“El capital ha desatado una guerra contra los pueblos, clases y sectores sociales para despojarlos, conquistando territorios para convertir la madre tierra en mercancías. Esta forma de acumulación ha desplazado a la explotación fabril de la clase obrera, como el modo principal de enriquecimiento de las clases dominantes. Para hacernos la guerra, utilizan un Estado que han ocupado y blindado en defensa de sus intereses.
Por tanto, es un grave error pensar que se pueda acceder a las instituciones estatales para utilizarlas en beneficio de los de abajo. ¿Quién puede imaginar hoy unas fuerzas armadas y policiales que trabajen activamente para el pueblo? Lo mismo puede decirse del aparato judicial y del sistema económico, público o privado. Esta realidad estructural no se modifica porque se elabore un proyecto de nación diferente al actual.” (Zibechi, Raúl, Movimientos en la geopolítica,https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/08/08/opinion/movimientos-en-la-geopolitica )
EL CONTEXTO GLOBAL DEL PERÚ, DEL DESPOJO RENTISTA A LA ANTIDEMOCRACIA
En este artículo veremos como el no entender el contexto global del poder y el mal uso de los conceptos, de la teoría y de la ideología han impedido a los analistas de la política peruana la interpretación del momento histórico y el diseño de un programa y una estrategia revolucionarias.1 Respecto a esto último, el progresismo neoliberal acepta la ideología liberal como si fuese el fundamento de una teoría única e indiscutible en la que basa su práctica, como lo veremos mas adelante.2 En efecto, el capitalismo estadounidense esta en declive, atravesado por sobre-acumulación, deuda y pérdida de reservas de petróleo pesado, recurre a la guerra para garantizar la acumulación y restablecer rentas y ganancias. El mundo y en él los pueblos periféricos estamos frente a la interrelación entre el poder de las Big Tech y el mercado global de derivados; un fenómeno de reconfiguración fundamental para entender los nuevos tiempos. Lejos de ser un actor minoritario, el poder de las empresas tecnológicas en este mercado es indirecto, pero crítico. No se trata de un desplazamiento directo de los actores tradicionales, dedicados al despojo del mundo recolonizado, sino de la creación de una dependencia tecnológica que los hace indispensables para el capital. El poder se ha reconfigurado, pasando de la propiedad del capital y los activos a la propiedad de la infraestructura, los datos y los algoritmos que permiten el funcionamiento del mercado. Una transformación que parece irreversible, la historia lo dirá. La banca tradicional ya no tiene la opción de ignorar la tecnología digital. Debe abrazar la colaboración con fintechs y Big Techs para modernizar su infraestructura y mantenerse competitiva. Así mismo, el futuro del sector financiero estará definido por la capacidad de los bancos para integrarse con éxito en estos ecosistemas tecnológicos globalistas y el cómo seguir repartiéndose ganancias y rentas de la industria y el saqueo. Este cambio concentrador y centralizador de capitales es denominado tecnofeudalismo (según Yanis Varoufakis, las sociedades van de la era digital globalizada neoliberal a una forma de feudalismo tecnológico, donde los proletarios ahora son vasallos digitales)3. Aumentan los sujetos del despojo: lumpen-oligarquías y trasnacionales, luego las financieras y mas tarde las tecnológicas entre las que se espera surjan contradicciones.
Paralelamente, el imperio está en franca decadencia, al colapsar su dominio solo le queda su poder financiero-militar, el tecnológico y la imposibilidad de superar la matriz neoliberal y recolonizadora. Mientras es amenazado por el multilateralismo y un nuevo ciclo descolonizador, continúan las guerras y con ellas reaparece la violencia defensiva en Oriente Medio y otras zonas del mundo. Ahora como gran país deudor (37 billones de dólares)4, Estados Unidos requiere de sus súbditos coloniales a los que nuevamente pretende arruinarlos y expoliarlos, los endeuda y aumenta los aranceles, pero al mismo tiempo necesita que se enriquezcan para que puedan tributar y esta es otra contradicción. Es la paradoja de la vieja Europa que sobrevive como vasalla del Imperio. Otra contradicción mas importante se da entre el imperio y los Gobiernos sometidos que se enriquecen haciendo propias las corruptas cultura y política imperiales peroagregando innovaciones sociales, hasta el punto de que algunos desafían al mismo Imperio. Frente a la recolonización, empieza entonces un período de nuevas contradicciones y guerras, en el que la agresividad de Washington y sus súbditos europeos, utilizando sus “proxis”, busca reapropiarse de territorios y riquezas para reindustralizarse.
