Como elementos básicos de concordancia en la historia social y política reciente de estos dos países, encontramos una sangrienta Guerra de Baja Intensidad -hablando en términos pentagonales-; de un lado un conflicto armado interno de unos 12 años (1980-1992) y otro con intermitencias de más de medio siglo (1964 al presente). Así mismo es evidente […]
Como elementos básicos de concordancia en la historia social y política reciente de estos dos países, encontramos una sangrienta Guerra de Baja Intensidad -hablando en términos pentagonales-; de un lado un conflicto armado interno de unos 12 años (1980-1992) y otro con intermitencias de más de medio siglo (1964 al presente). Así mismo es evidente como elemento común, la presencia de una oligarquía cerrada y rabiosamente opuesta a cualquier cambio social, por mínimo que sea, en el marco de una total dependencia del gobierno de los EE.UU en todos los aspectos.
Técnicas de represión. El origen del control violento de la población es idéntico en los dos países, siendo incorporado a los menesteres militares en los años sesenta, durante la administración Kennedy [1]. Las técnicas son de estilo contrainsurgente y proceden de la ominosa Escuela Francesa [2], en el caso de El Salvador. En Colombia la instrucción en la materia es casi qué pública y realizada por parte de EE.UU. en los años 60 y 70, e Israel con sus mercenarios en los años ochenta. El Estado salvadoreño con instituciones estatales rectoras de la represión, como la Agencia Nacional de Seguridad Salvadoreña (ANSESAL), genera la red paramilitar clandestina Organización Democrática Nacionalista (ORDEN) [3]. Aún con anteriores experiencias en esta materia del lado militar, en Colombia el extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), bajo el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010) cumple similares funciones, transmitiendo órdenes a Escuadrones de la Muerte (destacamento paramilitares) denominados Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) [4]. En El Salvador existe como en Colombia, dependencia directa de estos cuerpos de espionaje con el Presidente de la República [5]. Lo que equivale de facto al establecimiento de una omnipresente policía política, especialmente en el caso colombiano.
Aterrorizar.
En Colombia esto se produce especialmente en ciertas zonas donde se desea propagar el miedo generalizado; en determinados momentos del prolongado conflicto, cadáveres aparecen con signos de tortura en lugares públicos de zonas en disputa. Estas son frecuentemente operaciones <
Archivos y red de espionaje colectivo.
Instaura Uribe bajo su mandato una pomposamente denominada <
Presencia del líder derechista recalcitrante
En El Salvador este emerge de la institución más influyente en el país (como lo prescriben manuales de la Escuela Francesa), y se convirtiéndose en un líder de la derecha proterva, más no perteneciente a la oligarquía: Roberto D’Abuisson. Este exmilitar del ejército mantiene estrechas relaciones con las FF.AA. [12], siendo apoyado y entrenado en territorio de EE.UU. (como muchos otros militares), por el Pentágono [13]. La revelación de la conexión muy cercana con la CIA de D’Abuisson ya hace tiempo ha sido constatada [14]. Este es un personaje de los tiempos de la contrainsurgencia en la cual se unen los conceptos del ejecutor y el político. D’Abuisson ha sido declarado por varias investigaciones como el autor intelectual del homicidio del arzobispo del San Salvador Arnulfo Romero en 1980 [15]. En Colombia alrededor de Uribe, un hombre procedente de la casta media provincial del poderoso en su tiempo Partido Liberal, empero, ajeno a los excluyentes círculos del poder de Bogotá, hay una serie interminable de homicidios selectivos [16], delitos de lesa humanidad (Falsos positivos [17]), masacres (El Aro [18]), relaciones con el tráfico ilegal de psicoactivos [19], etc., de una u otra manera ocultadas o atenuadas por la agencias de EE.UU., quien ha fungido de hecho como su protector. Su marcada tendencia reaccionaria despiadada va correlativa a un abierto impulso a ceder la soberanía del país a la potencia del norte (entrega de bases militares por todo el país), y a profundizar el proyecto neoliberal.
