El placer de las mujeres es el epicentro del patriarcado. Un cuerpo que goza por sí mismo, que no se ofrece a las necesidades sexuales y reproductivas de los hombres, es un cuerpo rebelde.
Categoría: Feminismos
Manifestación en Sevilla de hombres por la igualdad: «Esta lucha también es nuestra»
A nadie se le oculta que si existe una relación erótica (en el sentido amplio y profundo del término, en el que confluyen amor y deseo) silenciada y negada a lo largo del tiempo y aún hoy en buena parte del planeta, es la de mujeres lesbianas. Históricamente negadas, borradas, han pasado desapercibidas y aún hoy se conceptualiza como una relación menor, no amorosa ni sexualmente plena. Esta negación sistemática, a mi juicio, se ha producido de tres modos, que aún confluyen en la actualidad.
Annie Ernaux tardó más de cincuenta años en abordar una experiencia que tuvo a los diecisiete: su primera relación sexual con el monitor jefe del campamento de verano para niños donde ella misma trabajaba también como monitora.
Detrás de esa palabra hay un malestar difuso pero muy ligado a pedir, señalar, enfadarse, mostrar emociones: parece pertinente preguntarse si detrás de esa palabra escurridiza –no tiene a priori ninguna connotación negativa– se ha construido un relato que sirve para hacernos sentir mal.
El primer condenado de «La manada» en disculparse lo hace justo cuando puede obtener permisos al cumplir una cuarta parte de su condena.
Las prácticas más reportadas por las mujeres fueron las exploraciones vaginales repetitivas y hechas por diferentes personas, la sensación de inseguridad y culpa, la aceleración del parto y la presión abdominal para intentar que el bebé descienda.
La activista estadounidense emplaza a reconocer en la perspectiva de las personas transgénero un aporte valioso para enfrentar la crisis ecológica, el auge de los gobiernos autoritarios y de los fundamentalismos.
A los 90 años de la aprobación del voto femenino en España, analizamos el complejo debate político que lo posibilitó