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Carta al Presidente del Uruguay Tabaré Vázquez, acerca del agua de la contaminada Democracia

Fuentes: Rebelión

Señor Presidente Un valiente estudiante de comunicación ha sacado a luz una muy breve síntesis de 35 informes internos de Obras Sanitarias del Estado (OSE), que establecen que el agua que consume el área metropolitana tiene una serie de elementos nada aconsejables para la salud. Sospecho que nadie le hizo llegar esta información, en caso […]

Señor Presidente

Un valiente estudiante de comunicación ha sacado a luz una muy breve síntesis de 35 informes internos de Obras Sanitarias del Estado (OSE), que establecen que el agua que consume el área metropolitana tiene una serie de elementos nada aconsejables para la salud.

Sospecho que nadie le hizo llegar esta información, en caso contrario hubiese reaccionado como acostumbra: destituyendo a diestra y siniestra. Permítame hacerle una rápida síntesis del artículo de Christian Acosta: «Un análisis del 19 de setiembre del 2013 confirmaba la presencia de Raphidiopsis, Pseudanabaena, Plankthothrix y Oscillatoriales, alcanzando entre un 23 y un 62 por ciento de la muestra total. Además se observaron Nemátodos (gusanos). Las muestras fueron tomadas del Recalque Melilla y de la Caseta de Bombeo en el punto 45». Otro informe «del 26 de setiembre, es una muestra tomada del Recalque del Cerro, en la intersección de las calles Holanda y Bogotá, que dio como resultado que un 89 por ciento del total de los organismos detectados estaba compuesto por cianobacterias, todas relacionadas con la Microcistina». Otro, «demuestra la presencia de gusanos Nemátodos en el «Tanque Cerrito», y uno del «28 de octubre revela la presencia de «larvas de Quironómidos»». Un estudio del 10 de diciembre de 2013 «mostraba la presencia de «colonias de Chroococcales» y filamentos de Oscillatoriales, en una muestra tomada poscloración. Otro del 16 de diciembre demostraba la presencia de Pseudanabaena en el «Tanque Cerrito», una cianobacteria de toxicidad aguda (por exposición) y crónica (por consumo)». «Uno de los informes obtenidos demuestra la presencia de Atrazina en agua bruta. Este informe señala que dicha agua no estaba apta para ser potabilizada» (1).

Esto es parte de lo que pudimos rescatar. Por motivos que usted adivinará, el articulista no publicó los 35 informes en su totalidad. Aparentemente, nuestro sistema democrático no le brinda las suficientes garantías. Con seguridad hay más informes, vaya a saber uno desde qué fecha las autoridades de OSE conocen esta realidad. No genera tranquilidad que el presidente de este organismo, Milton Machado, declarara el 23 de mayo de 2013 a El País que «no se han detectado nunca algún tipo de toxinas nocivas para la salud», y menos aún que el 19 de marzo de 2015 insistiera en que «nunca han pasado al agua cianobacterias tóxicas». Esto, desde todo punto de vista, es gravísimo. Corren por nuestras cañerías elementos invisibles pero peligrosos para la salud de nuestros hijos, y los funcionarios del Estado que conocen esta realidad no advierten a la población, y cuando ciudadanos responsables, como el ingeniero agrónomo Daniel Panario, alertan sobre este problema, se les descalifica. Se les descalifica y se niega a cara de perro que dichas toxinas pasen a nuestros cuerpos y se alojen en nuestro hígado haciendo estragos. Resulta que algunos periodistas han querido interrogar al presidente de OSE pero éste, olímpicamente, se niega a hacer declaraciones.

