En apenas dos semanas, el día 2 de febrero próximo, tendrán lugar en El Salvador unas nuevas elecciones presidenciales, que llegan cargadas de expectación y en un momento muy interesante para el país. Aquí se decide de manera muy especial sobre el retroceso o el avance en los procesos de transformación social, política y económica […]
En apenas dos semanas, el día 2 de febrero próximo, tendrán lugar en El Salvador unas nuevas elecciones presidenciales, que llegan cargadas de expectación y en un momento muy interesante para el país. Aquí se decide de manera muy especial sobre el retroceso o el avance en los procesos de transformación social, política y económica que está viviendo todo el continente americano al sur del Río Bravo, con los países del ALBA a la cabeza (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba), junto a la mayoría de países con gobiernos progresistas o de mayor sensibilidad social como Brasil, Uruguay, Argentina y desde hace poco tiempo, también Chile.
Nueve de las diez últimas encuestas muestran una tendencia muy favorable para el FMLN, que podría ganar en primera vuelta con cerca del 50% de los votos a su favor. Según la empresa CID Gallup, en su más reciente muestreo dado a conocer el 14 de enero, la candidatura liderada por Salvador Sánchez Cerén obtendría un 49% de los votos, seguido de la candidatura de ARENA con el actual alcalde de San Salvador Norman Quijano a la cabeza con un 37%, y la disidencia derechista de UNIDAD liderada por el expresidente Antonio Saca con un 14%. Estos datos de Gallup coinciden con la encuesta de CS-Sondea, que empleó un método de simulacro con papeleta, dando como resultado más de 7 puntos de diferencia a favor del FMLN con respecto a ARENA.
División y corrupción en la derecha salvadoreña
La derecha, representada por el partido ARENA, heredero directo de la pasada dictadura militar, y fundado por el fallecido líder de los Escuadrones de la Muerte R oberto d’Aubuisson, concurre en esta ocasión muy debilitado, dividido, y rodeado de graves casos de corrupción que afectan a su más alta dirección.
Desde hace algunos años, en la derecha salvadoreña se ha producido una importante escisión, protagonizada por el expresidente Antonio Saca, que se enfrentó al oficialismo de ARENA, y acabó fundando el partido GANA (Gran Alianza por la Unidad Nacional), ubicado ideológicamente más cercano al centro derecha y que hoy concurre a las elecciones presidenciales encabezando la coalición UNIDAD, que comparte con el PCN (Partido de Concertación Nacional) y Partido Demócrata Cristiano (PDC), algunos de cuyos dirigentes históricos apoyaron la candidatura anterior del FMLN, Mauricio Funes, hoy en el gobierno.
Para los sectores más duros de ARENA, la candidatura de Antonio Saca es consecuencia de un pacto secreto con el FMLN para dividir la derecha y restar fuerza al partido oficial, de la misma manera que según el expresidente Armando Calderón Sol, el FSLN pactó con Arnoldo Alemán la división del Partido Liberal nicaragüense, a cambio de impunidad en sus graves casos de corrupción. Lo cierto es que desde el inicio de la campaña electoral el 1 de octubre pasado, la confrontación dialéctica entre ambas formaciones ha ido en aumento, produciéndose importantes choques fundamentalmente en los medios de comunicación.
En teoría, si las elecciones no se resolvieran en primera vuelta (lo cual no es del todo seguro de acuerdo a las últimas encuestas según las cuales el FMLN ganaría en la primera ronda), los dos partidos de la derecha salvadoreña abandonarían sus diferencias para unirse en segunda vuelta frente a la izquierda. Pero esto es sólo la teoría; es más fácil en realidad, que el FMLN ganara también en una hipotética segunda vuelta, porque no todo el voto de UNIDAD iría a parar a la candidatura de ARENA, ya que buena parte de ese voto es de castigo contra ARENA, y otra parte corresponde al sector liberal más moderado, incluso cercano al gobierno de Mauricio Funes, que coincide con algunos planteamientos y propuestas de la actual campaña del FMLN.
ARENA gobernó el país durante 20 años en 4 legislaturas después de los Acuerdos de Paz de 1992, de los que precisamente se acaba de cumplir el vigésimo segundo aniversario. Todos sus expresidentes son hoy acaudalados empresarios, propietarios de las más grandes fortunas del país, y en algunos casos parte de entramados financieros de dudosa legalidad, como Francisco Flores hoy acusado por la Fiscalía General de la República (FGR) por un delito de lavado de dinero y evasión fiscal por el desvío de fondos correspondientes a una donación de 10 millones de dólares de Taiwan al gobierno salvadoreño, que fue entregado directamente a su presidente.