Una gran contradicción mas se da entre globalistas5 y los industrialistas. Esta afecta a los trabajadores y pueblos del mundo, pues mientras los globalistas argumentan que la globalización genera crecimiento, aunque aceptan que hay perdedores (ej.: trabajadores industriales desplazados), los Industrialistas culpan a la globalización por la pérdida de empleos (especialmente en el Rust Belt) y promueven empleos industriales bien pagados. Sin embargo, ni a unos ni a los otros les interesa los salarios en los países bajo su dominio colonial. Las economías ilegales y las rebeliones juveniles son crecientes en el mundo, Francia, Nepal, Perú etc. ante la ausencia de expectativas laborales. El conflicto refleja una pugna entre los globalistas que postulan eficiencia económica global (beneficia a consumidores y corporaciones), asociado con la economía interconectada y las instituciones multilaterales, apoyan acuerdos de libre comercio (como el T-MEC/USMCA), cadenas globales de suministro y reducción de aranceles a EE.UU. como líder de un orden mundial basado en alianzas (OTAN, ONU) y cooperación económica; confían en que el mercado regule la globalización, con intervenciones mínimas. Mientras que los industrialistas proponen soberanía industrial (protege empleos y seguridad nacional); prefieren aranceles (como los impuestos por Trump a China), subsidios a industrias locales (como el CHIPS Act para semiconductores) y «compra estadounidense»; priorizan la competencia con China, la autosuficiencia estratégica (ej.: minería de tierras raras) y evitan dependencias externas; apoyan políticas activas (subsidios, reshoring) para revitalizar la manufactura, incluso con gasto público; culpan a la globalización por la pérdida de empleos (especialmente en el Rust Belt) y promueven empleos industriales bien pagados; Priorizan energía nacional (petróleo, gas, nuclear) y critican regulaciones ambientales que afectan a fábricas. En EE.UU., esta división cruza tanto a republicanos como a demócratas, aunque con matices distintos. La economía y la política norteameriacanas responden a una forma de acumulación que viene desde los años 70 y que Piqueras la define como un ciclo de ganancia: imprimir dinero, exportar dinero al extranjero y traer dinero de vuelta a sus tres mercados principales: el mercado de productos básicos, el mercado de letras del tesoro y el mercado de valores. A esto se le ha llamado “cosechar” el dinero ajeno. El país norteamericano ha ido diluyendo gradualmente su economía real para hacerla cada vez más virtual, convirtiéndose en un imperio financiero” que coloca al saqueo como el centro de su accionar.6
El imperio que impuso el neoliberalismo con golpes de Estado y dictaduras militares, el Consenso de Washington, los TLC, los programas de austeridad y la destrucción de las políticas sociales, hoy nos colocan en la disyuntiva entre el globalismo financierista y el industrialista. De otro lado, las conciencias, los habitus de vida e incluso las mentalidades individualistas, consumistas y codiciosas, las formas de ser y pensar, se fueron adaptando a esa nueva contingencia mundial, naturalizándola. Gran parte de las otrora izquierdas alter-sistémicas se plegaron al nuevo marco de lo real, y dejaron de concebir la superación del capitalismo y se conformaron con el progresismo neoliberal..
Frente a las potencias occidentales globalistas sometidas a la política norteamericana industrialista se encuentran los países que compiten desde un industrialismo concentrado en nuevas potencias que controlan el capital productivo y la industria militar, son competidores que rechazan el hegemonismo defienden el libre comercio y la vigencia del multilateralismo; los BRICS, China, Rusia, Irán y otros, ofrecen mecanismos de cooperación basados en la persecución del beneficio mutuo entre ellos; esto favorece a los países que luchan por descolonizarse pero al mismo tiempo los hacen vasallos y destruyen la unidad de trabajadores antes organizados, hoy sin estabilidad y con escasos derechos. En este confuso contexto, paradójicamente, la globalización, impulsada por los «globalizadores», ha profundizado desigualdades pero también ha generado herramientas para la resistencia descolonial. La relación entre la globalización y los procesos de (des)colonización es especialmente relevante debido a su historia de colonización española e inglesa, su inserción en la economía global como país extractivista y las persistentes desigualdades étnico-culturales, debido a que mantiene estructuras coloniales que provienen de momentos constitutivos que reproducen a élites criollas y la exclusión indígena. El poder político y económico sigue concentrado en descendientes de la colonia y nuevos migrantes extranjeros, mientras que las poblaciones indígenas (quechua, aymara, amazónicos) enfrentan discriminación y marginalización. Todo ello sobre la base del saqueo extractivista como continuidad colonial: La minería y la agroexportación, la pesca y deforestación, repiten el patrón rentista de la encomienda y el tributo, ahora bajo formas «modernas» (megaproyectos con poco beneficio local). Y sobre ellas esta la cultura y educación eurocéntricas, que impiden imaginar una plurinación; adaptadas a la barbarie extractivista, a saberes no solo desfasados, sino que además el sistema educativo y los medios de comunicación invisibilizan saberes indígenas y afroperuanos. En resumen, la globalización ha facilitado la explotación de recursos naturales y mano de obra barata en estos países, perpetuando un modelo saqueador extractivista heredado del colonialismo, con una capa de trabajadores y funcionarios, militares y políticos, mediadores de la opresión que no solo detienen cambios sino que difuminan corrupción, privilegios e impunidad.