Aquí, señor Presidente, están en juego la salud de nuestra gente y la salud de nuestra Democracia. Usted, como oncólogo, ha demostrado un interés superlativo por la salud de la población, prohibiendo que se fume en lugares públicos y cerrados, cosa que aplaudo, y prohibiendo que se vendan bebidas alcohólicas en estaciones de servicio luego de las 22 horas, cosa que repudio. La primera medida fue de gran ayuda, la segunda generará un efecto adverso al buscado. Entiendo que aunque equivocado, usted se preocupe por la salud de la población; ahora bien, hay una cantidad de gente que no fuma, hay otra cantidad que no bebe alcohol, pero todos bebemos agua. No alcanza con hervirla, no alcanza con clorarla. Estas toxinas resisten esas medidas. Si usted toma agua embotellada, pero prepara el mate con agua de OSE, bebe ilex paraguariensis con Chroococcales. Si cocina arroz, consume arroz aderezado con Plankthothrix. Con la sopa, además de acelga, consume Raphidiopsis, acompañada de ese otro ingrediente llamado Pseudanabaena. Cuando lava lechuga, o cuando cepilla fervientemente la manzana para sacarle todo ese veneno pegajoso que viene en la cáscara, con certeza le agrega Oscillatoriales, y cuando se baña cantando en la ducha, además del mejor shampoo usted se limpia con Atrazina. ¿De qué sirve evitar tomar alcohol si luego ingerimos veneno y nos bañamos con veneno? ¿Qué hay de cierto en la afirmación que uno oye por ahí, según la cual la incidencia de cáncer entre los jóvenes es mucho mayor que en el pasado? ¿Qué hay de cierto en cuanto a que el cáncer de estómago nos está diezmando? Si fuera así no podríamos culpar sólo al agua de OSE, sino también a los millones de conservantes y otros químicos que consumimos a diario, empezando por los venenos que contienen la pera, la frutilla y la banana con dulce de leche. Ni que hablar de los transgénicos. Todo este combo, adecuadamente fortificado con agua brindada alegremente por el Estado, a la larga, es letal.

Nosotros nos dedicamos a trabajar y a pagar impuestos pues aceptamos una división del trabajo por la cual plantamos boniatos y construimos edificios, en tanto le pagamos a funcionarios estatales que deben trabajar preocupados de nuestra salud y felicidad. Si estos funcionarios no cumplen su tarea de forma adecuada, se los destituye, pero si quienes los reemplazan recaen, empecinadamente, en los mismos vicios, la gente comenzará a dudar de esta división del trabajo, de este pacto que hacíamos por el cual los dejábamos a ustedes encargarse de la seguridad general. Si esto sigue así puede pasar cualquier cosa. Ni se me ocurre mencionar que usted mantiene a un Ministro que nos trata de enfermitos, pues ese Ministro es un Inimputable. Dejemos de lado ese triste problema y concentrémonos en que se mantiene en el cargo a un presidente de OSE que nos dice que lo negro es blanco con su mejor cara de jugador de poker. Que se mantenga allí es algo difícil de interpretar, o más bien, es propio de un país que no accede a la categoría de civilizado. No sólo lo debería destituir: este hombre debería ser procesado por atentar contra la salud de la población, aunque sospecho que respondía al concepto de obediencia debida. Acaso consultó con un superior y se le dijo que debía mantener silencio. Si es así ¿quién y por qué? ¿Quién decide que no se nos informe de problemas que atañen a la salud de nuestros hijos? ¿En aras de qué? ¿De no darle pasto a la fieras? ¿Así que en función de no darle armas a la oposición, de «no hacerle el juego al enemigo», se permite que se envenene a la población? ¿La necesidad de ganar una elección está por encima de la salud de los votantes? En momentos en que estamos preocupados por el deterioro de la sociedad, por «la violencia creciente» que soporta ¿estamos mandando esta señal, estamos desvirtuando la sagrada tarea del funcionario público, ese trabajador para el pueblo?

