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La fundación Konrad-Adenauer del partido gubernamental CDU (Partido de la Unión Democratacristiana de Alemania) invita en Berlín a responsables de la masacre contra campesinos brasileños

Demócratas con las manos manchadas de sangre

Fuentes: Rebelión

Cuando se trata de Estados como Venezuela, Bolivia o Cuba, la fundación conservadora Konrad-Adenauer se presenta en Alemania como guardiana de la democracia. El congreso internacional que tendrá lugar el jueves y el viernes (24 y 25 de abril de 2008) en Berlín demuestra que este partido no sigue el mismo principio cuando se trata […]

Cuando se trata de Estados como Venezuela, Bolivia o Cuba, la fundación conservadora Konrad-Adenauer se presenta en Alemania como guardiana de la democracia. El congreso internacional que tendrá lugar el jueves y el viernes (24 y 25 de abril de 2008) en Berlín demuestra que este partido no sigue el mismo principio cuando se trata de políticos latinoamericanos que son cercanos a él.

En el noveno simposio brasileño-alemán los invitados de ambos países tratarán el tema «seguridad interior y sociedad democrática». Por lo menos uno de los invitados a la conferencia tiene su propia interpretación de esto: Paulo Sette Câmara es responsable de una de las mayores masacres contra los campesinos en Brasil. El 17 de abril de 1996, 19 manifestantes fueron ejecutados por la policía militar cerca de la ciudad Eldorado dos Carajás en el estado Pará. Sette Câmara era entonces ministro para la seguridad pública en ese estado.

Cuando el diario brasileño Jornal do Brasil habló con Sette Câmara después del crimen, éste no reconoció ninguna injusticia en el hecho. «En caso de resistencia, ellos(los policías militares) estaban autorizados a responder, incluso con el uso de armas de fuego», declaró el entonces ministro con franqueza.

Ha provocado un escándalo que, después de doce años del crimen, el mismo vaya a hablar en Berlín sobre «Violencia como desafío para la democracia». «La fundación Konrad-Adenauer está invitando a su congreso al responsable político de la masacre y de esta forma hiere la memoria de los campesinos asesinados», critica Kirsten Bredenbeck, de la asociación «Cooperación Brasil» con sede en Friburgo, al sur de Alemania. No solamente este grupo hizo una declaración de protesta, sino también el «Centro de Investigación y de documentación Chile-Latinoamérica (FDCL) » de Berlín y fue firmada por simpatizantes locales del Movimiento sin Tierra de Brasil MST.

El representante del FDCL Christian Russau advirtió nuevamente sobre la gravedad del acto criminal. «Desde la masacre de Eldorado dos Carajás el 17 de abril se celebra todos los años como día de los Sin Tierra, para recordar a los muertos y señalar el problema latente de la distribución desigual de la tierra», dijo él. Sobre todo porque los responsables no han sido castigados todavía. Después de reiteradas interrupciones del proceso los dos comandantes fueron condenados a altas condenas en el 2002, pero ambos militares apelaron y fueron liberados rápidamente. Para el décimo aniversario de la masacre en el año 2006, Amnesty International criticó esa impunidad y exigió al mismo tiempo una acusación contra las personas que estaba detrás de todo: «Ni el gobernador de Pará de aquel tiempo, Amir Gabriel, ni el ministro para la seguridad pública, Paulo Sette Câmara, el cual dio la orden de ‘eliminar’ a la gente, fueron llevados a juicio».

A pesar de todo, en la oficina principal de Berlín de la fundación democratacristiana Konrad Adenauer dicen no entender la agitación por el simposio. Conocemos los sucesos de 1996 y los lamentamos, declaró el experto en Latinoamérica de la organización Hans-Hartwig Blomeier. El procedimiento de la policía militar » no es compatible con nuestras ideas sobre el trabajo policial». Mientras que los acusados no estén condenados jurídicamente, «para nosotros es válido el principio de inocencia».

Con esta interpretación de justicia y democracia la fundación se mantiene fiel a sus tradiciones. Después del golpe militar de Chile en septiembre de 1973, el entonces presidente de la fundación Konrad-Adenauer, el democratacristiano Bruno Heck, minimizó los crímenes de la junta militar. Conforme a la posición actual de Blomeier, el dictador y asesino múltiple Augusto Pinochet («La democracia a veces tiene que bañarse en sangre») podría aparecer en un foro de la fundación por la democracia después del fin de su dictadura en 1990, pues hasta su muerte el 10 de diciembre de 2006, Pinochet tampoco fue condenado jurídicamente por sus asesinatos.