Este es el nuevo contexto que los políticos de oposición no entienden, no captan las contradicciones y antagonismos, los cambios en las clases y la permanencia de relaciones coloniales. El capitalismo y el colonialismo, por su propia naturaleza son enemigos de la democracia y si esta existió en algunos países europeos y Estados Unidos fue por conquista de las luchas populares emancipatorias y en los países colonizados de modo marginal quedó reducida al sufragio, por las rebeliones anticoloniales. Frente a la globalización homogenizadora del despojo, han surgido resistencias y movimientos descolonizadores, movimientos “progresistas” que buscan descolonizar aspectos de este dominio, el conocimiento, la economía y la cultura. Hacer huelgas, paros, marchas y tomar la calle no es suficiente. La verdadera descolonización no solo requiere independencia política, sino también autodeterminación y autonomía económica, cultural y tecnológica. Tarea pendiente y alternativa.Ya que, lo más discutible es, si los países periféricos pueden optar por descolonizarse sumándose a los Brics, como viene ocurriendo en África, América Latina y Medio Oriente, o se trata de una tarea mas integral. Muchos otros, como países del Golfo Pérsico, Israel, Ucrania, Japón, la OTAN no dejan de ser proxis exponiendo a sus pueblos en las guerras o financiando el armamentismo. Y luego, está la escoria marginal de republiquetas extractivistas como Argentina, Perú, Ecuador, etc. Donde los pueblos sometidos y sin soberanía, mantienen su potencialidad rebelde, aunque aun siguen desorganizados y desmovilizados para enfrentar a los grandes saqueadores trasnacionales y monopolios criollos coludidos con las mafias de la economía ilegal y políticos corruptos para el despojo y la violencia. Considerando el poder de los globalistas en países recolonizados nos lleva a preguntarnos en lo ideológico y político ¿podemos de verdad seguir teniendo la misma noción ingenua de la tan proclamada “democracia”, el “pluralismo”, la “trasparencia”, la “soberanía del consumidor” o la “libre elección” dentro del modo de producción capitalista? La democratización es expropiación del poder de las oligarquías corruptas basadas en el despojo rentista desde la colonización hispana.
Los pueblos originarios con una visión étnico clasista observan esta nueva realidad desde la amenaza que se cierne sobre ellos y radicalizan su discurso. Lo sintetiza Tejido Global de Alternativas en su declaración:
Vivimos en un tiempo de crisis profundas e interconectadas, donde el auge de fuerzas autoritarias y de derecha se alimenta de los fracasos de la democracia liberal, explotando agravios y redirigiendo la frustración pública hacia el odio contra quienes han sido marginados por razones étnicas, de género y religiosas, así como contra refugiados y otras comunidades vulneradas. El colapso del mundo natural—marcado por la pérdida de biodiversidad, la crisis climática, la contaminación y los tóxicos—amenaza toda forma de vida. Las desigualdades económicas y financieras se profundizan, exacerbando la frustración y alimentando sistemas de opresión y violencia enraizados en el género, la casta, la clase, la raza, las capacidades diferentes y la sexualidad. La explotación neocolonial persiste, mientras las potencias imperialistas buscan mantener su control. El fascismo, la xenofobia y el racismo están en aumento a nivel mundial, impulsados por ambiciones imperialistas tanto del Norte Global como de nuevos estados autoritarios emergentes en el Sur. Estas fuerzas alimentan guerras devastadoras con características genocidas, ecocidas y etnocidas, y fomentan una violencia militar extrema en distintas regiones del mundo.7
Bajo las circunstancias señaladas, el inconcluso estado-nación ha mutado. De él se apropió el uno por ciento para convertirlo en arma de sus intereses.8 La acumulación de capital no se sostiene sin Estado, sin violencia, sin destruir pueblos, sin masacrarlos de ser necesario. Las guerras son las articulaciones de la acumulación del capital. todas apuntan al mismo objetivo: atacar y desplazar pueblos para facilitar el despojo. Para los pueblos originarios, los explotados y excluidos, el mundo parece regirse todavía bajo el sistema de castas colonial en el que los Pueblos Indígenas y sus territorios existen para ser utilizados y devastados en beneficio de las élites y negocios.9 Contra esta política no se trata de buscar la diferencias y las identidades diversas para enaltecerlas y aislar a unos de otros pueblos, sino para unificar a los oprimidos separados por etnicismos, niveles salariales, genero o raza para enfrentar un poder del Estado que se utiliza para beneficiar a élites, generando dinámicas desde proyectos que les benefician directa e indirectamente, aunque ello implique saquear, explotar y devastar los recursos naturales, minerales y fósiles provocando desastres ambientales, incendios y deforestación. En la base de estas relaciones se encuentran el despojo y el mínimo tiempo de trabajo socialmente necesario, determinado por procesos políticos de dominación que extraen el trabajo no remunerado socialmente necesario de hombres, mujeres, niños, de la naturaleza y las colonias. El capitalismo no es, en sentido estricto, solo un sistema económico. Este, es un sistema social que organiza la vida y la muerte, controla las vidas, apropiándose de territorios y del espacio, del pensamiento y las culturas. La globalización del capital, esta basada en la violencia, el desenfreno financiero, la especulación, la rapiña de recursos mundiales (pugna por la energía, recursos, materias primas y “tierras raras” de minerales estratégicos), la multiplicación de recortes sociales y planes de ajuste, la corrupción como vía privilegiada de beneficios, “paraísos fiscales” y capital ficticio.
