso en una ocasión se vio claramente cómo un policía tapaba con su escudo la cámara del reportero televisivo cuando éste registraba a otros policías en uno de sus momentos de brutalidad. Ningún comentario por parte del locutor. En otro momento, en que se dejó al aire el sonido ambiente, se ve a policías lanzándose hacia la cámara y se escucha una voz que dice algo así como: «estamos de su lado, estamos de su lado». De nuevo, nunca oí que esto fuera resaltado por los merolicos de la tele. Además, es válido preguntarse cuántas escenas habrán sido eliminadas al editar las grabaciones que salieron al aire, puesto que los medios impresos registran muchos casos más de brutalidad policiaca.

En resumen, se trató de la eterna maniobra de minimizar lo grande y maximizar lo chico.

Quizá se piense que a fin de cuentas no es cosa de números, sino de que nadie debe ser violento. No estoy de acuerdo. Es un bello principio ético, pero ajeno a la realidad. Además, dado que estamos frente un caso donde se está juzgando y condenando -desde los medios- a una de las partes, los números son muy importantes.

En lo que se refiere al «calor de la batalla» argumentado por Medina Mora, no dudo que así sea, pero entonces debemos aceptar esa «atenuante» también para los pobladores de Atenco. De hecho, más para ellos que para las fuerzas «del orden», pues SE SUPONE que son gente entrenada para responder adecuadamente en situaciones de tensión, así que en su caso la brutalidad es aún más reprochable…a menos que reconozcan algo ya sabido: que nuestra policía es corrupta, con gente ignorante que no está a la altura de su misión, y cuyas filas se nutren frecuentemente de pandilleros, ladrones, porros y otras lacras sociales.

Nada de esto fue expuesto en los medios. Sólo en una ocasión Loret de Mola comentó una escena donde se veían excesos policiacos, precisamente cuando entrevistaba a Medina Mora, y obtuvo la repuesta ya comentada, sin que entonces -como lo hacen los periodistas de verdad, que son insidiosos por naturaleza- el locutor intentara objetarla, puesto que a cualquiera se le habrían venido a la cabeza las cosas que yo he comentado en los párrafos inmediatos anteriores. Quien vio la entrevista que el mismo locutor hizo a Marcos días después -donde en todo momento trató inútilmente de acorralar al líder rebelde- puede darse cuenta de que, cuando a estos tipos se les ordena ser insidiosos, claro que lo son.

Un último ejemplo: la emisión del 5 de mayo del programa «El cristal con que se mira», del arribista Víctor Trujillo, probó de una vez por todas que cualquier tipo que está en la tele se somete a las reglas y se prostituye al sistema; aunque cambie el formato serio para reemplazarlo con albures, ocurrencias y lenguaje informal, el trasfondo es el mismo. Veamos.

El señor que sustituye a Trujillo ocasionalmente -cuyo nombre no recuerdo y francamente no me interesa conocer- mostró una parcialidad total. Cuando leyó los titulares de los diarios, únicamente lanzó críticas a La Jornada, que en su editorial cuestionaba duramente la represión. De inmediato el señor «objetó» con un lugar común: que no todos los habitantes de Atenco se sentían agraviados y que su programa mostraría entrevistas con algunos de quienes estaban de acuerdo con lo ocurrido. Este recurso me parece uno de los más baratos que usa la tele. ¿Cómo podemos saber que los entrevistados son una muestra representativa? Parece que muchos aún creen que lo que sale en la tele es lo único verdadero.

Luego, cuando mencionó el artículo de Bellinghausen citado antes, donde se dice que la represión fue un ataque a «la otra campaña», el señor dijo que entonces habría que preguntarse si todo estaba planeado por parte de los atenquenses. Esta aseveración es sumamente perversa, pues la aventó sin ningún fundamento, sólo para tratar de darle la vuela a lo que el artículo expone, pero sin refutar nada. Estas acusaciones gratuitas son comunes en los medios, donde la impunidad ante la desinformación es total. Cuando mi esposa la escuchó, hizo una mueca de extrañeza y dijo algo así como: «¿Qué diablos tiene que ver?» Sin ánimo de ofender a nadie, creo que eso habría dicho cualquiera que esté acostumbrado a pensar por sí mismo.

También respecto al artículo de Bellinghausen, el sujeto comentó que «era respetable», pero con un tono que daba claramente a entender que no estaba de acuerdo. Sin embargo, no leyó una sola línea de él, cosa que es de rigor si se está haciendo un comentario tan particularizado. Por eso lo reproduje casi íntegro, con todo y los casos de brutalidad policiaca que ya leyeron ustedes y que jamás saldrían en tele, porque se les cae la versión que todos los medios comerciales han apoyado.