Arrojar a la población a la ultrapolítica
La guerra implicó que quienes tenían posturas nacionalistas y de reforma en El Salvador, fueran perseguidos de tal forma que tuvieran que en muchos casos, exilarse, o integrase a la guerrilla [20]. Es decir pasar forzadamente del campo de la política al de la ultrapolítica, donde los militares son muy fuertes. El homicidio sistemático y en veces en masacres de los miembros de la Unión Patriótica desde mediados de los años ochenta y noventa y el presente siglo, dejan claro en Colombia esta misma tendencia a procurar una reacción política armada en los sectores que son sistemáticamente perseguidos, con las alternativas del exilio, el ingreso a la insurgencia y/o la muerte [21]; por esos años se incrementa notablemente el número de exilados y se engrosan las filas de los movimientos insurgentes.
Impunidad
Con una Corte Suprema de Justicia salvadoreña cercana a D’Abuisson, se aplican a rajatabla amnistías aprobadas por el poder legislativo a pesar de significar la institucionalización de la absoluta impunidad en El Salvador en crímenes de lesa humanidad y graves violaciones de los derechos humanos, favoreciendo a militares, como en el caso de la masacre de Las Hojas y otros miles de asesinatos de escuadrones de la muerte [22]. En la Colombia contemporánea, durante y luego del mandato de Uribe, la Corte Constitucional, la Suprema de Justicia y general los poderes de control, son proclives a fallos exculpatorios relacionados con actuaciones de las FF.AA. y en general en los altos cargos del Estado [23]; ello opera en forma similar en el caso de la Fiscalía General de la Nación. Uribe logra la impunidad legal para las huestes paramilitares (Ley de Justicia y Paz). Las investigaciones penales que logran iniciarse por presión de hechos ostensibles a la opinión pública en estos casos van a paso de tortuga o aún más lento, si se refieren a acusaciones de miembros de la FF.AA. y políticos notables [24].
Modelo exportable de represión brutal
Cuando la población iraquí elabora una oposición vigorosa a la invasión de 2003, el gobierno de Washington pone en práctica aquello que sus militares denominan <
Actuación del Gobierno de la Casa Blanca
El Departamento de Estado afirma en determinado momento no tener pruebas de que D’Abuisson sea parte de la violencia derechista en El Salvador; este viaja continuamente a EE.UU, más tarde le es negada la entrada [27]. A la vez, oficiales de seguridad relacionados con aquel están en la planilla de pago de la CIA [28]. No obstante lo anterior, D’Abuisson es candidato presidencial del partido ultraderechista ARENA en 1984. De su parte, en Colombia hay informes secretos sobre la coexistencia asociativa crónica de los paras y estructuras estatales [29], sin embargo, el Plan Colombia (de intervención militar pentagonal) ha operado sin contratiempo alguno, lo cual denota una simbiosis entre aquella y la ejecución de este; es decir, la existencia de una no ocultada complementariedad [30]. Oficialmente el gobierno de Washington afirma en un acto autoexculpatorio que los paramilitares <
Alumnos aventajados. El superior jerárquico de D’Abuisson en el ejército, José Alberto Medrano, es un militar al servicio de la CIA señalado por oficiales de EE.UU., como cabecilla del Escuadrón de la Muerte llamado <
Financiación de irregulares
Hay pactos en El Salvador y en Miami entre industriales, comerciantes y agentes estatales, para la financiación de destacamentos irregulares con armas y entrenamientos. Se contratan militares salvadoreños para armar una estructura paralela a las FF.AA. y <
Ultra-Derechización de la Política
Se presenta un proceso de derechización en los órganos de representación en El Salvador; la Asamblea Constituyente de 1982, aglutina una representación de tendencias derecha-ultraderecha de casi un 90%, con la presidencia de la misma en nada más ni nada menos que Roberto D’Abuisson. Estos partidos reaccionarios suscriben un pacto para gobernar denominado <
Exterminio de reclamantes
Los operativos contrainsurgentes implican desplazamientos masivos de poblaciones; fundamentalmente rurales en el conflicto salvadoreño; a su vez estos conllevan una lucha por el regreso de estas a sus territorios de origen [39]. Existe en El Salvador por entonces una campaña de asesinatos de líderes cooperativistas reclamantes de una reforma agraria, de parte de los pluricitados escuadrones de la muerte [40]. En Colombia el tema de la tierra en el conflicto, el fundamental, implica un desplazamiento forzado de cinco millones de personas en unos treinta años, no como consecuencia de la guerra sino como objetivo de la misma. Quienes pretenden recuperar sus tierras son perseguidos a muerte, como increíblemente el propio jefe de Estado actual reconoce [41]; al momento de escribir estas líneas han sido asesinados trece líderes campesinos reclamantes [42].
