En este artículo Emir Sader analiza la situación en que queda Bolsonaro y las derechas brasileñas tras las elecciones del pasado domingo (15).
En este artículo Emir Sader analiza la situación en que queda Bolsonaro y las derechas brasileñas tras las elecciones del pasado domingo (15).
La primera vuelta de las elecciones municipales en Brasil fue decepcionante para el Partido de los Trabajadores (PT), que cayó 32,3% en comparación con los comicios de 2016, malo para las huestes del presidente Jair Bolsonaro y también para las izquierdas en términos generales, pero excelente para los centroderechistas.
El mayor derrotado de la jornada electoral de ayer es el presidente Bolsonaro y la extrema derecha. Crece la derecha tradicional y la izquierda se mantiene viva, dando la mayor sorpresa en São Paulo, con el pasaje del PSOL al segundo turno.
El autor sostiene que el actual resultado obtenido por Boulos y Erundina, que son quienes mejor representan la resistencia, es el producto de un trabajo que viene de lejor.
Después de las elecciones municipales brasileñas, Bolsonaro, uno de los grandes derrotados, deslizó dudas sobre la cristalinidad de los resultados.
En este artículo Juraima Almeida analiza las elecciones municipales del pasado domingo (15), destacando que son un termómetro para valorar el próximo escenario electoral brasileño.
A pesar de você, amanhã há de ser outro dia…
Chico Buarque
Las elecciones municipales de Brasil, realizadas el último domingo (15), estuvieron marcadas por un fortalecimiento de los partidos de izquierda entre las 100 ciudades más grandes del país y el fracaso de la mayoría de las candidaturas ultraderechistas o apoyadas por el presidente Jair Bolsonaro (sin partido). A la vez, la derecha tradicional ganó terreno y mantendrá su hegemonía electoral en diversas capitales del país sudamericano.
En este texto Emir Sader reflexiona sobre el mapa electoral surgido tras las elecciones municipales del domingo (15) y sobre el futuro de Bolsonaro.
Entre su hostilidad a China y la imposibilidad de apartarse del mayor socio comercial de Brasil, el presidente Jair Bolsonaro vive el momento más amargo del dilema que amenaza con perjudicar aún más su gobierno.