Finalmente, el mismo señor puso en pantalla un dibujo del conocido caricaturista Calderón -publicado en El Universal, creo- donde se mostraba al Subcomandante Marcos como un «pájaro nalgón» (expresión aplicada en México a alguien que habla mucho y actúa poco). Si se refería al hecho de que Marcos no estaba en Atenco, vale aclarar que, según Alberto Híjar (artículo ya citado), esto no fue posible por el cerco militar que se había tendido en las carreteras de la región.

Volvamos entonces a la dicotomía básica: violencia-causa y violencia-efecto. En su artículo en La Jornada del 5 de mayo, Luis Hernández Navarro comenta: «En sociedades con graves problemas de representación política como la nuestra, es frecuente que el descontento de los sin voz busque y encuentre canales inesperados para expresarse. Años de precariedad, carencias, agravios y humillaciones explotan repentinamente por las razones más pequeñas. Ese es el caso de Atenco y de la amplia solidaridad que ha recibido. A través suyo se está expresando el profundo malestar que atraviesa el México de abajo.»

Pero toca un punto aún más importante:

» ¿Por qué Atenco? Por principio de cuentas, porque la lucha exitosa de los pobladores de Atenco (…) se convirtió en un doble símbolo profundamente arraigado en el imaginario político nacional. Hacia abajo, en ejemplo de que es posible enfrentar exitosamente las decisiones arbitrarias del poder, sin tener que echar mano de negociaciones oprobiosas. Hacia arriba, en muestra de lo nefasto que resulta la supuesta renuncia al uso ‘legítimo’ de la violencia del Estado.»

» La decisión del Ejecutivo federal de dejar sin efecto el decreto expropiatorio que afectaba las tierras ejidales para construir un gran aeropuerto, a mediados de 2002, provocó que poderosos intereses inmobiliarios y políticos perdieran un gran negocio. Para ellos el gobierno federal sentó UN PRECEDENTE INADMISIBLE al negociar con los inconformes en lugar de ejercer la mano dura (…)» (Mayúsculas mías)

» En un primer momento, la solución distendió relativamente el conflicto con los pobladores de Atenco, pero no acabó con las tensiones. Ejidatarios y avecindados siguieron sufriendo el hostigamiento sistemático del gobierno estatal. Sus dirigentes han sido detenidos, se ha promovido la división de la comunidad y se les ha negado solución a sus requerimientos. La autoridad los ha atropellado y humillado sistemáticamente. En muchos medios de comunicación electrónicos y escritos se les hostiga regularmente. En ese contexto, lejos de disminuir, el malestar y rencor de los pobladores, creció.»

» Lejos de abandonar la lucha por otras demandas, los integrantes del FPDT mantuvieron viva la movilización, utilizando las mismas tácticas que habían puesto en práctica en su resistencia a la expropiación de las tierras. Además, su apoyo a otros movimientos sociales fue constante y los vínculos con otras organizaciones, los zapatistas incluidos, profundo. Su participación en la otra campaña lo demuestra. La animadversión gubernamental y empresarial hacia ellos se hizo cada vez mayor. Su existencia misma se convirtió en un hecho intolerable, en la evidencia misma de un precedente inadmisible: negociar con los inconformes en lugar de ejercer la mano dura.»

«Se estableció así un clima de crispación sostenido y ascendente. En lugar de que el gobierno estatal buscara canales de diálogo y negociación, los cerró. Este esquema de relación entre campesinos y autoridades es el que explotó el 3 de mayo, ante un nuevo abuso policial contra ocho floricultores.»

Como ven, existen elementos para lanzar la hipótesis de que lo sucedido se enmarca en un plan para provocar y buscar el pretexto para reprimir. Un incidente que realmente no era grande recibió una respuesta desmedida, entre lo cual se incluye el consignar al dirigente Ignacio del Valle al penal de máxima seguridad de La Palma y argumentar una orden de aprensión en su contra que supuestamente estaba desde febrero, y que casualmente hasta ahora se activó.

Esto sólo se puede explicar por una gran estupidez o por una gran perversión. Y estos tipos no son tontos.

Ahora el sistema repite machaconamente por todas sus bocas los mismos puntos: que se trataba de un grupo minoritario (¿cuántas veces lo habrán repetido en esos días el presidente, su vocero y el gobernador del estado?) que eran delincuentes y peligrosos y que había que reestablecer el estado de derecho. Nadie se ha salido del guión. En México hay disciplina.

Hasta ahora es lo que tengo. Aclaro que este correo fue elaborado a todo vapor entre la noche del viernes 5 y la mañana del sábado 6. Así pues, me falta revisar las noticias de hoy. Es casi seguro que haya otro correo.

Espero que sigan bien.