El próximo viernes 9 de agosto se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, que este año se centra en visibilizar la importancia de proteger los derechos de los “Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario y Contacto Inicial”.
Categoría: Ecología social
La organización de investigación internacional Global Footprint Network (Red de la huella ecológica global) determinó que el 1 de agosto del año en curso fue el Día de sobregiro o de sobrecapacidad de la Tierra, también llamado Día de la deuda ecológica.
La siembra de transgénicos constituye un hecho muy grave para el continente Latinoamericano y para Chile ante el inminente riesgo de contaminación biológica a los centros de origen.
Quizás hayan jugado al “teléfono escacharrado”: varias personas comparten un mensaje al oído sucesivamente; todas creen entender, pero inevitablemente la calidad del mensaje decae cuando pasa de una a otra.
El 1 de agosto, la caña con ruda, el Día de la Pachamama y los pueblos indígenas. Las políticas extractivas, los territorios, el racismo, los que quieren ser «blanquitos y europeos» y los derechos que no se cumplen. Un momento de encuentro, agradecimiento y celebración, pero también de reflexión y acción para construir otras sociedades.
El diario ‘The New York Times’ dedica una extensa crónica sobre la dramática realidad que sufren desde hace 60 años los habitantes de la isla de Teahupo’o, en Tahití, como consecuencia de las pruebas nucleares llevadas adelante por Francia, con la complicidad de EEUU y la OTAN, provocando cáncer y decenas de otras enfermedades a sus ciudadanos.
“Es hora de que el FSC deje de avalar la sistemática violación de los derechos de los pueblos indígenas en la Amazonía peruana”
La industria pesquera entra en continuo conflicto con estas aves en peligro de extinción. Grupos conservacionistas han llevado al Estado sudafricano a los tribunales para que garantice su supervivencia. La audiencia se celebrará en octubre.
Preocupada por la amplia implantación de molinos y placas solares, la población se rebela ante una tendencia que califica como “especulación energética”.