«Lo que pasa en Venezuela no es un hecho aislado. Se trata de un ataque diversificado en la región con distintas fórmulas. Atacar a la vez a tres o cuatro países sirve para distraer la atención y menguar las fuerzas de los pueblos.»
Venezuela
Lo que reveló el presidente Nicolás Maduro el 12 de febrero de este año -el intento por parte de poco más de una decena de oficiales de la aviación de dar un Golpe de Estado trapero- no es una acción aislada, menos un «golpe blando» de la oposición venezolana. Se trata de un intento desesperado de EEUU por atacar varios frentes al mismo tiempo, con estrategias diversas, para desconcentrar la atención sobre una sola situación y evitar que las acciones colectivas y pronunciamientos de los pueblos sean contundentes. Así lo asegura Stella Calloni, la periodista argentina conocida por realizar importantes trabajos de investigación y denuncia sobre la Operación Cóndor, ser corresponsal de guerra y además por su amistad con el Comandante Hugo Chávez.
Le consulto sobre cuál cree que es el desafío al que se enfrentan las redes de intelectuales y movimientos sociales en este escenario de arremetidas imperialistas a los procesos sociales de Venezuela, Argentina y Brasil. «Tienen que estar trabajando conjuntamente intelectuales y movimientos sociales, este es el momento de ese encuentro, de ese reencuentro. El intelectual tiene que estar en la calle, tiene que estar esclareciendo y a la vez recibiendo datos y orientaciones de los movimientos sociales, varios de los cuales tienen un trabajo importante en medio de esta avanzada imperial, hay movimientos sociales que toman la bandera de la defensa de la soberanía de toda América Latina, que han entendido que ningún país se salva solo. Justo ahora que el ataque está dirigido a varios países tenemos que redoblar la ofensiva, se plantean varias propuestas de nuevos proyectos civilizatorios para fortalecer las relaciones Sur-Sur, pero lo importante es que dejemos de estar a la defensiva y empecemos a tomar la ofensiva, es decir, empecemos a denunciar, porque esto que está sucediendo ahora le puede pasar a otros pueblos. En el caso de Venezuela el Golpe está en permanente acción, lo han tenido activo durante todos estos años, es lo que yo le llamo el ‘Golpe Eterno’.
Hace mucho tiempo se han dado varios episodios con esa matriz golpista porque ellos decidieron que tras la enfermedad y muerte del presidente Chávez sería fácil -ante la ausencia de una figura de tanta fuerza- atacar a América Latina, porque Chávez se movía muy rápida y audazmente.
En este momento están en un frente muy fuerte de ataque a Venezuela, con intentos hasta de bombardeos. El avión Tucán para bombardear es de la agencia de mercenarios Blackwater que ahora tiene otro nombre, los mismos mercenarios que usa la CIA».
Este es el escenario actual en Venezuela: una mezcla de Golpe, desabastecimiento, sabotaje, destrucción para limar la voluntad popular, y además infiltración de la derecha en algunos sectores del ejército, y compra de nuevas armas.
Argentina
Stella cuenta que en Argentina la situación es «muy fuerte», porque repotenciaron los ataques mediáticos que lideran los medios de comunicación, especialmente el grupo Clarín, liderazgo que marca lo que va a hacer la oposición, «una oposición que es muy dispersa, de derecha, que no se une, pero que es manejada por los medios.» El resultado es que los medios difunden que Cristina Fernández de Kirchner es autora intelectual de un crimen cuyas pruebas han sido hasta ahora insostenibles.
Un breve recuento del caso Nisman:
1.- Nisman era el fiscal que presentaría supuestas pruebas directamente contra Cristina Fernández por una aparente diplomacia paralela, ya que según las acusaciones, Irán (con quien el Estado argentino mantiene relaciones comerciales) habría participado en los atentados contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en 1994.
2.- Las acusaciones contra Irán solo las sostuvieron EEUU u Israel, pero nunca presentaron pruebas.
3.- Nisman pertenecía a la comunidad judía, y frecuentemente viajaba a EEUU a dar charlas, así que trabajaba para los intereses extranjeros, en criollo: se pagaba y se daba el vuelto.
4.- La denuncia se levantó en base a «deducciones» (cero por cero es igual a cero), y de conversaciones telefónicas entre dirigentes de movimientos sociales -grabadas ilegalmente-, que tocaron temas que no tenían que ver directamente con el caso AMIA.
