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India

El regreso de los cerebros fugados

Fuentes: IPS

Algunos de los más brillantes académicos que fueron la cara de la «fuga de cerebros» de India en busca de otros horizontes ahora optan por regresar al país como forma de agradecer la educación de primera que les brindó el Estado. Los profesionales son ex alumnos del Instituto de Tecnología de India, el principal del […]

Algunos de los más brillantes académicos que fueron la cara de la «fuga de cerebros» de India en busca de otros horizontes ahora optan por regresar al país como forma de agradecer la educación de primera que les brindó el Estado.

Los profesionales son ex alumnos del Instituto de Tecnología de India, el principal del país y considerado el mejor del mundo detrás del Instituto de Tecnología de Massachusetts y el de la Universidad de California, en Berkeley, por el Suplemento de Educación de The Times.

Creado para promover el desarrollo industrial tras la independencia, el Instituto comenzó a funcionar en 1950 en Kharagpur, en Bengala Occidental. Ahora tiene 15 centros en todo el país. Los graduados son considerados profesionales y académicos de elite, muchos de ellos con carreras exitosas.

El Instituto está muy subsidiado por el Estado y los graduados que se fueron recibieron muchas críticas por llevarse el dinero de los contribuyentes, en especial a Estados Unidos. «Ahora se tiene más conciencia de que hay que devolver a la sociedad», señaló Collur Dhananjay, ex alumno y secretario del capítulo de Bangalore de la Asociación de Exalumnos del Instituto de Tecnología de Kharagpur. «La actual generación ve la verdadera riqueza y quiere dar más», añadió.

Dhananjay junta fondos entre ex alumnos para el proyecto «Luz para la educación», que se propone donar lámparas solares a para que niños y niñas de poblados rurales puedan estudiar de noche en sus casas. Harish Hande, quien habló en el encuentro de ex alumnos, fue el que motivó a Dhananjay a participar. «Les dije que nuestra educación había sido subsidiada por el pueblo, incluidos los pobres. Es hora de que desempeñemos el papel que nos correspondía cuando nos graduarnos», señaló Harish Hande, cuyo trabajo para electrificar el campo le valieron a él y a su compañía, Selco-India, numerosos premios, incluido el Ashden, conocido como Oscar Verde. «No se trata sólo de devolver a la sociedad, sino de ser parte de ella y contribuir como socios, no sólo por generosidad», señaló Hande.

Arjun Menda es otro ex alumno cuya empresa RMZ junta fondos para educación a través de la Fundación Menda, inspirado por el proyecto de Hande. «La Fundación igualará todas las donaciones de la Asociación de Exalumnos para el proyecto ‘Luz para la Educación'», explicó Menda.

Las comunidades tribales de India son las más pobres y las más postergadas del país. Cincuenta y seis por ciento de los hogares rurales todavía no tienen electricidad, según un estudio del Banco Mundial de 2010.

Cada estudiante recibe una lámpara LED alimentada con baterías de bolsillo, las que pueden recargarse todos los días en un panel solar centralizado que hay en la escuela.

La batería recargada suministra tres horas de luz, lo que les permite estudiar en su casa, y, además, ahorrar unos 2,25 dólares al mes en queroseno y otras suministros, una suma significativa para las familias más pobres.

En otras partes de India, los ex alumnos del Instituto de Tecnología llevan adelante otras iniciativas.

Sin embargo, el consenso general es que los ex alumnos del Instituto de Tecnología no contribuyen mucho a disminuir la pobreza ni las carencias de las zonas rurales. «En todos los años que tengo en el Servicio Administrativo de India, nunca vino un ex alumno a preguntarme cómo colaborar con el sector público», indicó Rajeev Chawla, también graduado del Instituto Tecnológico, con sede en Bangalore.

Chawla fue quien logró diseñar e implementar el proyecto de gobernanza electrónica «Bhoomi», que puso en formato electrónico los registros de tierra en Karnataka entre 2002 y 2003.

Joy Sen, profesor adjunto del Instituto de Tecnología de Kharagpur, señaló que la burocracia dentro del sistema de gobernanza es responsable, pero coincidió en que debe cambiar la mentalidad en la formación para incorporar la relevancia del ambiente y el desarrollo.

Chawla responsabiliza a la sociedad, más que a las carencias en la formación terciaria. «Las ansias de poder, prestigio y dinero es un mal social que afecta a los estudiantes», señaló. «Somos gente técnica y el ‘frente social’ nos llegó tarde», señaló otro exalumno.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97996