
El materialismo político nos permite comprender que esta “exportación de libertad” temprana respondía a necesidades geopolíticas concretas: la joven república estadounidense requería debilitar el poder español en América para consolidar su propio espacio de influencia hemisférica. La Doctrina Monroe (1823) aparecería para sistematizar posteriormente esta lógica, pero sus fundamentos operativos ya se desplegaban en las misiones de Poinsett.