Aunque es necesario, no alcanza con procesar a funcionarios inservibles ni alcanza con hacer pagar una multa a quien destruya nuestros montes nativos con el propósito de ganar hectáreas para plantar soja y eucaliptus. Quien toque uno sólo de esos árboles que cumplen una función vital, debe pagar como es debido, así todos aquellos tentados a incrementar su ganancia a costa de erosionar nuestra tierra, pensarán dos veces antes de perpetrar tamaña locura (2). ¿Para qué nos sirve incrementar nuestro PBI si hipotecamos nuestra vida? ¿Cómo permitimos que se extranjerice nuestra tierra para que se la destruya? ¿No deberíamos ya mismo incentivar, financiar y subsidiar a quienes estén dispuestos a producir alimentos más sanos y sabrosos y que además no envenenen el aire, la tierra y el agua ni fumiguen escuelas? ¿Nuestras universidades no deberían abocarse a ello? Habida cuenta que jamás competiremos por el volumen de nuestras exportaciones ¿no deberíamos concentrarnos en conquistar ese nicho creciente que busca calidad en los alimentos?

Señor Presidente: esta vez no lo voté, ni tampoco voté a sus opositores. Obligado a ir a votar, un evidente despropósito y violación a mi libertad, anulé elocuentemente mi voto. Así que no le hablo como elector. Le hablo como un ciudadano que paga impuestos. El hombre que observo por mi ventana barriendo la calle es un funcionario al cual le pago el sueldo, así como se lo pago al presidente de OSE. Usted mismo es un funcionario al que le pago el sueldo. Le hablo con todo el respeto que merece un trabajador, pero con toda la firmeza con que se le habla a alguien que recibe un sueldo de nuestras manos. Usted debe investigar y si se comprueba algo que parece evidente, debe destituir a este señor por conspirar contra la salud de gente indefensa y entregarlo a la Justicia. Usted debe iniciar una investigación en todas las oficinas del Estado, no sea cosa que una variedad de estudios en diversas áreas determinen una cantidad de cosas cuyo conocimiento es vital para la democracia. No sólo nos importa que ustedes tomen las medidas correctas, queremos que nos informen de todo lo que saben A nosotros. Para eso los pusimos ahí. Le pido que cumpla con su deber y le pido que nos devuelva todo el dinero que le entregamos a OSE por el concepto agua potable. No podemos pagar por recibir agua con larvas de Quironómidos. No podemos pagar gatos piojosos por el alto precio de apetitosas liebres.

Estuve tentado a recoger firmas para esta epístola, pero luego advertí el grosero absurdo de tal medida. Nada, ni la más exquisita pintura del artista más peregrino, es una obra individual. Si escribí esta carta fue como resultado de haber leído el artículo de Christian Acosta, y si él pudo hacerlo es porque un honrado funcionario de OSE le brindó información. Otros, como Daniel Panario o Enrique Viana, me antecedieron y antes que ellos, a los quince años aprendí de Germán Araujo a poner en tela de juicio las verdades que se me pretendía hacer tragar. Y Araujo y Panario y Viana y Acosta y el anónimo funcionario de OSE, con certeza tuvieron algunos profesores que los estimularon a poner en tela de juicio el mundo y la vida, y de ellos y de otros no sólo aprendieron a pensar, aprendieron algo mucho más importante: el sagrado principio de vivir con honor y con coraje. Así que si esta carta llega a usted es porque miles se encuentran escribiéndola. Esto es lo que tenemos para decirle. Nos retiramos momentáneamente aún antes de iniciar el acto; ahora se oyen los primeros acordes de la orquesta al tiempo que se alza el telón, se encienden las luces y usted sube al escenario.

Notas

(1) http://sdr.liccom.edu.uy/2015/05/24/informes-de-ose-de-finales-de-2013-revelan-presencia-de-cianobacterias-en-el-agua-potable-de-montevideo/

(2) En el primer video adjunto verá cómo arrasan monte, plantan soja y arrojan los bidones que contenían veneno al río. En el segundo verá el estado del arroyo Canelón Chico, que desemboca directamente en la Represa de Aguas Corrientes. https://www.facebook.com/federico.lopezromanelli/videos/1581321062137455/?pnref=story https://www.facebook.com/federico.lopezromanelli/videos/1593035300966031/?pnref=story

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