Nazis que denuncian ante la justicia a un marxista judío al que le acusan de haberles «calumniado». ¿Alemania 1933?
No, no estamos hablando de la Alemania del 33, sino de la «democrática» (entre muchas comillas) Grecia del 2013. El acusado en cuestión se llama Savas Mikhail, un intelectual brillante y dirigente de una de las organizaciones de la izquierda marxista revolucionaria griega.
Savas Mikhail es un intelectual atípico y «fuera de toda norma»: greco-judío, anti-sionista e internacionalista, es autor de una obra considerable e inclasificable (en cierta manera literaria, filosófica y de lucha de clases), que se distingue por su originalidad y el dinamismo de su posición. La primera cosa que impresiona al lector de sus escritos es su inmensa cultura: el autor conoce muy bien la Biblia, el Talmud, la Cábala, el teatro griego clásico, la literatura europea, la filosofía francesa contemporánea, la poesía griega contemporánea, la poesía griega moderna, Hegel y Marx -sin hablar de Trotsky, su principal norte político-… La lista es interminable.
Una de las características más singulares de su pensamiento es el intento de reinterpretar el marxismo y la teoría revolucionaria a la luz del mesianismo y de la mística judía, y viceversa. Se trata de un punto de vista paradójico e innovador que -como el de Ernst Bloch o el de Walter Benjamin, dos de sus autores preferidos- forma parte de un ateísmo religioso o, si se quiere, de un mesianismo profano.
Estas cuestiones las aborda, por primera vez y de manera central, en una notable compilación de ensayos publicados en 1999, ‘Figures du Messianique’. El último trabajo de Savas Makhail, ‘Golem. A propos du sujet et d’autres fantômes’ (2010), es otro ejemplo de este punto de vista ateo religioso, judeo-marxista. Se trata de una compilación de ensayos referentes no sólo al Golem sino también a Kafka, Hölderlin, Lacan, Philippe Lacoue-Labarthe, Hegel, Marx y algunos poetas griegos modernos como Andreas Embirikos. La coherencia del libro proviene de la forma, totalmente singular, como el autor asocia, articula y fusiona la mística judía, la literatura -la griega y la universal- y el marxismo revolucionario.
Savas Mikhail jamás ha ocultado sus convicciones antifascistas y, a lo largo de estos últimos años, no ha cesado de denunciar las nefastas actividades de la organización neo-nazi Amanecer Dorado, que más bien debería llamarse Crepúsculo Sangriento. Por eso, en 2009, esta organización que reivindica insistentemente la herencia del III Reich, presentó ante la justicia griega un legajo de acusaciones contra un montón de personalidad de diferentes corrientes de la izquierda y de la extrema izquierda griega. La policía, siguiendo las órdenes del fiscal general -nombrado por el gobierno hegemonizado por la derecha neo-liberal- citó el año pasado a todas estas personalidades para interrogarlas. Todas ellas, de común acuerdo, decidieron no presentarse y remitir a la policía una declaración legal rechazando las acusaciones.
Tras examinar los documentos, el fiscal general decidió llevar ante los tribunales a dos de ellas: Savas Mikhail y el antiguo decano de la Escuela Politécnica, Constantin Moutzouri. Este último acusado de haber autorizado a Indymedia -un medio social alternativo- a utilizar las instalaciones de la Escuela para sus emisiones. Savas fue acusado por «difamación» hacia los neo-nazis -de haberles tratado de criminales-, de «incitación a la violencia» -por llamar a combatir el fascismo- y por «atentado a la paz social», al haber llamado, en un panfleto, a manifestarse contra Amanecer Dorado. En esa época, los neonazis griegos llevaban a cabo una frenética campaña antisemita contra Savas Mikhail, denunciándole en sus medios de comunicación como «un agente de la conspiración judía mundial contra la Nación griega, cuyo objetivo era provocar una guerra civil e imponer un régimen judío-bolchevique». Siniestra impresión de algo ya visto…
Este enjuiciamiento ha generado numerosas reacciones en Grecia y en Europa, pero no ha impedido que el juicio vaya a tener lugar. La fecha prevista es el 3 de setiembre de 2013. Es mucho lo que está en juego: más allá de las personas inculpadas, se trata de saber si en el futuro, en Grecia, podrá o no podrá existir la libertad de expresión para las ideas anti-fascistas.
Este caso ilustra no solo el extraordinario descaro de los señores de Amanecer Dorado, sino también la complicidad, cada vez más evidente, del actual gobierno griego, presidido por Antonis Samaras, con los fascistas griegos. Varios de los ministros de ese gobierno (cada vez más autoritario y regresivo) fueron miembros de la extrema derecha: el secretario de Estado para la inmigración, Kostoulas, es el autor de un libro negacionista para mayor gloria del Tercer Reich; y su portavoz en el Parlamento, el diputado Makis Voridis, es un amigo de Jean-Marie Le pen [hasta hace poco presidente del Frente Nacional en Francia] y un antiguo dirigente del movimiento de la juventud nacionalista promovido por la dictadura del Coronel Papadopoulos (1967-1974). Por otra parte, la reciente decisión de Antonis Samaras de cerrar pura y simplemente la ERT, radio televisión pública griega, cortándole el suministro eléctrico -decisión que provocó una crisis gubernamental y el abandono del gobierno de Izquierda Democrática- ha sido calurosamente aplaudida por Amanecer Dorado.
El próximo 3 de septiembre se sabrá si los antisemitas dictan la ley en Grecia o si aún subsisten un mínimo de garantías democráticas.
Fuente: http://blogs.mediapart.fr/blog/michael-lowy/020713/grece-l-antisemitisme-fait-il-la-loi
Traducido por Viento sur