Las derechas pro-neoliberales, inmersas en la corrupción de Estado, dominan la competencia electoral y la gestión de gobierno y de Estado a través de dos polos políticos sensiblemente desacreditados, pero todavía hegemónicos por el enorme peso del clientelismo y -sobre todo- por la ausencia de una gran fuerza alternativa en vista de la dispersiones e […]
Las derechas pro-neoliberales, inmersas en la corrupción de Estado, dominan la competencia electoral y la gestión de gobierno y de Estado a través de dos polos políticos sensiblemente desacreditados, pero todavía hegemónicos por el enorme peso del clientelismo y -sobre todo- por la ausencia de una gran fuerza alternativa en vista de la dispersiones e indefiniciones que afectan al conjunto de actores políticos, sociales y culturales que podrían jugar el rol de contrapartida.
Esos dos polos son el Partido de la Liberación Dominicana y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y sus respectivas fuerzas satélites entre los llamados partidos minoritarios, (incluido el otrora poderoso Partido Reformista Socialcristiano-PRSC, ahora en proceso de reducción y dispersión extrema). Ambos, compitiendo en la actualidad por el dominio electoral, son los instrumentos inmediatos de la continuidad de modelo neoliberal y del sistema político tal y como está conformado.
Ahora no voy a detenerme a examinar con más detenimiento el cuadro general de las derechas, dado que en lo inmediato me parece más importante examinar el comportamiento general de lasa izquierdas y los procesos que tienen lugar a su interior en dirección a su recomposición. Las derechas están mucho más definidas en sus propósitos y claramente posicionadas respecto a los comicios venideros, auque con una enorme crisis latente derivada de la crisis capitalista mundial y de la crisis de credibilidad derivada de sus más de cuarenta años de gobierno post-tirano. La incertidumbre no deja de estar presente entre sus más preclaros mentores y por eso crean, con el auxilio de la USAID y centros universitarios, redes de líderes supra-partidos y movimientos críticos «independientes» y «apartidistas».
El cuadro de las izquierdas: definiciones, decantaciones y confluencias
El cuadro general de las izquierdas, sus posicionamientos políticos, alianzas electorales y no electorales y contradicciones, aunque todavía pendiente de completar reagrupamientos y adoptar definiciones programáticas comunes, tiende lentamente a clarificarse y reconstituirse.
El Movimiento Caamañista (MC), el Movimiento Popular Dominicano (MPD), Partido Comunista Maoista (PCM), Alternativa Revolucionaria (AR), Movimiento Patria Para Todos (MPT), Justicia Global, Liga Socialista (LS) y además una parte importante de las organizaciones de las trece que integran la Coalición de Movimientos y Personas Independientes-COALICIÓN, vienen perfilándose como una parte las izquierdas transformadoras del país; con grados, niveles, peculiaridades y conceptualizaciones diferenciadas, en el marco de una diversidad concluyente entre sí y con otros actores políticos-sociales no partidistas
Los niveles de compromisos entre estas fuerzas son variados, así como los grados y áreas de coincidencias. Unas, además, con relaciones bilaterales más incipientes o de más larga data.
Entre el MC, el MPD y el PCM existe ya un espacio de trabajo regular y sistemático, que ejecuta en común determinadas líneas de acción y acuerdos políticos, sobretodo en el campo de las luchas sociales y de políticas extrainstitucionales.
Las demás relaciones o son bilaterales o de una parte del conjunto, pero no todas confluyen en el mismo espacio ni tienen relaciones entre sí.
En la mayoría de estas organizaciones, no en todas, y en importante núcleos, corrientes o entidades transformadoras no partidistas o no estructuradas en partidos (izquierdistas independientes, izquierda social, cultural, juvenil, feminista, intelectual…) crece la idea de la necesidad de construir un eje revolucionario, diverso, transformador, diferenciado de las izquierdas reformistas, «posibilista», «cuotistas» e incluso -en algunos casos- proclives o inclinadas a aliarse con la partidocracia tradicional (PRD-PLD y sus grupos satélites).