Los expresidentes Alfredo Cristiani y Armando Calderón Sol disfrutan hoy de grandes fortunas, en ambos casos de muy cuestionable legitimidad, pero es en las dos últimas legislaturas de ARENA donde se concentran la mayor parte de los casos de corrupción detectados. Todos estos casos están saliendo hoy a la luz pública, y pueden ser investigados gracias sobre todo a la separación real entre partido de gobierno y estado, en el que ha puesto especial empeño el actual gobierno del FMLN, que ha permitido el normal desarrollo de las instituciones democráticas y el cumplimiento independiente y libre de sus funciones, que hacen de El Salvador un estado de derecho y de plenas garantías.
Algunos de los casos recientes más sonados y polémicos de corrupción tienen que ver, cómo no, con la ejecución de obras públicas interminables y costosísimas, presupuestadas por empresas muy cercanas a los gobiernos anteriores a un determinado precio y que acabaron costando dos y hasta tres veces más y con retrasos de hasta 3 años, como es el caso de la construcción del Bulevar Monseñor Romero, o el hospital Materno de San Salvador ambas obras iniciadas en el anterior gobierno de ARENA con Antonio Saca de presidente, y finalizadas recientemente con el gobierno del FMLN.
Otro caso muy sonado de corrupción protagonizado por altos funcionarios de los gobiernos anteriores de ARENA ha sido en los últimos meses el llamado caso CEL-Enel, tras descubrirse que la multinacional eléctrica italiana ENEL fue favorecida en el proceso de privatización y adjudicación de la empresa de energía geotérmica LaGeo, asunto aún por aclarar y en el que están imputados 9 altos dirigentes de ARENA y de su último gobierno.
El juego sucio de ARENA
Porque ha sido históricamente su estilo, y porque todas estas circunstancias presionan mucho a la cúpula y la candidatura de ARENA, lo cierto es que este partido está llevando a cabo una campaña muy dura y sucia contra sus rivales, muy poco propositiva y bastante agresiva. Su asesor principal, es el expresidente Francisco Flores, inmerso en la polémica por el caso de los 10 millones de dólares donados por Taiwán desaparecidos. Otro conocido asesor es el venezolano Juan José Rendón Delgado (JJ Rendón), que trabajó con el candidato a la presidencia Henrique Capriles en los últimos comicios de Venezuela, y hoy se encuentra reclamado por la Interpol por un delito de violencia contra las mujeres. Desde Miami JJ Rendón maneja los hilos de la campaña de ARENA, y entre otras maniobras, está detrás de la publicación en el diario español ABC de un artículo firmado por su corresponsal en Washington, que involucra al FMLN con el narcotráfico. Un disparate, como los que nos tiene ya acostumbrados este diario franquista español, que mezcla de forma burda al FMLN y al gobierno de Venezuela, y hasta al propio presidente Maduro, con las FARC de Colombia y un narcotraficante de origen italiano en una supuesta operación de tráfico de droga a gran escala por territorio salvadoreño.
Pero esto sirvió a ARENA para azuzar más en su campaña sucia contra el FMLN, dando paso a una serie de intervenciones, y hasta spots televisivos, con imágenes antiguas del candidato del FMLN Salvador Sánchez Cerén acusándole de terrorismo y vínculos con las FARC.
Además ARENA también acusa al FMLN de ser responsable de la violencia que vive el país, uno de los problemas que más preocupan, por su «pacto» con las maras, lo que en realidad es un programa de tregua entre las distintas pandillas o maras salvadoreñas, como la MS o M18, y en todo caso se trata de un problema muy complejo que nace de las pandillas latinoamericanas establecidas en los barrios de las grandes ciudades de Estados Unidos como Los Ángeles, cuyos miembros son deportados a sus países de origen, como es el caso de El Salvador, a donde trasladan sus organizaciones y sus prácticas.
Un proceso abierto a la población hacia la campaña
El FMLN desde el inicio ha llevado a cabo una campaña muy propositiva e inteligente, con un discurso moderado e inclusivo, que concitó los apoyos de amplios sectores de la población, organizaciones sociales, empresariales, sindicales, cooperativas, iglesias, etc.
