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Dos caras de la moneda… británica

Fuentes: La pupila insomne

Una noticia recorre el mundo en la actualidad, al pedir asilo en la embajada ecuatoriana en Londres, el conocido director de Wikileaks, Julian Assange, después de recibir el fallo del Tribunal Supremo inglés, donde se determinó su deportación a Suecia, ante el reclamo de dicho país, por el supuesto delito de violación y abuso de […]

Una noticia recorre el mundo en la actualidad, al pedir asilo en la embajada ecuatoriana en Londres, el conocido director de Wikileaks, Julian Assange, después de recibir el fallo del Tribunal Supremo inglés, donde se determinó su deportación a Suecia, ante el reclamo de dicho país, por el supuesto delito de violación y abuso de dos mujeres acusadoras. Después de juicios y declaraciones públicas, se reclamó por Assange al Tribunal Supremo la apelación contra la decisión del juez en el caso. Este es el resultado concreto al desconocer el reclamo del acusado.

Para los analistas políticos a nivel internacional, no haría falta haber cursado estudios de Derecho, para estar claro de qué lado está la realidad de los hechos, si se toman en cuenta los elementos que concurren en este manipulado caso. Hasta la publicación por Wikileaks de 400.000 documentos de los archivos confidenciales estadounidenses, donde se revelaban informaciones y criterios de funcionarios oficiales sobre posiciones y declaraciones que demostraban las verdaderas opiniones del gobierno en temas comprometedores con sus posiciones públicas, además de evidenciar los desmanes de las tropas norteamericanas, en Iraq y Afganistán. Esta denuncia pública hace estallar el «boom» de la agencia informativa de origen sueco y una parte ínfima de las informaciones reveladas son acogidas por los principales medios de comunicación, como el New York Times, Washington Post, Le Monde, The Guardian y Der Spiegel. Julian Assange es reconocido como el autor de las revelaciones efectuadas y por tanto los afectados enfocan sus mirillas en esa dirección. En ese caso el Gobierno de los Estados Unidos de América y todas sus agencias operativas.

La activista sueca de nombre Anna Ardin cursa una invitación a Assange, para participar en un seminario sobre la libertad de expresión, organizada por la asociación denominada «Hermandad», una corriente cristiana de los socialdemócratas suecos. Así todo parecería normal si la joven Ardin, no hubiera estado relacionada directamente con el connotado agente de la CIA de múltiples movimientos en Europa, Carlos Alberto Montaner, el cual la utilizó en viajes a Cuba, para mantener contacto con los llamados disidentes y hacer declaraciones posteriores contra la Revolución Cubana. La otra acusadora de Assange, Sofía Wilen, participó en el seminario por ser una admiradora espontánea de Assange.

Durante el seminario, Ann albergó al director de Wikileaks en su apartamento, desde el primer día y mantuvo relaciones sexuales con este en distintas ocasiones, e inclusive al día siguiente celebró una actividad festiva en su casa en honor al famoso visitante. Después supo que Assange también había mantenido relaciones con Sofía; en esa situación, más de una semana después de los hechos, Ann y Sofía se presentaron en una comisaría de Estocolmo para acusar a Assange de violación y abuso, por no utilizar o romper el condón en su práctica sexual; aunque parezca cosa de risa que dos mujeres mayores de edad, que mantuvieron en un lugar como Suecia en distintas ocasiones las relaciones sin obligación, se aparecen después acusándolo de violador.

La primera fiscal que recibió la denuncia, Maria Kjellatrand, decidió que esta no poseía indicios de delito. Lo cual provocó que el abogado de las acusadoras Claes Borgstrom, buscara con sus relaciones otra fiscal para llevar el caso a juicio. Casualmente Borgstrom es uno de los portavoces del Partido Socialdemócrata del gobierno sueco. En esa circunstancia la fiscal, Marianne Ny asume la acusación y dicta orden de detención de Assange y su circulación por INTERPOL; para reclamar su presentación en Suecia ya que en este momento se encontraba en su residencia en Londres. Se inicia la cacería de Julian Assange.

El gobierno sueco reclama la extradición del director de Wikileaks y en base a ello se inicia el proceso jurídico en Gran Bretaña sobre si existen elementos reales en la reclamación para extraditar al acusado. Esto es después de varias visitas y entrevistas donde se determina la validez de efectuar la extradición hacia Suecia. Todo esto parecería aún normal si no existiese un reclamo del gobierno norteamericano contra Assange, al querer aplicar la famosa ley antiterrorista, tan utilizada en sus manejos internacionales con resultados altamente conocidos. Esta situación es la que realmente preocupa a Assange, que Suecia de acuerdo con Estados Unidos lo entregue a la llamada justicia estadounidense. Todo el mundo conoce la estrecha relación de intereses británica-norteamericana y de ahí todo lo ocurrido al determinarse los fallos en favor del envío de acusado a Suecia. A Assange no le queda más remedio que buscar otros recursos; lo cual lo llevó a la sede diplomática del Ecuador a solicitar asilo político, por temor de su integridad física.

Toda la firmeza de la «justicia» inglesa en este caso contrasta claramente con la forma en que se ha manejado la causa acerca de las múltiples violaciones de la legalidad británica de la organización de medios de comunicación que dirige el magnate australiano-británico y norteamericano Rupert Murdoch, que ha provocado numerosos arrestos y detenciones en el Reino Unido, incluida la citación a comparecencias a la comisión Levenson de las más altas personalidades política de la Gran Bretaña, como Anthony Blair, Gordon Brown y el propio actual Primer Ministro David Cameron por sus claros vínculos con los intereses de Murdoch.

Dentro de Estados Unidos hay poca información del escándalo desarrollado en Gran Bretaña, a pesar de que esto incide en la propia realidad norteamericana por los lazos existentes entre las organizaciones homólogas que pertenecen al mismo magnate que los medios ingleses; supuestamente también investigadas por el FBI, por sus posibles prácticas ilegales en este país.

Si ustedes analizan todos los elementos existentes en ambos casos se ve claramente el funcionamiento de las leyes en el mundo capitalista: un caso claro de violación de las leyes se oculta, mientras otro evidentemente manipulado por intereses espurios se condena y se aplica a gran velocidad; habría que ver como termina este episodio de la vida real.

Murdoch; bien gracias, pertenece a los intocables del sistema capitalista.

Assange: vivir perseguido permanentemente. En el exilio y abandonado por su propio país.

Fuente: http://lapupilainsomne.wordpress.com/2012/06/27/dos-caras-de-la-monedabritanica/