De acuerdo con Richard Wollff10, en tanto que la industria del imperio se deslocaliza a las zonas donde se obtiene mas sobreganancias y que hoy Trump busca reapropiarse via aranceles generando conflictos interestatales; el gran temor de Occidente es a la descolonización que ya tiene siglos de rebeliones y revoluciones, teme perder un sistema que permite la subsistencia del imperio. En contraste, en nombre de la seguridad, del “bien común” o del Estado de derecho se reprime y criminaliza a movimientos sociales. El capitalismo se convierte entonces en un tecno-capitalismo que necesita mantener a las sociedades en una suerte de una brutal infantilización cultural, en un consumo adictivo, en una desinformación masiva y en una desvinculación política. Este es el contexto de globalización neoliberal en el que el régimen político del Perú apuesta por seguir tributando al imperio (ganancias, minerales, agroindustria, coca, maderas, pesca, etc.) y cada vez menos al Estado opresor, asegurando que lo proteja y garantice que la lumpenburguesía, sus políticos y sus fuerzas armadas acumulen en base a la economía legal y delictiva ilegal. Este orden global neoliberal al ser saqueador, sustentado en el despojo, es corrupto y sistemáticamente protector de la criminalidad. Y, mientras, el progresismo persista en continuar bajo este diseño, nada cambiara.
Para esclarecer un poco mas, debemos revisar, deconstruir y reconstruir someramente los conceptos tradicionales, repetidos sin mayor reflexión, de Estado, nación y ciudadanía, entre otros, analizándolos a través del prisma de la lucha de clases específica y actual y de la recolonización permanente. El Estado, nunca es neutro, es un instrumento de la soberanía de clase, no es un árbitro imparcial que busca el bien común, sino una herramienta de coerción al servicio de la clase dominante. no es más que «una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa» (Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto Comunista). El Estado utiliza su aparato (leyes, policía, ejército) para proteger la propiedad privada, reprimir la disidencia de la clase trabajadora (el proletariado y sus variantes de reserva) y asegurar las condiciones para la acumulación de capital. La idea de «soberanía popular» a través del voto y la representación parlamentaria es una ilusión. Aunque los ciudadanos puedan participar en elecciones, las decisiones fundamentales serán del Estado y siempre favorecerán los intereses a largo plazo de la clase capitalista, ya que esta controla la economía y, por ende, la política. Es por ello, que ganar elecciones no es mas que ocupar un fragmento del Estado (gobierno y/o congreso) y la función de las instituciones civiles y militares y sus funcionarios es defenderlo, apoyado en leyes hechas para ello. La Nación es un producto histórico que surgió con el capitalismo para unificar mercados, crear una identidad común que enmascaraba las divisiones de étnicas y de clase y movilizar a la población para competir con otras burguesías nacionales que ya no lo son, ahora son internacionales y se da la colaboración y competencia, mientras que los trabajadores de todos los países compartían los mismos intereses y un enemigo común (la burguesía global), por lo que su lucha debía ser internacional. Hoy los conceptos de nación y patria solo son símbolos que con el neoliberalismo han perdido validez conceptual, para el poder la identidad nacional quedó como una fuente de ficticia pertenencia, seguridad y solidaridad; lo que n impide que la nación siga siendo considerada por los pueblos como el principal vehículo para la identidad colectiva y fuente de legitimidad política El proletariado también ha cambiado, hoy es global y se encuentra muy fragmentado y diversificado. Muy pocos trabajadores aun son estables en la periferia desindustrializada y al mismo tiempo todos tributan con rentas tecnológicas, los formales e informales. El uso táctico del nacionalismodescolonizador por la izquierda, reconoce que los movimientos de liberación nacional en las colonias deben ser apoyados tácticamente, ya que debilitaban al imperialismo y pueden ser un paso previo a la revolución socialista.
