
Cuando en poco tiempo más se entere un lustro del llamado ‘estallido social’, no está de más recordar que ese ‘partido que brota espontáneamente del suelo de la sociedad moderna’ nace de esa manera: una explosión humana, un súbito despertar, un encuentro colectivo para resolver las cuitas presentes. Y luego, el deseo irrefrenable de encontrar a otros para planear un futuro común.