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El rompecabezas ucraniano

Fuentes: Prensa Latina

Tras el conteo de casi la totalidad de las boletas depositadas durante los comicios parlamentarios adelantados ucranianos, surgen hoy esquemas más concretos para la nueva correlación de fuerzas en la Rada Suprema. La más probable de las variables, al definirse la imposibilidad para el Partido Socialista (PSU) de integrar el Parlamento, sería una coalición del […]

Tras el conteo de casi la totalidad de las boletas depositadas durante los comicios parlamentarios adelantados ucranianos, surgen hoy esquemas más concretos para la nueva correlación de fuerzas en la Rada Suprema.

La más probable de las variables, al definirse la imposibilidad para el Partido Socialista (PSU) de integrar el Parlamento, sería una coalición del Bloque de Yulia Timoshenko (BIUT) y la alianza Nuestra Ucrania-Movimiento Autodefensa (NU-MA).

El PSU obtuvo el 2,87 por ciento de los votos, con lo que quedó fuera de la Rada por primera vez desde 1994, tres años después de su surgimiento con Alexander Moroz al frente y quien ahora deberá entregar la presidencia del Parlamento.

La unión del BIUT y la pro-presidencial NU-MA es la fórmula defendida públicamente por ambas fuerzas, participantes, junto al PSU, en las protestas de finales de 2004 que llevaron a la presidencia de Ucrania a Viktor Yuschenko.

De acuerdo con lo pactado por ambas agrupaciones, la jefatura del gabinete corresponderá a Timoshenko, cuyo Bloque acumuló casi 31 por ciento de los votos, más del doble que el 14,22 de la NU-MA.

El hecho de que la coalición de nueve partidos pro-presidenciales, apoyada directamente por el mandatario, obtuviera tal resultado, permite a la ex jefa de gobierno regresar al cargo con más influencia sobre las decisiones nacionales.

Yuschenko destituyó a la llamada dama de hierro ucraniana en septiembre de 2005, en medio de denuncias de corrupción de sus propios socios en el gabinete. En aquel entonces explicó que Timoshenko mostró poca efectividad para llevar adelante la economía.

Pero la prensa considera que en esa ocasión el jefe de Estado intentó reducir la influencia de la política de 46 años, con intereses en las estructuras de la industria del gas.

Esta vez parece haber menos tiempo de cohabitación entre el futuro gobierno de Timoshenko y Yushenko, pues a mediados de 2008 arreciará la campaña electoral presidencial, de las cuales las parlamentarias anticipadas fueron un ensayo general.

De esa prueba, el mandatario ucraniano salió malparado y su posición puede empeorar aún más con la líder del BIUT al frente del gabinete, en el que deberá poner en práctica sus promesas de campaña electoral, muchas de las cuales parecen difíciles de materializar.

Por ello se augura, dentro de ese esquema, la posible destitución de Timoshenko a mediados del próximo año y con ello dar al mandatario más oportunidades para su reelección.

Entre las primeras pruebas para la alianza de la NU-MA y el BIUT estará la aceptación por la líder de esta última formación política de la propuesta de una nueva Constitución, elaborada por la presidencia para reforzar su poder, en detrimento del primer ministro.

Pero existen otras variantes, menos probables en estos momentos, pero con más posibilidades en un futuro próximo, es decir, una gran coalición entre el Partido de las Regiones (PR), del primer ministro Víktor Yanukovich, y la NU-MA, la cual contaría con 246 escaños.

Yanukovich, líder del PR, la agrupación más votada en las elecciones del pasado domingo, se pronunció por la creación de un gobierno de unidad nacional, aunque pocos consideran probable su continuidad en la jefatura del gabinete.

Sin embargo, medios de prensa destacan que Timoshenko se pronunció por un equipo de ministros formado por profesionales, con lo cual reconoció la posibilidad de conservar a algunos miembros del actual equipo.

Además, la líder del BIUT, que en su momento llamó a votar sólo por su grupo, la NU-MA y el PR, para que no se perdieran los votos en partidos sin oportunidad de llegar a la Rada, ahora admite la posibilidad de aceptar como aliado al bloque de Vladimir Litvin.

Luego de quedar el PSU fuera del legislativo, se hizo imposible formar una alianza entre esta agrupación, el PR, los comunistas, que obtuvieron más de cinco por ciento de los votos, y el bloque de Litvin, ex presidente del Parlamento.

El rompecabezas ucraniano parece contar con casi todas las piezas en estos momentos, pero cualquier movimiento brusco, léase ambiciones políticas o lucha por el poder, puede trastocarlas nuevamente y llevar al país a una nueva crisis.