5.- Antes de todo el «aparato» que se montó Nisman estaba de vacaciones y lo llamaron para que se encargara de esa chambita. En resumen: la denuncia no decía nada, no tenía pruebas, las conversaciones pinchadas no indicaban conexión con el caso AMIA, en fin, se montó una operación política que iba a terminar como terminó: con la muerte del fiscal, carne de cañón para posicionar mediáticamente que Nisman tenía a Cristina Fernández contra la pared y por eso ella lo mandó a callar.
Sin embargo, aunque al principio la comunidad judía argentina era parte de la olla en la que estaban montando a Cristina, tras la muerte de Nisman y bajo el asedio de EEUU, una buena parte de este grupo salió advirtiendo que no tiene nada que ver con la posición de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, y llamó a un Encuentro para defender la soberanía. Al mismo tiempo la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad y movimientos sociales argentinos se pronunciaron contra la conspiración, y ayudaron a calmar un poco el candelero.
Brasil
A la vez, Dilma Rousseff -desde que ganara las últimas elecciones presidenciales- es acusada de corrupción por sectores de la derecha por el caso Petrobras, que según la oposición brasilera es la petrolera con más deudas de América Latina, por lo que ahora exigen la destitución de Dilma aunque esta haya dado la instrucción de investigar a fondo y tomar acciones legales en los casos de corrupción. «La persecución sobre la presidenta se ha redoblado, y es lógico, Brasil integra los BRICS. Así que no se trata de que en estos países [Venezuela, Brasil y Argentina] se estén dando acciones aisladas, como estudiosa de la contrainsurgencia te digo que puede decirse que esto es un ‘juego’, atacar a la vez a tres o cuatro países sirve para distraer la atención y menguar las fuerzas de los pueblos.»
Batalla por la hegemonía
Se trata de un ataque diversificado en la región con distintas fórmulas. ¿Qué está en juego entonces? Una papaya: nada más que un intento violento y desesperado de los viejos regímenes por restaurar el poderío de las grandes corporaciones, el secuestro de los recursos naturales (incluyendo su distribución), -lo que Luis Britto García llama «carrera demoníaca por el acaparamiento de los recursos naturales»-, y el debilitamiento del movimiento popular. Por lo que un proceso venezolano de apuesta social que ha aumentado la expectativa de vida de la población, ha convertido a Venezuela en el país de todo el territorio con menos desigualdad, y que ha ampliado el acceso al sistema educativo gratuito, incluyendo el universitario, es una gran amenaza para el imperialismo que durante el siglo XX (según la American Century) controló la mayor parte de los recursos naturales del continente. A esto le sumamos que el BRICS controla alrededor del 60% del comercio mundial, y el plan de integración latinoamericana (Mercosur, Alba, Unasur, Celac) que no incluye a los EEUU.
Este control o «poder del veto» que ha mantenido EEUU y sus aliados sobre el resto de los países está en desequilibrio hace varios años, por lo que la arremetida será cada vez más fuerte por mantener y recuperar cuotas importantes de poder. «Es el momento de reaccionar porque están viniendo sobre nosotros con mucho odio. Están atacando para que nos sintamos desorientados», menciona Stella, y parte de la estrategia de esta confusión es asegurar, por ejemplo, que a Cuba le va a sobrevenir el capitalismo cuando apenas se trata de retomar conversaciones y ver si hay chance de algún tipo de relación diplomática.
Hablar fuerte y claro. No más comunicados
Para finalizar le pregunto a Stella cómo encaramos esta nueva arremetida. «Con la descolonización del pensamiento -dice. De eso se trata esta guerra, de descolonizar nuestras prácticas de lucha en la dirigencia y en la base del movimiento popular, y también tenemos que dar respuestas cuando nos están poniendo la bota en la cabeza. No más cartas, no más comunicados, tenemos que ser nosotros en la calle, convocando a la juventud. Con el sectarismo no llegamos a ninguna parte, hay que hacer convocatorias fuertes y claras, con todas las letras, porque aún hay sectores de la izquierda que creen que no podemos decir, por ejemplo, la palabra ‘imperialismo’, si Chávez no hubiera dicho todas las palabras que dijo, el pueblo no lo hubiera entendido.»
Fuente original: http://www.noticiaspia.org/entrevista-con-stella-caloni-el-intelectual-tiene-que-estar-en-la-calle/