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Italia

Destino incierto de los refugiados

Fuentes: IPS

Ernestine Kayindo huyó en 1997 del conflicto que en República Democrática de Congo enfrentaba al ejército con insurgentes. «Todos nos sentíamos en peligro de ser asesinados», afirmó.

Más de cuatro millones de personas murieron en la guerra civil de 1997-2003 y que dejó a la nación en ruinas. Muchos escaparon de la violencia, el hambre y la enfermedad. Algunos buscaron refugio en Italia, como Kayindo, quien ahora vive en Roma y trabaja para la no gubernamental Società Civile Congolese.

Ahora muchos enfrentan nuevamente un destino incierto, a causa de un proyecto de ley en debate en el parlamento italiano que plantea castigar a los inmigrantes indocumentados con penas de entre seis meses y cuatro años de prisión.

En consecuencia, a quienes huyeron de la violencia, y sin documentos dadas las circunstancias, se les negará el asilo y enfrentarán la posibilidad de ir a la cárcel.

Si ese proyecto se convierte en ley, sería letal para inmigrantes como los congoleses. Aunque apenas son 4.000 de los 3,7 millones que viven en Italia, su difícil situación pone de relieve los peligros de la legislación propuesta.

Las comisiones de asuntos constitucionales y de justicia del Senado italiano emitirán dictamen sobre el proyecto este viernes y se estima que el pleno de la cámara lo vote el próximo jueves 24.

El año pasado, sólo 57 congoleses requirieron asilo en Italia y apenas 14 lo obtuvieron. En 2006 hubo 102 peticiones, de las cuales 33 fueron aceptadas.

Según la ley en vigencia, cualquier extranjero perseguido a causa de su raza, religión, nacionalidad, sus ideas o su pertenencia a un grupo social puede solicitar asilo en Italia.

Pero «cuando las autoridades dan una respuesta –ya sea positiva o negativa– a una persona que solicita protección no comunican las razones de su decisión», señaló Antonella De Donato, del Consejo Italiano para los Refugiados.

Las cosas no mejoran mucho para quienes obtienen el estatus de refugiados.

«En Italia algunos no tienen un lugar para dormir», dijo Kila Tampwu, una refugiada congolesa que trabaja con el Consejo y otras organizaciones.

«Esto se debe a que no es sencillo luchar por un derecho si no existe una ley que dice que una persona cuenta con él. Uno puede ser reconocido como refugiado, pero eso no otorga ningún derecho concreto», agregó.

Italia recibió 10.350 pedidos de asilo en 2006, según la organización humanitaria católica Cáritas. Las autoridades de migraciones examinaron más de 14.000 solicitudes ese año, pero sólo 1.037 personas fueron aceptadas como refugiadas.

Por otra parte, a 5.321 personas se les otorgó protección humanitaria reducida, que significa que pueden vivir en Italia mientras sus vidas se encuentren en peligro en sus países de origen. Los pedidos de otras 4.677 fueron rechazados.

Según el Consejo, sólo 3.000 refugiados tienen acceso a centros de asistencia especializados.

Otras naciones europeas recibieron 8.726 solicitudes de asilo de congoleses desplazados por la violencia en 2006 y 2007.

Según la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), alrededor de 370.000 congoleses han huido de su país hacia diferentes destinos en todo el mundo, pero muchos no han recibido el estatus de refugiados.

La guerra civil de Congo, en la que estuvieron involucrados Angola, Burundi, Chad, Namibia, Ruanda, Uganda y Zimbabwe, provocó 1,3 millones de desplazados internos, una cifra sólo superada en los casos de Colombia, con tres millones, e Iraq, con 2,4 millones de desplazados forzosos.

La comunidad congolesa en Italia organizó un acto el 30 de junio, día nacional de su país, que obtuvo en 1960 la independencia de Bélgica, «en memoria de las víctimas». Fue la primera vez que buscaron hacer públicas sus dificultades y las de aquellos que quedaron atrás.

Diversas organizaciones civiles, que promueven el diálogo y la cooperación entre Italia y Congo, así como el contacto entre los grupos de inmigrantes africanos en este país, participaron del encuentro.

La situación en Italia se está volviendo más complicada, señalaron representantes de esas organizaciones. Claudine Mbuyi dijo a IPS que «ser inmigrante es aquí razón suficiente para resultar sospechoso. Por eso, muchos potenciales refugiados ahora prefieren ir a Canadá u otros países en lugar de Italia».

* Con aportes de Miren Gutiérrez, editora en jefe de IPS (Roma).