Artículos
«Si ha habido una actividad en que las mujeres hayan participado ininterrumpidamente desde la Historia, esa ha sido la agricultura».
Teresa Pilán, La mujer en la agricultura, “Levante. El Mercantil Valenciano”, 29/7//2009
Sus «pupilos» la llamaban simplemente Lola. ¡Era la patrona! Se levantaba al alba para preparar los desayunos de los huéspedes que alojaba en su casa. Al igual que ella en su día, estos habían llegado en el marco del éxodo rural propio de aquellos años.
Las maestras de la Segunda República Española, fundada un precioso 14 de abril de 1931, fueron unas mujeres valientes y comprometidas que participaron en la conquista de los derechos de las mujeres y en la modernización de la educación, basada en los principios de la escuela pública y democrática. Sirvan estas páginas para ofrecerles un modesto homenaje póstumo.
Ante un nuevo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, resulta inevitable hacer un balance del papel económico, social y político que la mujer ha jugado en los últimos años –sean estos veinticinco, cincuenta o cien-, porque hay que reconocer que los cambios han sido espectaculares. El camino, no obstante, no ha sido sencillo. Incansables, seguimos ahí.
Un caluroso día 18 de julio de 1936, un grupo de militares africanistas se sublevó contra la Segunda República española, elegida democráticamente cinco años atrás. La rebelión triunfó en Galicia, León y zonas de Andalucía. España quedó dividida en dos sectores militares, el republicano y el fascista. Para todos los españoles comenzaron tres años de fuego, dolor y sangre, ¡tres años de agonía! ¿Y para las mujeres españolas? ¿Qué supuso la guerra civil para las mujeres de ambos bandos? Recordemos la organización y la movilización que ellas llevaron a cabo en muchos casos y lugares insólitos. Revivamos la violencia que se ejerció contra las mujeres. ¡Las violaciones fueron pan de cada día en aquella guerra fratricida! Si lo olvidamos, corremos el peligro de mutilar la memoria sobre su iniciativa, sobre sus capacidades y sobre sus propias posibilidades como mujeres.
Hace más de un siglo, los negros en todo Estados Unidos se enfrentaron a la violencia de los blancos con innumerables actos desafiantes de autodefensa. El verano y el otoño de aquel año significaron, en cierta manera, un despertar de la América negra.
«¡Ocho horas para trabajar, ocho para descansar y ocho para el ocio!» Este eslogan constituía uno de los sueños de la clase obrera mundial. Una de las principales reivindicaciones del movimiento obrero tras la Revolución Industrial fue la limitación de la jornada de trabajo que a veces llegaba a alcanzar las 16 horas diarias. […]