El primer discurso de precampaña del candidato Salvador Sánchez Cerén, lo pronunció en el marco de la XXX Convención Nacional del FMLN celebrada en septiembre pasado. Aunque esta Convención se realizó justo un mes antes del inicio de la campaña, en la práctica supuso para el Frente el fin de la etapa de consultas a la población, y la presentación al público de su programa electoral, y sus ejes de campaña.
Con anterioridad, durante más de dos años el FMLN había desarrollado un proceso primero interno para determinar de forma participativa la fórmula presidencial que representaría su candidatura en estas elecciones, resultando de ello la fórmula compuesta por Salvador Sánchez Cerén, actual Vicepresidente del Gobierno y Ministro de Educación, un histórico del Frente, firmante de los Acuerdos de Paz de 1992; y Óscar Ortiz, exitoso alcalde de Santa Tecla, cuya gestión ha hecho de su ciudad y municipio un ejemplo de desarrollo y modernidad en todo el país.
En una segunda etapa, y durante más de un año, el Frente llevó a cabo un intenso proceso de consultas a la ciudadanía, en un programa llamado «Diálogo País», para configurar el programa de gobierno, en el que se realizaron más de 620 mil visitas casa por casa y se conformaron 40 mesas temáticas, que abordaron todos los elementos de preocupación de la población, como el empleo, la seguridad, la educación, la sanidad, juventud, mujer, migración, medio ambiente, desarrollo industrial, etc. Ambos candidatos participaron en decenas de asambleas y actos sectoriales y territoriales en todo el país, pero también en el exterior, especialmente en Estados Unidos y Canadá, donde residen más de dos millones de salvadoreños (casi la cuarta parte de toda la población), y en Europa, especialmente en España, Francia e Italia, con reuniones con salvadoreños atendidas por el propio Óscar Ortiz. Es de destacar en este sentido que la población salvadoreña en el exterior, por primera vez en la historia puede hoy ejercer su derecho soberano al voto, aprovechando las nuevas tecnologías que la administración pública ha puesto a disposición del sistema electoral.
Un programa atractivo para la mayoría de la población
Como resultado de este proceso de consulta popular, el FMLN elaboró un completo programa electoral, basado en tres ejes principales: empleo, educación y seguridad.
En cuanto al empleo, el objetivo de las políticas del FMLN al frente del nuevo gobierno será garantizar todas las condiciones para que las empresas puedan crear empleo. Entre otros compromisos se encuentran garantizar seguridad jurídica a empresarios e inversionistas, implementar una política de acción público-privada, fomentar la economía productiva y la recuperación del sector agropecuario, fortalecer el sector industrial y el turismo, promover el crédito a las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES), y algunas otras muy específicas como la instalación de una planta de agrofertilizantes, que permitirá reducir los precios de insumos agrícolas.
En educación, los compromisos del nuevo gobierno plasmados en su programa consisten en la profundización de la política educativa implementada por el actual gobierno, con la ampliación de los paquetes escolares (útiles escolares, zapatos y uniformes) para los estudiantes de primaria, pero también para bachillerato. Se incluirá un programa para la adjudicación de un ordenador a cada estudiante, el fomento de la educación bilingüe, la creación de la Universidad Digital y de la Universidad Pública en Tecnologías, y otras propuestas interesantes como la potenciación del deporte en la educación superior.
La seguridad es uno de los asuntos que más preocupan a la población de El Salvador, que cerró 2013 con una media de 8 homicidios diarios. Para combatir el crimen, el FMLN propone en su programa la ampliación del número de agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), mayor inversión en equipos, creación de nuevos centros de rehabilitación con educación para el trabajo, campañas contra el consumo de drogas, combatir las extorsiones y el tráfico de drogas, y ampliación de las inversiones en educación, deporte y cultura.
Se trata en general de un programa ambicioso, de gran vocación social, y costoso, lo que es muy criticado por sectores de la derecha. El Frente en su programa resuelve en tres líneas de acción las necesidades económicas para sostener con garantía sus compromisos: la previsión de crecimiento de la economía nacional, que supondrá mayores ingresos para el Estado; la intensificación de la fiscalización del gasto público y del combate a la corrupción (según la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho, FESPAD, la suma de la evasión y elusión de impuestos de las grandes empresas nacionales y multinacionales supone una pérdida de más de 3 mil millones de dólares, cifra que coincide prácticamente con la totalidad de los ingresos del Estado en un año); y por último el ingreso de El Salvador a Petrocaribe, que garantizaría más de 640 millones de dólares anuales para la inversión, con el ahorro en la factura de petróleo al tiempo que se impulsaría la producción agropecuaria por el pago en especie de este consumo energético.
