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A propósito de la "ola" de crímenes por arma blanca

Dejen de demonizar a la juventud británica

Fuentes: Socialist Worker

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

Los llamamientos de los medios de comunicación y de los políticos a tomar medidas enérgicas para acabar con los asesinatos de jóvenes no son la solución al problema. Los miembros del Partido Conservador y la prensa sensacionalista [británica] se han metido en el debate sobre los crímenes de arma blanca pidiendo mayores penas de prisión obligatorias para quienes las lleven.

The Sun, The Mirror y The News of the World todos ellos tiene ahora sus peticiones por internet para pedir al gobierno medidas enérgicas respecto a los crímenes de arma blanca. The News of the World tiene incluso un programa con un equipo móvil para recabar apoyos a penas de prisión más largas, más policía y la construcción de más prisiones. Los Laboristas han respondido anunciando una revisión de las sentencias. También han hecho público el nombramiento de un nuevo lord presidente del Tribunal Supremo, Sir Igor Judge.

El presidente está escribiendo a cada magistrado de Inglaterra y Gales para advertirles que deben aplicar sentencias más duras para hacer frente a estos crímenes. Pero limitarse a poner más policía en las calles o a encerrar a la gente durante más tiempo no solucionará el problema, sino que empeorará aún más la situación.

Las cárceles británicas ya están superpobladas y en ellas hay encerrados más jóvenes que en cualquier otro punto de Europa occidental. Ya se han tomado enérgicas medidas policiales. El pasado mes de mayo la Policía Metropolitana de Londres lanzó su última operación. Conocida como Operación Desafilar 2, esta publicitada operación ha llevado a la sorprendente cifra de 27.000 personas investigadas desde el mes de mayo. Sólo se descubrieron 500 cuchillos, menos del 2% de los buscados. Pero, como ha señalado el Comisionado para la Infancia,  Al Aynsley-Green, políticas como estás simplemente suscitan aún más la enemistad de la juventud y la alienan aún más. La política de detener e investigar se usa también desproporcionadamente contra personas negras y asiáticas e incrementa el acoso racista al que se enfrentan los jóvenes negros.

Amenaza

Lo que subyace en este enfoque del Nuevo Laborismo es la asunción de que en la juventud hay algo fundamentalmente malo y que la juventud es una amenaza para la sociedad. El ministro del Interior Tony McNulty lo dejó muy claro la semana pasada cuando dijo que los crímenes de arma blanca entre la juventud «son, al parecer, una cuestión generacional, casi cultural que está entrando en el ADN colectivo».

No existe un intento serio de entender por qué la juventud puede llevar cuchillos, de considerar el miedo, la pobreza, la alienación,
la ira y la frustración que pueden llevar a la violencia y al crimen. Estadísticas alarmantes demuestran que mientras las muertes totales por apuñalamiento se han mantenido bastante constantes en aproximadamente 200-250 al año para la pasada década, las víctimas de los crímenes de arma blanca son cada vez más jóvenes.

También parece estar aumentando la cantidad los heridos por arma blanca. El número de niños admitidos en hospitales de Inglaterra y Gales con heridas de cuchillo o de otros instrumentos afilados ha aumentado un 62% en sólo tres años.

El racismo es una de las cuestiones relacionadas con el crimen de arma blanca, sin embargo los políticos lo ignoran. En Londres, por ejemplo, este año fueron apuñalados o golpeados hasta morir 19 adolescentes, de los cuales 16 eran negros o asiáticos. Los hombres jóvenes negros son excluidos de forma desproporcionada de las escuelas, se les discrimina en los trabajos y en cursos de formación, y tienen más posibilidades de ser detenidos o arrestados por la policía o de acabar en prisión.

Hay también un hecho preocupante en la cobertura que hacen los medios de comunicación de los muertos por arma blanca. Existe una división creciente entre aquellos (generalmente blancos) que son descritos como víctimas inocentes y aquellos (predominantemente negros) que son retratados como miembros de bandas violentas y, por lo tanto, en parte culpables de su propia muerte.

Debemos rechazar esta división. El número cada vez mayor de jóvenes que llevan armas blancas es una acusación condenatoria de una sociedad que demoniza y aliena a la mayoría de la juventud en vez de escucharla y de ofrecerle un futuro decente.

Puede que los laboristas se esté apoderando de los titulares de la prensa con sus políticas cada vez más punitivas, pero están fallando estrepitosamente a la juventud.

Enlace con el original: http://www.socialistworker.org.uk/art.php?id=15456