Categoría: Palestina y Oriente Próximo
Israel lo tiene todo para sentirse tan cómodo. La alianza de las grandes naciones, la complicidad de las menos grandes, la cooperación de los medios…
A pesar de que las tasas de sindicalización son más del doble que las de Estados Unidos, muchos trabajadores israelíes siguen comprometidos con el apartheid y la ideología racista que lo sustenta. El proyecto sionista impide que los trabajadores israelíes se organicen junto a los palestinos.
Mientras un eficiente aparato de propaganda desparrama la imagen de Israel como campeón mundial en vacunación y democracia vibrante que celebra la cuarta elección nacional en dos años, la realidad en el terreno muestra el verdadero rostro del régimen que decide quiénes reciben la vacuna y votan y quiénes no, según su etnicidad. Y eso tiene un nombre: apartheid.
En marzo de 2011 los jordanos salieron a la calle para pedir reformas políticas y económicas. Diez años después de las Primaveras Árabes, las promesas reformistas no se han cumplido, el país se halla en una crisis económica y social y la solución parece consistir en más represión.