Esto último es también muy criticado por la derecha económica del país, concentrada en la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), que acusa al FMLN de ceder la soberanía del país a intereses extranjeros, concretamente a Venezuela y los países del ALBA, aunque esta patronal obvia que la mayor dependencia económica y cesión de soberanía lo constituye la dolarización del país, impuesta por el gobierno arenero de Francisco Flores en 2001.
La última fase del FMLN en su carrera hacia el nuevo gobierno, es en hoy en plena campaña, la intensificación de las visitas «casa por casa», con el objetivo de visitar un millón de casas en todo el país. Se trata de una campaña realmente muy efectiva, que consigue resultados óptimos, y que llega a todos los rincones de El Salvador, todos los cantones y caseríos incluso con dificultades de acceso, y todos los barrios aún con problemas de violencia provocados por las maras. Para ello el Frente está organizado en comités de campaña en todos los municipios y todas las comunidades y barrios, formados por militantes y simpatizantes muy motivados y disciplinados, que trabajan muchísimo todos los días, especialmente los fines de semana, sacrificando incluso su vida personal y familiar. Y esta es precisamente una de las claves del éxito de la campaña: mucho trabajo, alta motivación y gran disciplina de trabajo en equipo. Estos comités municipales están a su vez coordinados en sus respectivos Comités Departamentales que se reúnen semanalmente para fijar la tarea del momento, y supervisar los avances.
Además de esta alta capacidad y calidad del trabajo de las bases en el FMLN, su motivación y su entrega, podemos considerar otras tres claves de la buena marcha de la campaña electoral del Frente: una organización interna muy cohesionada, el aporte de ALBA Petróleos, y la exitosa política social del gobierno saliente.
Un partido cohesionado
En primer lugar, esta campaña se caracteriza por una organización electoral interna muy ordenada, con un discurso sincero y no confrontativo, moderado y pragmático, y con una estrategia muy acertada e inteligente, con el asesoramiento de expertos brasileños especializados en marketing político que ya colaboraron en la anterior campaña, y trabajaron también para la izquierda en campañas de Venezuela, Argentina, Perú, Paraguay y República Dominicana. Se trata de una campaña realmente positiva y propositiva, muy alejada de la guerra psicológica y mediática de la derecha. Sus candidatos mantienen además una elevada dosis de serenidad para no rendirse a las provocaciones malintencionadas de ARENA.
Durante todo el proceso de campaña, desde inicios de septiembre, se ha seguido un guión estructurado en fases que corresponden a «ideas fuerza», desarrollando cada una a su tiempo de forma intensiva, haciendo así protagonistas a todos los sectores de la población, uno detrás de otro, como jóvenes, mujeres, campesinos, cooperativistas, pequeños y medianos empresarios, niños, profesionales docentes o sanitarios, etc.
Todo ello acompañado de una «banda sonora» excelente, con música muy atractiva y rítmica con mensajes directos pero respetuosos y spots televisivos muy imaginativos. El eslogan principal de la campaña, recogido tanto en las canciones como en todos los discursos y en las redes sociales es «ADELANTE», expresado gráficamente con el ingenioso símbolo triangular de «play» de cualquier dispositivo multimedia o por Internet, con el objetivo de transmitir el mensaje de continuar, de avanzar hacia delante con las transformaciones sociales, políticas y económicas del actual gobierno del FMLN, y contra las políticas regresivas del pasado, de privilegios de una minoría acomodada, que la derecha quiere poner en marcha con su eslogan «Recuperemos El Salvador».
Este eslogan, «Adelante» y «Dale Play», resulta muy efectivo, y es muy coreado en todas las consignas, pero también es muy utilizado en redes sociales, mostrando así su carácter actual, fresco, juvenil y tecnológico.
