Hoy, quien más o quien menos, e incluso desde las derechas, casi todo el mundo reconoce la necesidad, por poner tres ejemplos notorios, de la lucha del feminismo, de la no violencia y del ecologismo. Pero no hace tanto que las feministas eran tachadas de ignorantes e histéricas, los no violentos de ilusos y utópicos y los ecologistas de tratar de luchar contra el progreso y el desarrollo.