Ciertas izquierdas que va perdiendo identidad de tal
La máxima expresión de la «izquierda» reformista y funcional al sistema es el polo PCT-MIUCA y sus aliados dentro del llamado Frente Amplio-FA (sector Fidel Santana Higinio Báez, entre otros menores), que enarbolan a Julián Serrulle (históricamente vinculado al PLD) como candidato a la presidencia, con un discurso y un posicionamiento centrista. Ese polo tiene, además, antecedentes recientes de alianza con el PRD.
También de ella forma parte -en tienda a parte- la Alianza País que postula a Guillermo Moreno, autodefinida como «centro-progresista», opuesta sí a la alianza con el PRD, el PRSC y el PLD, pero desde un discurso moderado, enmarcado dentro de la institucionalidad vigente y sustentador de reformas limitadas que no impugnan las raíces del régimen neoliberal. Su principal aliado es la disminuida Fuerza de la Revolución (FR), que coincide con esa línea electoral y que incluso en el pasado reciente asumió junto al PCT una traumática alianza con el PRD.
Se agregan a esa franja reformista, funcional al sistema desde un democratismo progresista, (muy impregnado de componentes liberales), los sectores que marcan la conducta política y la línea de alianza de los AUTO-CONVOCADOS, quienes auspician la convergencias con determinados pequeños partidos del sistema, caracterizados por el ejercicio de la política como negociación en pro de pequeñas «cuotas de poder», algunos resentidos por las derrotas al interior de las grandes agrupaciones tradicionales; todos ellos enmarcados dentro de la llamada democracia representativa y sin posicionamiento anti-neoliberal: Alianza por la Democracia-APD, Dominicanos por el Cambio, Partido Social Demócrata Dominicano-PRSD, Partido Democrático Institucional-PDI.
Esto, claro está, no niega la existencia de sectores avanzados al interior de AUTOCONVOCADOS, que no han logrado hegemonía.
Hacia la decantación y el reagrupamiento
La decantación avanza entre las izquierdas y las «izquierdas» y entre la tendencia a conformar un eje, frente o bloque transformador-alternativo y la «izquierda» que deja de ser izquierda con tendencia a definirse como «progresismo» y a aliarse con sectores de la derecha moderada o marginal (a los que también denomina «progresistas», liberales o derecha liberal), sin que todavía esa necesaria decantación haya logrado su mayor despliegue y consolidación y sin que haya podido ser bien percibida por el pueblo.
El planteamiento a favor del eje revolucionario y/o transformador incluye las conexiones con los movimientos sociales, culturales y políticos sociales emergentes, con las nuevas indignaciones y rebeldías, destinadas a conformar un gran movimiento de movimientos diversos.
Incluye -dentro de esa diversidad revolucionaria de nuevo tipo- la conformación a su interior de un polo antiimperialista, anticapitalista, pro-socialista y/o comunista de unidad estratégica; capaz de asumir las tareas propias de esas definiciones en el plano de la necesaria creación de conciencia, formación política, nueva vanguardia, debate e investigación teórica en dirección a subvertir la dominación capitalista y prestigiar el socialismo debidamente renovado y actualizado.
La receptividad frente a esta propuesta unitaria bien diferenciada es variada. Unos -la mayoría- le están dando cada vez más calor, otros la reciben con ciertos escepticismo (pero respaldándola) y los hay que prefieren no dar ese paso por ahora, y no faltan quienes vacilan avanzando o los que estamos decididos a agruparnos y diferenciarnos para tratar de forzar a los sectores mas independientes del progresismo a una unidad con un programas más cercano a lo transformador. Todo esto está en debate y examen.
Nosotros/as la entendemos vital para que el pueblo pueda percibir de más en más las dos principales corrientes existentes en el seno de la diversidad percibida como de izquierda. Esto es, para lograr una decantación y diferenciación que evite confusiones, al tiempo de contribuir a la autotransformación de una parte de la izquierda histórica y a su confluencia con las fuerzas transformadoras de nuevo tipo, en dirección a conformar una nueva izquierda, a tono con los nuevos procesos al interior de la sociedad dominicana, continental y mundial
Esta tarea es tan difícil como trascendente. Y, sobretodo, imperiosa e imprescindible.
Narciso Isa Conde. Político y ensayista dominicano. Es autor de unos 20 libros publicados y dirige el programa televisivo Tiro al Blanco, en Tele Radio América, de la República Dominicana.
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