El efecto ALBA Petróleos
Otro de los elementos que contribuyen significativamente al éxito de la actual campaña del FMLN es el apoyo de la empresa de economía mixta ALBA Petróleos de El Salvador, y sus empresas asociadas como ALBA Alimentos, así como la Fundación ALBA. Se trata de un proyecto de Petro-Caribe, auspiciado por Hugo Chávez en el marco de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), para beneficiar a la población salvadoreña mediante precios favorables en el petróleo. El compromiso de ALBA Petróleos con su suministrador, que es la empresa pública venezolana PDVSA, consiste en efectuar el pago de la factura de la siguiente forma: el 60% se paga inmediatamente; el 30% se aplaza a 3 años, con la condición de invertir dicha cantidad en actividades de economía productiva del país, y es ahí donde nace ALBA Alimentos, que beneficia a centenares de cooperativas agropecuarias mediante créditos blandos y ayudas para la mecanización e industrialización del campo, contribuyendo así a la seguridad y soberanía alimentaria del país (en los dos últimos años ha conseguido abaratar el precio de los granos básicos, especialmente del maíz y el frijol, y eliminar la dependencia de la importación de estos productos de Nicaragua y Honduras, con una de las mayores cosechas de las últimas décadas). El 10% restante de la deuda con PDVSA debe ser invertida en acción social, de ahí las aportaciones a proyectos sociales y asistenciales, siempre de interés público como el apoyo al Ministerio de Educación con la entrega de ordenadores para los estudiantes o becas, Misión Milagro, deportes como la Copa Alba, etc.
Aunque no esté recogido en el programa, en algún discurso, como el pronunciado ante la tumba de Schafik Handal durante la conmemoración de su natalicio en octubre pasado, Salvador Sánchez Cerén manifestó su intención de incorporar El Salvador al ALBA, como parte de su compromiso con la integración latinoamericana. Textualmente, en aquella ocasión dijo: «Cuando la prensa me pregunta si el próximo gobierno del FMLN va a incorporarse al ALBA, yo les digo ¡sí! Porque el pueblo salvadoreño ya es parte del ALBA. El ALBA recoge el espíritu de Martí, de Bolívar, y de Sandino, pero también de nuestro inspirador Farabundo Martí».
Entre los próximos proyectos de ALBA Petróleos de El Salvador, se encuentra el lanzamiento de una nueva compañía aérea de bajo coste, denominada Vuelos Económicos de Centro América (VECA), que entrará al mercado del transporte aéreo en breve, promoviendo la competencia con líneas locales y regionales como TACA o COPA, que ocupan el mercado con precios pactados siempre muy elevados y sumamente excluyentes de la gran mayoría de la población. Por supuesto, la patronal del sector y la ANEP ya han puesto el grito en el cielo, proclamando que Veca S.A. vendría a hacer una competencia desleal e ilegal.
De hecho, la ANEP ha promovido en los últimos meses una campaña mediática muy ofensiva contra ALBA Petróleos a la que acusa de prácticas de mercado abusivas y de estar controlada por un partido político para sus fines electorales. Lo cierto es que el ALBA hoy encarna una forma nueva de hacer empresa con un alto componente de compromiso social y dirigida a fortalecer la economía productiva, versus la economía especulativa y financiera que caracteriza las empresas dirigentes de la ANEP que se han beneficiado históricamente de los enormes movimientos de remesas, y del sufrimiento de los cientos de miles de emigrantes que envían su dinero a sus familias en El Salvador, generando con ello una economía altamente dependiente y consumista. Para la oligarquía financiera organizada en la ANEP, un salvadoreño migrante que se juega la vida recorriendo México o a lomos de «la bestia» no es más que un cliente en potencia, una oportunidad de negocio. No dudó por ello en promover la dolarización del país hace más de 14 años, que le facilita enormemente cualquier transacción y operación financiera, situación que en la actualidad no es fácil revertir.
El éxito del gobierno saliente, garantiza el éxito del nuevo gobierno
La tercera de las claves en el éxito de la campaña electoral del FMLN, la constituyen los éxitos en el campo social, pero también económico, del actual gobierno del FMLN con Mauricio Funes a la cabeza, que los muestra abiertamente a la ciudadanía y son muy bien valorados por ésta.
La salvadoreña sigue siendo una población socioeconómicamente muy polarizada, con una brecha entre ricos y pobres aún muy elevada. La guerra que finalizó hace ya 22 años y que puso fin a una cruenta dictadura militar, fue seguida de 20 años de políticas neoliberales y de drásticos ajustes, que dejaron más pobreza y más desigualdad aún que en las décadas anteriores. Se estima que unas 600.000 personas en el Salvador no tienen acceso a una canasta básica que supla sus necesidades alimenticias, la mayor parte de esta población vive en la zona rural, siendo las niñas y los niños los más afectados. Y se calcula que cerca de 2.5 millones de personas, aunque viven en condiciones de pobreza, logran acceder a una alimentación regular, sin embargo no disponen de los principales servicios básicos como el agua potable, energía eléctrica y vivienda digna.
