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Crisis. Votos. Izquierda

Fuentes: Rebelión

La base social de este modelo económico son las mayorías que sustentan a los partidos de izquierda y de derecha administradores de la globalización capitalista. Con la crisis económica perdemos el consumismo y la explotación estable que sustentan nuestra ciudadanía. Sin las ortopedias del mercado, nuestra pobre personalidad clama, a coro con banqueros y políticos, […]

La base social de este modelo económico son las mayorías que sustentan a los partidos de izquierda y de derecha administradores de la globalización capitalista. Con la crisis económica perdemos el consumismo y la explotación estable que sustentan nuestra ciudadanía. Sin las ortopedias del mercado, nuestra pobre personalidad clama, a coro con banqueros y políticos, medidas para volver a la senda del crecimiento. Necesitamos poner bajo sospecha un crecimiento económico que solamente representa la antesala de la crisis siguiente, cuyas señas de identidad son explotación, degradación y contaminación y cuyo único sujeto de derechos es el capital.

La base social de este modelo económico son las mayorías que sustentan a los partidos de izquierda y de derecha administradores de la globalización capitalista. Estas mayorías hacen inviable cualquier proyecto transformador. La profundidad de la crisis actual puede remover el ajuste «democrático» entre la izquierda cómplice y sus millones de votantes. Sin embargo, una crisis de legitimidad política puede servir para abrir el espacio electoral a opciones totalitarias. Quien garantice el nivel de consumismo perdido mediante mano dura contra los más débiles y los rebeldes, puede captar los votos de las clases medias, incluidas las mayorías asalariadas. El vacío de una izquierda verdadera es el verdadero huevo de la serpiente. La derecha crece convirtiendo a la socialdemocracia en una segunda marca del capitalismo.

La democracia es la vía para salir de la crisis. Pero necesita el poder constituyente que brota de la autodeterminación de los sujetos sociales explotados, maltratados y humillados.

El Parlamento Europeo, apéndice del Banco Central Europeo, es un teatrillo de liberales que legisla contra trabajador@s, inmigrantes, la protección social del estado, las leyes laborales y sindicales y a favor de la libertad de movimiento de las multinacionales y de su impunidad frente a las instituciones democráticas.

Las elecciones europeas presentan una línea creciente de abstención. La indiferencia de un electorado que no se cree nada es saludable. Aunque no es suficiente, es lo que más les duele. Pero, en las elecciones al parlamento europeo del 7 de junio de 2009, hay una opción que defiende la lucha por el socialismo y el derecho de autodeterminación del pueblo vasco respecto a la monarquía neofranquista española. Estas reivindicaciones son la bandera del único movimiento popular realmente existente en el Estado Español. Voy a dar mi voto a ese movimiento representado por la candidatura IISP. No a los grupos que la componen. No a la participación electoral. No a una Europa imperialista. Sí al derecho de autodeterminación. Sí a los cientos de miles de mujeres y hombres vasc@s que, de manera ejemplar, aguantan las embestidas de PSOE, PP y PNV, mostrando lo que le sucede a una izquierda verdadera.