La Ciudadanía es otro concepto que encubre la relación entre derechos formales vs. explotación real.Al igual que la soberanía popular, la ciudadanía debe ser considerada una categoría formal que oculta la desigualdad material real. Del mismo modo como la Igualdad Jurídica oculta la desigualdad Económica: La ciudadanía otorga derechos y libertades políticas iguales para todos (el burgués y el obrero son iguales ante la ley). Sin embargo, esta igualdad formal es vacía si no existe una igualdad económica. El ciudadano-trabajador es «libre» de vender su fuerza de trabajo o de someterse al poder digital, pero está económicamente obligado a hacerlo para sobrevivir, siendo explotado o expoliado en el proceso. El concepto de «ciudadano» abstrae a la persona de su condición de clase. Nos presenta a todos como miembros iguales de una comunidad política (la nación), ocultando la división fundamental de la sociedad entre explotadores y explotados, entre etnias, entre culturas y géneros. La lucha por derechos es parte de la lucha de clases. La lucha por ampliar los derechos de ciudadanía (como el derecho a huelga o a la sindicalización) debe ser valorada, no como un fin en sí mismo, sino como una parte de la lucha de clases más amplia, un medio para que los trabajadores se organicen y tomen conciencia de su poder para, finalmente, abolir el sistema capitalista. En resumen, la soberanía es el poder de clase y el Estado es su principal instrumento, la nación es el marco ideológico que le da cohesión y la ciudadanía es el estatus jurídico que formaliza una igualdad abstracta mientras perpetúa una desigualdad real multiforme con base en la clase. La verdadera soberanía solo se alcanza con la abolición del Estado de clases y la construcción de una sociedad sin clases.
De este modo, el Estado peruano por la constitución impuesta no es nacional ni republicano, es antirepublicano y antidemocratico. El gobierno peruano esta sometido tanto por el globalismo neoliberal como por el industrialismo del imperio. Ambos disputan los recursos naturales dejando parte de las rentas a sus fieles intermediarios institucionales. Este gobierno ha hecho del Estado un poder corrupto y corruptor, saqueador y mediocre en guerra contra los pueblos originarios, campesinos y trabajadores en una escala de un 5% de la población peruana empleada permanente, 25% con contratos temporales que no puede cubrir el costo de la canasta básica familiar (1800 soles o 500 dólares) y mas del 70% de la población en la economía informal con salarios de hambre o sin ellos, sin derechos, obligados a la economía ilegal y al crimen organizado (según el SINADEF van más de 4,485 asesinados en lo que va del gobierno de Boluarte). Como afirma Zibechi en la nota antes citada, las economías legal e ilegal, criolla y plebeya, se van integrando y adoptando los mismos métodos y herramientas con el Estado como principal mediador.
Las evidencias de estar frente a un Estado corrupto son innumerables, mencionemos solo algunas. Las mafias políticas confederadas en el poder11 han aprobado leyes que refuerzan más el régimen político criminal con un conjunto de leyes como la ley de usura bancaria, AFPs, agroexportadoras, gatillo fácil, ingreso de tropas yanquis, reelección de congresistas, devolución de bienes incautados, imputabilidad de los jóvenes a los 16 años, cesión del mar peruano; recorte de plazos de prescripción, Impedir que la PNP incaute artículos ilícitos de la minería ilegal, ley que establece un plazo máximo de ocho meses para el proceso de colaboración eficaz, con la posibilidad de extenderlo por cuatro meses adicionales en casos justificados; ley que excluye a los partido políticos de responsabilidad penal. Ley de impunidad para los policías y militares que cometieron violaciones a los derechos humanos en los 80’s y 90’s; Ley que debilita los allanamientos, la norma exige la presencia de un abogado durante los allanamientos. Esta ley ya ha favorecido a algunas investigaciones, como el anular el pedido de prisión preventiva de Nicanor Boluarte; Ley INCONSTITUCIONAL que traslada a la policía la conducción de la investigación preliminar. Ley que anula la presencia del investigado en el allanamiento, pero obliga la presencia del abogado. Con esta ley hay delitos que no pueden ser investigados como el crimen organizado: Tráfico de influencias, colusión desleal simple y negociación incompatible. Ley que permitiría la liberación de presos al cumplir 80 años como Vladimiro Montesinos. La comisión de Constitución del Congreso de la República aprobó una presunta “ley de Amnistía” ratificada con prisa asombrosa por el Pleno del Legislativo, en favor de integrantes de las Fuerzas Armadas y Policiales involucrados en la autoría de delitos vinculados a la violación de derechos humanos y otros, en el llamado periodo del “conflicto interno”. Ciertamente votaron a favor del dictamen los parlamentarios de Fuerza Popular, y los grupos más reaccionarios que apoyan al régimen actual. Anula la prisión preliminar, de forma general, incluyendo a sicarios, violadores y otros delincuentes. Ley que criminaliza y Sanciona a fiscales y jueces. Ley que prohíbe la ejecución en primera instancia de una sentencia o medidas cautelares dictadas contra los abusos del congreso incluyendo la persecución a los operadores de justicia. Seria cansado seguir enumerando, baste decir que este es un narco-estado criminal que utiliza al congreso para hacer leyes a su conveniencia apoyando a las bandas criminales en el país.