Relación inversamente proporcional y atribución de autoría.
Se presenta una relación inversamente proporcional entre la violencia oficial abierta y la de los grupos irregulares en El Salvador. Cuando el gobierno suaviza su represión, aumentan las actividades paramilitares en muertos y desaparecidos [43]. En Colombia a medida que aumenta el accionar criminal de paramilitares innominados y luego autodenominados AUC, paralelamente disminuyen pronunciadamente las denuncias de violaciones de los derechos humanos de parte de las FF.AA. [44].
Los verdaderos propósitos de EE.UU.
En El Salvador EE.UU. desarrolla << dentro de los cuerpos civiles de seguridad… capacidad investigativa para detectar y neutralizar las actividades de organizaciones o individuos criminales y/o subversivos… Esto requiere un esfuerzo cuidadosamente integrado entre el elemento investigativo y el trabajo de las fuerzas regulares policiales, militares o paramilitares, operando separadamente o en conjunto>>, escribió en 1967 Byron Engle, director del programa de Salud Pública de la AID. En Colombia desde 1962 los dictados de los planes contrainsurgentes del pentágono han sido la <
Oposición intransigente a las conversaciones y acuerdos de paz
En su momento, los sectores más recalcitrantes de la derecha salvadoreña se oponen cerradamente a la terminación de la guerra civil y por ello tratan de traidores a los miembros de gobierno del entonces presidente Alfredo Cristiani, negociando con el insurgente Frente Farabundo Marti para la Liberación Nacional (FMLN); en ello se destacan el partido creado por D’Abuisson ARENA y parte de la FF.AA [47]. Los militares no estaban dispuestos a negociaciones que socavaran el aparato castrense y sus privilegios [48], sin embargo por múltiples hechos y presiones tuvieron que ceder. D’Abuisson es el ala dura de la derecha y se opone a los propósitos de paz del presidente Cristiani, lo cual incluye un intento de asesinato a este, un Golpe de Estado fallido y un especie de <
Posconflictos
Luego de los Acuerdos de Paz de Chapultepec de 1992, las estructuras políticas, económicas y sociales en El Salvador permanecen, en lo fundamental, intactas. Con este marco, las dinámicas de exclusión social y auto exclusión protagonizadas por grandes grupos de jóvenes allí y en toda Centro América se mantienen [52]. En estas circunstancias en El Salvador los índices y la sensación de inseguridad no disminuyen, sino que incluso se incrementan aun nivel de guerra; así durante los gobiernos derechistas de ARENA el fenómeno de las maras y diversas pandillas crece hasta ser problema de seguridad pública rebasante con mucho las capacidades estatales, aumentado ello por las deportaciones de salvadoreños de Estados Unidos donde habían emigrado con motivo de la guerra civil desde los años noventa [53]. Se reconstituyen poderes paralelos al Estado, generando un ambiente social de terror que paraliza en forma similar al de una represión de tipo contrainsurgente; El Salvador es actualmente la nación más mortífera del mundo en tiempos de paz y los Escuadrones de la Muerte actúan como en la época de la contrainsurgencia de guerra civil [54]. En la esquina noroccidental de Suramérica, simultáneamente a la supuesta entrega de los paramilitares AUC del 2005-2007, emergen las Bacrim -acrónimo de bandas criminales-, con los mismos ingredientes de persecución de líderes populares, defensores de derechos humanos, sindicalistas, estudiantes, campesinos, reclamantes de tierras despojadas, es decir idénticas actuaciones de los antiguos paramilitares [55]. Este incremento de estos grupos (más bien destacamentos), ha corrido paralelo a las negociaciones de paz entre el gobierno y las FARC en La Habana, adquiriendo una sistematización y encubrimiento que llama la atención a instancias internacionales como El Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos [56]. Las estructuras políticas, económicas y sociales colombianas, no sólo permanecen intactas sino que actúan procurando mayor exclusión de los más vastos sectores, sin alternativa real a la vista.
