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Crónica desde Atenas

Elecciones en Grecia: esperanza contra miedo

Fuentes: Rebelión

Terminó ya la campaña electoral de unas elecciones generales en Grecia que mantienen en vilo a la Troika y al poder financiero. Los amos del mundo, este 1% al que simbólicamente hace referencia Occupy Wall Street para señalar a la oligarquía financiera dominante, observan preocupados la posibilidad de una victoria electoral de Syriza sobre la […]

Terminó ya la campaña electoral de unas elecciones generales en Grecia que mantienen en vilo a la Troika y al poder financiero. Los amos del mundo, este 1% al que simbólicamente hace referencia Occupy Wall Street para señalar a la oligarquía financiera dominante, observan preocupados la posibilidad de una victoria electoral de Syriza sobre la base de un programa anti-Memorando. Ya se sabe que las elecciones son un sistema molesto para las élites cuando hay la rara posibilidad de que la mayoría no vote «como toca».

Las políticas de ajuste estructural hicieron implosionar el sistema de partidos tradicional en Grecia. La crisis económica y social se transformó en crisis política generalizada, en una crisis de hegemonía y una «crisis orgánica del Estado». En este escenario, la apelación al miedo ha sido la única baza de la derecha griega artífice de una auténtica campaña de terror mediático y demonización de Syriza que se retroalimenta con el chantaje permanente realizado desde la Troika.  El infame artículo aparecido ayer viernes día 15 en la edición alemana del Financial Times instando al pueblo griego a votar por el partido derechista Nueva Democracia muestra la exacerbación de la lógica centro-periferia y de las relaciones neocoloniales dentro de la UE en el marco de la crisis. Pero también es un ejemplo del miedo de las clases dominantes de que la situación en Grecia abra una grieta demasiado grande en una UE en pleno torbellino.
 
No está claro que Syriza gane las elecciones ni si lo hace que disponga de una mayoría para formar gobierno. Si no es así es probable que se abra otro escenario de crisis política, posiblemente con nuevas elecciones o con un frágil gobierno proMemorando, en medio de una dificultad creciente de los partidos del sistema para mantener la gobernabilidad del país. Conviene recordar, por otra parte, que el ascenso de Syriza y de la izquierda coexiste con el auge de la extrema derecha fascista que ofrece una vía de canalización del malestar social en clave reaccionaria y que muestra la polarización social creciente ante la intensificación de las contradicciones sociales provocada por las políticas de ajuste.

Un eventual gobierno de Syriza, una coalición plural y en la que coexisten orientaciones distintas, estaría sometido a contradicciones y presiones brutales ante las cuales su reacción y capacidad de resistencia sería imprevisible. Abriría un nuevo escenario lleno de posibilidades, pero de desenlace incierto y de trayectoria sinuosa. Fuera éste el caso, el fortalecimiento de la auto-organización social, de las corrientes de la izquierda anticapitalista (algunas dentro de la propia Syriza y otras agrupadas en Antarsya, coalición electoralmente débil pero con implantación social relevante), y del sindicalismo combativo serían variables fundamentales. No se podrá iniciar ninguna lógica consistente de ruptura con las políticas de ajuste estructural sin una sociedad movilizada y organizada y sin el desarrollo y unidad de las corrientes y organizaciones politicas y sociales que de forma más consecuente abogan por una alternativa anticapitalista.

Banco de pruebas y laboratorio a la vez del ajuste y de las resistencias sociales, el desenlace de la «tragedia griega» tendrá un impacto crucial en el conjunto de la Unión Europea. En en el país helénico se libra la batalla más decisiva del continente en el combate global contra los planes del capital financiero, una batalla de la que las elecciones de este domingo son un momento particularmente importante.

Grecia muestra el lado más oscuro de la crisis y el altísimo coste social y humano que puede suponer. Pero, a la inversa, Grecia abre también por primera vez en décadas en Europa, la posibilidad de un inicio de ruptura, aún imprecisa, con un presente cada vez más insoportable.

Josep Maria Antentas es profesor de sociología de la UAB

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.