El Estado es una estructura centralista y excluyente, que sistemáticamente expolio la soberanía popular potencial y eliminó las instancias de participación ciudadana local, como los cabildos y las asambleas provinciales. Este diseño estatal no busca representar a la ciudadanía, sino controlarla. Una «dictadura de la clase política», una estructura oligárquica-plebeya que se ha perpetuado en el tiempo, distanciada y a menudo en contraposición a las necesidades y aspiraciones de la sociedad civil. El resultado es un Estado que no emana del poder soberano del pueblo, sino que se impone sobre él. Desde una perspectiva de la «historia desde abajo» la nación es una abstracción para expropiar la soberanía, pues la verdadera identidad nacional y la capacidad creadora residen en la cultura popular, en constante oposición a la cultura de la élite. Desde un punto de vista constitucional, la soberanía no radica en «la Nación», un concepto abstracto y metafísico. Esta formulación es una maniobra para arrebatar la soberanía a los pueblos y a los ciudadanos concretos. Al declarar que esta «Nación» abstracta delega el poder en las autoridades constituidas, se legitima la expropiación de la soberanía popular por parte de la clase política.Consecuencia de lo anterior, la ciudadanía ha sido históricamente, una ciudadanía «restringida» y «expropiada», clientelar y patriarcal. Durante más de dos siglos, los pueblos han sido relegados a un rol de meros «peticionistas» frente al poder, marchando y solicitando cambios, en lugar de ejercer su poder constituyente para definirlos.
La historia del Perú está marcada por la lucha constante por esta soberanía popular, un poder por emerger frente a las estructuras que la oprimen, es un país donde el uno por ciento mediado por bandas de políticos y abogados con campañas electorales financiadas por la lumpen burguesía deciden sobre la vida política (no se reconoce el voto popular, se eliminan los movimientos regionales, a los candidatos opositores al régimen y el derecho a legislar, a resistir y a rebelarse, las organizaciones criminales controlan el financiamiento y el sufragio, entre otros derechos), no se puede hablar de ciudadanía o de democracia liberal. Esta es una cacocracia claramente definida y evidente. No nos sorprende si recordamos que 67 congresistas están bajo ivestigación fiscal, denunciados penalmente (más del 50%), junto a todos los partidos son considerados organizaciones criminales; congresistas, jueces y fiscales que trabajan para el crimen, la policía y jefes militares que son parte o protegen a las economías ilegales; el nepotismo legalizado con decenas de familias que se enriquecen del Estado; todos los privilegios posibles para el congreso incluyendo impunidad e inmunidad, abogados que los defiendan. Las organizaciones mafiosas están plagadas de abogados al servicio del crimen organizado que incluye a grandes medianos y pequeños delincuentes. Desarrollan acciones para apoderarse de instituciones bajo diversas modalidades ilícitas: direcciones paralelas, crear crisis institucionales, usurpar funciones, hacer leyes, distribuir coimas, otorgarse premios y condecoraciones entre sus miembros, etc. Capturaron el Congreso que elabora y aprueba leyes, la JNJ que judicializa a favor del crimen, el TC que interpreta a su favor la Constitucíón decenas de veces modificada, inhabilita candidatos “incomodos”, todo ello con el objeto de favorecer la acumulación de las grandes corporaciones, de la economía ilegal que le sirve, ganar las elecciones gansterilmente diseñadas, de otorgar inmunidad, impunidad, archivar procesos, liberar presos. La mafia política ha aprobado leyes que refuerzan más el régimen político pro burgués como la ley de usura bancaria, AFPs, agroexportadoras, gatillo fácil, ingreso de tropas yanquis, reelección de congresistas, imputabilidad de los jóvenes a los 16 años, cesión del mar peruano, etc.