El actual gobierno concedió plena prioridad para resolver el problema de la pobreza y de la pobreza extrema, con distintos programas sociales y de inversión productiva, especialmente en las áreas rurales y periurbanas. La Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) 2012 presentó una disminución del 6.05 % en el índice de pobreza en El Salvador durante 2012, que implica cerca de un 15% de reducción acumulada desde que el FMLN asumió el gobierno en 2009, para situarse a finales de ese año 2012 en el 34%. Por otro lado la tasa de desempleo se redujo hasta situarse en el 6.1%, la más baja desde 2008 cuando se inició la crisis financiera mundial, y una de las menores en los últimos 12 años.
Algunos de los programas y reformas de mayor impacto social que el gobierno puso en marcha durante estos cuatro años fueron la Ley de Medicamentos, que estableció una regulación de los precios máximos de venta de los productos farmacéuticos vendidos bajo prescripción , y en la práctica supuso una reducción significativa de estos precios (y un importante ahorro para las familias más desfavorecidas); y el programa Ciudad Mujer, un interesante proyecto que consiste en centros únicos en los que confluyen todas las administraciones del estado que brindan atención especializada a las mujeres en las más variadas demandas, como situaciones de violencia de género, autonomía económica, salud sexual y reproductiva, educación, atención infantil, asesoramiento laboral y empresarial, formación profesional, etc. En la actualidad el país cuenta con 4 centros Ciudad Mujer, en los departamentos de La Libertad, Santa Ana, Usulután y San Salvador, hay otros dos en construcción.
El gobierno se propuso desde el primer momento el reto de recuperar la economía productiva, especialmente en el área rural, para contrarrestar la cada vez mayor dependencia de las remesas en una economía pasiva, escasamente productiva y altamente consumista. Con ello se pretendía además sustituir las importaciones con producción nacional, y de esta forma equilibrar la balanza comercial, al tiempo que fortalecer la propia seguridad y soberanía alimentaria. Como resultado, con el apoyo de ALBA Alimentos, por primera vez se consiguió plena soberanía en la producción de maíz y frijol, beneficiando significativamente los precios de la canasta básica y a la inmensa mayoría de la población. El precio del frijol, por ejemplo, se situó en 22$ por quintal menos en solo un año.
Otros programas e iniciativas de alto impacto social y económico son el Programa Vaso de Leche Escolar, los paquetes escolares, la Ley de Mi Primer Empleo para la juventud, la normalización o legalización de miles de propiedades urbanas y rurales, para vivienda o para explotaciones agropecuarias,
En materia sanitaria, en 2010 se puso en marcha una reforma sanitaria que supuso la eliminación de los pagos directos de los pacientes o «cuotas voluntarias». Se aumentó la inversión y se crearon 600 centros de salud rural en lugares de difícil acceso.
El Salvador presenta hoy una balanza comercial positiva con Centroamérica gracias a la reducción de las importaciones alimentarias, especialmente de granos básicos, y a las exportaciones de productos no tradicionales. El año pasado el país cerró con un crecimiento del PIB del 2%, lo que supone un enorme avance con respecto al cierre del 2009, año que inició el actual gobierno del FMLN, y en el que se produjo una caída del -3.1% del PIB.
Todo ello, a pesar del aumento en estos años del precio de los alimentos y del petróleo y sus derivados, la disminución de los precios internacionales del café (producto de exportación tradicional del país), y de las sacudidas económicas que supusieron los fenómenos naturales como las tormentas Ida en 2009 y Agatha en 2010 y la depresión tropical 12E en 2011, que causaron enormes pérdidas materiales.
El Salvador aún debe resolver grandes problemas, como el de la violencia y la elevada criminalidad, o la calidad del empleo, especialmente en la juventud y las mujeres. Del país aún salen diariamente cerca de 300 personas, sobre todo jóvenes, para intentar ingresar de manera ilegal a EEUU en busca del llamado sueño americano, que casi siempre termina en pesadilla. Y también diariamente Estados Unidos ordena la deportación de 60 salvadoreños de media durante 2013. Las remesas suponen un gran respiro para la economía del país, y la de muchísimas familias salvadoreñas, pero lo que debería ser sólo una situación transitoria, no puede convertirse en la norma. El Salvador tras tantas décadas, siglos de sufrimiento, ha iniciado por fin su andadura hacia una nueva transición, hacia la democracia verdadera y plena, con la restitución de derechos sociales elementales y más, de recuperación del país para la población, y debe seguir ADELANTE, y siempre de FRENTE.
Ricardo Gayol Rodríguez. Fundación Hijos del Maíz. Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.