Presente y perspectiva
Un reconocido periodista e investigador como Allan Nairn, afirma, que <
Así, son ostensibles persistencias en el manejo violento de la población, así como de las actuaciones de un tipo repetido de personajes con unos esquemas de comportamiento útiles a determinados resultados en uno y otro país. ¿El posconflicto colombiano estaría abocado a la violencia confusa y omnipresente de su referente? ¿Nos deberíamos sorprender por ello, existiendo aún un poder hegemónico tan agresivo en la región pretendiendo su militarización?
Notas
[1] Organizaciones constituidas por EE.UU., se fueron transformando en estructuras paramilitares como los Escuadrones de la Muerte. Allan Nairn. Atrás de los Escuadrones de la Muerte. Un reportaje exclusivo sobre el papel de Estados Unidos en el terror gubernamental en El Salvador. The Progresive. Mayo de 1984. En History is a Weapon. Behind the Death Squads: An exclusive reporta on the US role in El Salvador’s offcial terror. http://www.historyisaweapon.
[2] Son traídos asesores franceses represores brutales en la guerra de la independencia de Argelia, de la OAS, contratados por millonarios salvadoreños; Craig Pyes. Guerra sucia en nombre de la libertad. Albuquerque Journal. 1983 http://www.ues.flakepress.com/
[3] <
[4] Al respecto hay providencias judiciales, como la que condena a uno de sus directores en tiempos de Uribe, Jorge Noguera, dependiente directo de aquel. La Constitución colombiana prescribe la impunidad de facto para los jefes de estado.
[5] En uno y otro país estos instrumentos de policía política surgen en los inicios de los años sesenta, con asesoría en contrainsurgencia de parte del gobierno de John F. Kennedy. Pyes Ibídem.
[6] Es simbólica de esta práctica macabra la Operación Orión en Medellín durante octubre de 2003. Las Dos Orillas http://www.las2orillas.co/la-
[7] Christopher Dickey. Detrás de los escuadrones de la muerte. The New Republic, 1983. http://www.ues.flakepress.com/
[8] Pyes Ibídem.
[9] Pyes Ibídem.
[10] Nairn Ibídem.
[11] En el año 2011 en vista del desprestigio absoluto de la oprobiosa entidad, El DAS desaparece.
[14] El ex coronel Roberto Eulalio Santivañez manifiesta la periódico The New York Times, que D’Abuisson fue el hombre organizador de los escuadrones de la muerte http://www.nytimes.com/1985/
[15] Comisión de la Verdad. Ratificado por otra comisión de investigación en 2009 http://www.clarin.com/mundo/
[16] Homicidio de Pedro Juan Moreno . Noticias Caracol. http://www.noticiascaracol.
[17] El Espectador http://www.elespectador.com/
[18] Verdad Abierta http://www.verdadabierta.com/
[19] Yohir Akerman. El Espectador http://www.elespectador.com/
[20] Pyes Ibídem.
[21] Es el caso del exterminio del partido político Unión Patriotica (UP), con unos cinco mil muertos y desaparecidos, desde 1985 al presente. Verdad Abierta. http://www.verdadabierta.com/
[22] Informe de la Comisión de la Verdad para El Salvador. Naciones Unidas. De la Locura a la Esperanza. La guerra de 12 años en El Salvador. San Salvador-Nueva York 1993. Pág. 34.