En la oposición institucional están las diversas “izquierdas del Sistema” que abrazan la ideología hegemónica difundida por ONG, centros de investigación, desde los centros neurálgicos de estos, para hacer priorizar las divisiones, las identidades, la diferencia, las particularidades, lo diverso, por sobre lo que se comparte o es condición común, lo que es susceptible de unir, aglutinar y fortalecer la rebeldía. Inventan una guerra cultural contra las rebeldías y la violencia, denuncian la violencia política y a los rebeldes radicales. Abandonaron la categoría clase obrera, la condición de clase trabajadora para ser suplantada en el imaginario colectivo por el de una proyectada supuesta clase media. De forma creciente, comparten el rechazo europeo y norteamericano de lo que el sistema ve como “población sobrante”, esto es, suprimible, esa fuerza de trabajo mundial excedente, para la que diseña una geografía política del cárcel o exterminio. Un ejército laboral de reserva que se hace tan numeroso que se vuelve incluso redundante. Los movimientos identitarios, ecologistas o feministas promovidos por las ONG, carentes de una base común que los conectara con el lugar que cada uno ocupa en las relaciones de producción, terminaron fragmentándose y una buena parte de ellos, integrándose plenamente en el sistema. En un país así, sus líderes siguen creyendo que ocupando espacios estatales gubernamentales o congresales, vía electoral pueda cambiar el país. Castillo logro llegar al ejecutivo y asediado por la derecha cavernaria y las mafias criminales, por el Congreso, el sistema judicial y la lumpen burguesía, no solo olvido su proyecto de cambio, sino que aceptó que lo rodeen grupos de interés privado que lo involucraron en inconductas y lo alejaron de los cuadros más capaces y honestos. Existen propuestas continuistas que creemos no conducirán a tener mayoría congresal unificada y difícilmente el ejecutivo.
Notas:
1 Los analistas dan por entendido que existe una ciencia política universal, valida para todos. Consideran que los conceptos de soberanía, Estado, nación, ciudadanía, etc. son únicos y con validez o aplicación en un sentido general, sin excepciones. Con la hegemonía neoliberal, como veremos, se abandono el análisis marxista en favor de esa ideología.
2 Un ejemplo es el concepto de soberanía que es entendida por liberales y progresistas como la capacidad de decidir de un poder abstracto o neutral que reside en el Estado o en la nación, abstracciones del pensamiento liberal. Olvidan que en concreto, en la práctica, es el poder absoluto expresión del poder real de las clases dominantes, que han expoliado a los pueblos de abajo, a los trabajadores su capacidad de decidir, para imponer y mantener un orden jurídico y político que perpetúe su dominio.
3 Según la IA Gemini: “El tecnofeudalismo es una teoría que sostiene que las grandes empresas tecnológicas (como Google, Amazon, Meta, Apple y Microsoft) han transformado el capitalismo en un nuevo sistema económico y social que se parece al feudalismo de la Edad Media. En este modelo, las empresas tecnológicas son los nuevos «señores feudales». En lugar de poseer tierras, controlan la infraestructura digital (las plataformas, los algoritmos y la nube) que todos usamos. Nosotros, los usuarios, nos convertimos en los «siervos digitales». A cambio de usar sus servicios «gratuitos» (redes sociales, buscadores, etc.), les entregamos nuestros datos personales.
Esto crea una relación de dependencia en la que el valor que producimos, a través de nuestros datos y nuestra atención, se acumula en manos de estas grandes corporaciones, lo que les da un enorme poder económico, político y social, similar al que tenían los señores feudales sobre sus vasallos y sus territorios.”
4 El gran deudor del mundo mantiene unos desequilibrios internos estratosféricos. En 2019 la deuda total estadounidense (pública + privada) alcanzaba casi 70 billones $. La deuda pública USA en 2021 era de casi 25 billones (126,44% del PIB); el déficit fiscal era de más de 3 billones en 2020, 11,62% del PIB en 2021. Mientras, su desinversión productiva y su deslocalización industrial siguen en crecimiento. Estados Unidos se está reduciendo en términos de inversión internacional, fusiones y adquisiciones, logística y moneda. Entre 1945 y 1950 su economía llegó a representar la mitad del PIB mundial, con más de la mitad de las reservas de oro mundiales. Su descenso desde entonces le ha hecho acabar 2022 por debajo del 16% del PMB y la previsión es que no llegue al 15% en 2026. En cuanto al dólar, la cuota del dólar en las reservas mundiales pasa del 73% en 2001, al 55% en 2021, y al 47% en 2022 (ese año la cuota del dólar cayó 10 veces más rápido que la media de las dos últimas décadas).(https://rebelion.org/la-idiosincrasia-belica-del-capitalismo-iv/ )
5 Podemos resumir diciendo que 3 megaempresas – “Fondos de Inversión” – , tienen acciones mayoritarias en el 60% de todas las empresas del mundo: BLACKROCK, VANGUARD y STREET CAPITAL. Pero ¿quién posee a estas monstruosas entidades? Estas empresas de inversión son, por supuesto, propiedad de su propio grupo de accionistas, los cuales, y esto es lo sustancioso, también se poseen entre sí. Todos son accionistas de las empresas de los demás. Juntos forman una reducidísima cúspide de propietarios. Los inversores institucionales más pequeños, como Citibank, ING y T. Rowe Price, son propiedad de empresas de inversión más grandes, como Northern Trust, Capital Group, 3G Capital y KKR. 8 Estos inversores, a su vez, son propiedad de empresas de inversión aún más grandes, como Goldman Sachs y Wellington Market, que a su vez son propiedad de empresas todavía mayores, como Berkshire Hathaway y State Street. En la cúspide de la pirámide -la mayor muñeca rusa de todas- se encuentran Vanguard y Blackrock. El poder de estas dos empresas es difícil de imaginar. No sólo son los mayores inversores institucionales de todas las empresas importantes del planeta, sino que también son dueños de los otros inversores institucionales de esas empresas, lo que les da un duopolio total. Según Bloomberg, para 2028 se espera que Vanguard y BlackRock gestionen colectivamente 20 billones de dólares en inversiones. ( Microsoft Word – UNA APROXIMACIÓN A LAS CLAVES DEL PODER SIONISTA MUNDIAL, en Andres Piqueras, https://rebelion.org/la-idiosincrasia-belica-del-capitalismo-ii/ )
