Categoría: Opinión

Las mayores barbaridades, fraudes, golpes de Estado y genocidios de los últimos 200 años se han realizado en nombre de la sacrosanta democracia, que pareciera ser el escudo protector de las intereses de las grandes empresas trasnacionales y su cohorte de políticos y gobernantes de nuestro mundo tan poco occidental como cristiano.

Kevin Barrett tenía razón al decir que los dos candidatos políticos que tenemos ahora son unos cabrones, personas que juran lealtad al Estado profundo, a los israelíes y a la Cábala jázara.

Como tantos seguidores del triángulo entre política y actualidad internacional llevo desde el amanecer conectado a las novedades de la jornada electoral estadounidense.

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
A fines de la década de los cincuenta, los jóvenes con inclinaciones comunistas eran admiradores de la moderna cultura francesa, Camus, Sartre, Truffaut, Clouzot y Dassin eran su luz, pero también idolatraban a Rusia: preferían Dostoyevski a cualquier escritor; Chaikovski a cualquier compositor, estaban persuadidos de que únicamente las teorías de Michurin eran correctas y que la Genética de Méndel era una pseudociencia reaccionaria; de que el cosmos sería conquistado gracias a las fórmulas y experimentos de Tsiolkovski y que Von Braun no era más que un farsante; y creían que el pueblo soviético, al crear a un hombre nuevo, había sido escogido por la historia para construir el mundo del mañana, el comunismo.