[23] Muchos jueces de estos tribunales han sido elegidos de una u otra manera por Uribe en su mandato, de allí su talante en sus decisiones judiciales y su corrupción. Cecilia Orozco Tascón. http://www.elespectador.com/
[24] <
[25] Iraqsolidaridad. Enero 11 2005. http://www.iraqsolidaridad.
[26] BBC Mundo http://news.bbc.co.uk/hi/
[27] Pyes Ibídem.
[28] Carranza, Medrano y a otros. Aunque las pruebas eran menos convincentes con respecto al mayor Roberto D’Abuisson, Pyes Ibídem.
[29] National Security Archive (NSA). Documentos 53, 61, 64. http://nsarchive.gwu.edu/
[30] Aram Roston . It’s the Real Thing: Murder. US employers like Coca-Cola are implicated in Colombia’s brutality. The Nation. Agosto 23 2001. http://www.thenation.com/
[31] Concepto emitido por el Departamento de Estado. Multinacionales con sede en el país del norte han contratado paramilitares. Las empresas son del tipo Drummond, Coca-Cola o Chiquita Brands. Aram Roston . Ibídem. Ver en el caso contra Chiquita Brands. Rebelión http://www.rebelion.org/
[32] Dan Kovalik, Deputy Counsel for the Steelworkers. Roston. Ibídem.
[34] Es congratulado y condecorado por el gobierno de Washington y por el mismo presidente Johnson (<
[35] Las Dos Orillas. http://www.las2orillas.co/la-
[36] Pyes Ibídem. Ver también El Faro http://www.elfaro.net/es/
[37] El Espectador. http://www.elespectador.com/
[38] Comisión de la Verdad… Pág.23; Roston. ibídem.
[39] Comisión de la Verdad. Pág. 32
40] Uno de los más álgidos problemas, debido a la extrema concentración de la tierra en pocos. Comisión de la Verdad Pág. 22.
[41] <
[42] El País. Colombia http://www.elpais.com.co/
[43] Pyes Ibídem.
[44] Jorge Enrique Forero. Economía Política del Paramilitarismo Colombiano. FLACSO. Quito 2012. Pág. 119
[45] Misión militar de los EE.UU. en Colombia de febrero de 1962 dirigida por el general Willian P. Yarborough. Noche y Niebla. http://www.nocheyniebla.org/
[46] En un memorándum enviado a sus subalternos en 1967. Nairn Ibídem.
[47] Envío. Nicaragua. http://www.envio.org.ni/
[48] Chris Van Der Borgh. El Salvador en transición. http://rozenbergquarterly.com/
[49] Información de la época de la CIA. El Faro. http://www.elfaro.net/es/
[50] Con todo, Cristiani le reconocía su <
[51] Uribe habla de un supuesto acuerdo Gobierno-FARC para un hipotético Golpe de Estado. El Colombiano. http://www.elcolombiano.com/
[52] Win Sevenije. Maras y Barras. Pandillas y Violencia Juvenil en los Barrios Marginales de Centroamérica. Universiteit Utretcht. FLACSO El Salvador. El Salvador 2009. Pág. 13, 68 ss.
[53] Sevenije. Pág. 69. Estas no se alimentaron con desmovilizados de la guerra civil, puesto que alrededor de aquellas se creó una ideología propia. Verdad Abierta. http://www.verdadabierta.com/
[54] El País. http://internacional.elpais.
[55] Para profundizar un poco en esta curiosa forma de actuar de bandas teóricamente con exclusivo fin de lucro, ver Bacrim, pretexto de la militarización. Rebelión http://www.rebelion.org/
[56] <
[57] Nairn. Ibídem [58] Raúl Leis. El Comando Sur, su poder hostíl. Nueva Sociedad No 81 enero-febrero 1986 Pág. 79
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.