6 Andrés Piqueras, La idiosincrasia bélica del capitalismo (III), Rebelión 19/08/2026.
7 Declaración sobre Autonomía, Democracia Radical y autodeterminación. “Confluencia Global sobre Democracia Radical, Autonomía y Autodeterminación”, Port Edward, Sudáfrica, del 2 al 6 de febrero de 2025. Organizado por el Tejido Global de Alternativas, la Academia de Modernidad Democrática, WoMIN y el Comité de Crisis de Amadiba.
https://globaltapestryofalternatives.org/es:events:radasd:declaration
8 Debemos aceptar que en un país como el Perú, regido por una criminalidad legalizada no es un Estado de derecho republicano. La Soberanía Popular ha sido arrebatada. Los pilares del orden político moderno: la democracia, el Estado, la nación y la ciudadanía, son instituciones que han sido históricamente diseñadas y manipuladas por las élites para despojar al pueblo de su soberanía fundamental. El voto sin deliberación no es Poder y la democracia liberal representativa es una farsa. Es un mero «marketing» político donde el acto de votar —individual, secreto y sin deliberación previa— no constituye un ejercicio real de poder soberano. Es una transacción que no implica un mandato vinculante para los elegidos. La verdadera democracia, reside en la deliberación colectiva y consciente del pueblo. Esta deliberación debe culminar en acuerdos que se transforman en mandatos claros para sus representantes. En el sistema plurinacional actual, la ausencia de este proceso deliberativo generó una crisis de representatividad crónica, donde la clase política actúa con total autonomía, traicionando la voluntad popular.
9 Raúl Zibechi señala “se observa cómo el crimen adopta los modos de los grandes empresarios capitalistas. Invierten con la misma lógica, buscando monopolizar cada sector para maximizar ganancias. El mal llamado crimen organizado es parte del capitalismo, del que se diferencia sólo porque sus actividades no son consideradas legales, lo que le permite aumentar de modo exponencial sus ganancias. Los modos del crimen son idénticos a los del extractivismo, como puede observarse en la actividad minera.
Por otro, surge una amplia zona gris entre lo legal y lo ilegal: el crimen busca legalizar sus capitales invirtiendo en tierras, negocios inmobiliarios, minería y, sobre todo, en finanzas porque es el mejor modo de lavar sus activos. La empresa “legal” adopta modos mafiosos al evadir impuestos (algo que ya es norma en cualquier sector), arropada por especialistas como abogados y notarios.
Mientras el crimen camina hacia lo legal, el empresario tradicional lo hace a lo ilegal. Ambos buscan comprar jueces y políticos, invierten en el deporte y en todo lo que les permita sortear dificultades para incrementar ganancias. Neutralizan al Estado o lo toman por asalto, comprando voluntades o amenazando, dependiendo la situación.
Por todo esto, en muchas regiones, empresas mineras y crimen organizado trabajan unidos para desplazar comunidades a las que consideran un obstáculo para la explotación de la madre tierra.
Si aceptamos que el capitalismo existente es guerra de despojo contra los pueblos –“Cuarta Guerra Mundial” la denominan los zapatistas–, debemos aceptar también que en las guerras no hay nada ilegal puesto que manda la ley del más fuerte.”https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/09/05/opinion/capitalismo-es-sinonimo-de-crimen.
10 https://www.youtube.com/watch?v=K80Qi4wP510
11 Fuerza Popular, Keiko Fujimori 21, Alianza para el Progreso APP Acuña 17, Podemos Perú, Luna Gálvez, 13, Perú Libre, Vladimir Cerrón, 11, Renovación Popular(Lopez Aliaga) 11, Acción Popular, “mocha-sueldos” 9, Bloque Magisterial (Paredes, Quiroz, Ugarte, 8), Avanza País ( De Soto, Cavero, Zapata 6-7). Muchos de estos congresistas de derecha y algunos de izquierda cambiaron de bancadas, pero en su mayoría se aliaron y votaron a favor del crimen organizado y las leyes pro-crimen. Han conseguido configurar un extenso prontuario y la mayoría merecen estar en la cárcel.
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