Por primera vez, tras el confinamiento de la pandemia, los chilenos conmemoraron el estallido social de 2019, donde, tras cuatro semanas de protestas que llegaron a congregar a más de un millón de personas sólo en Santiago manifestándose contra el modelo económico-social, obligó al gobierno del neoliberal Sebastián Piñera a permitir que se intentara cambiar la constitución de la dictadura de Auguto Pinochet que rige al país desde 1980.