El fantasma de los empresarios que engordaron a la sombra de la dictadura de Stroessner y los Colorados en Paraguay, sigue cabalgando en las tinieblas. Recientemente el presidente venezolano Hugo Chávez les volvió a poner el dedo en la llaga sobre la conspiración que la ultraderecha va tejiendo para derrocar a Fernando Lugo. Como siempre […]
El fantasma de los empresarios que engordaron a la sombra de la dictadura de Stroessner y los Colorados en Paraguay, sigue cabalgando en las tinieblas. Recientemente el presidente venezolano Hugo Chávez les volvió a poner el dedo en la llaga sobre la conspiración que la ultraderecha va tejiendo para derrocar a Fernando Lugo.
Como siempre saltaron con el tema del «rechazo a la injerencia» quienes como el presidente del Senado, Miguel Carrizosa, emiten constantemente declaraciones llamando al jefe de estado venezolano como «dictador» y acusando a Bolivia de realizar una «carrera armamentista».
Carrizosa llama «dictador y fascista» al presidente venezolano sin ningún rubor sobre los «aportes» que hicieron sus empresas en el pasado a eventos organizados por las dictaduras del Cono Sur. Por ejemplo la empresa Diesa SA (propiedad de los Carrizosa) aparece entre los financistas del XII Congreso de la Liga Mundial Anticomunista, evento realizado en Paraguay el 8 de marzo de 1979, en plena dictadura, en plena época de desapariciones y torturados.
Carrizosa, llegó a la presidencia del Congreso, por los malabares de los Colorados, por si sólo su partido (Paria Querida) no tendría la bancada necesaria como para elegirlo, por eso sale del pacto de las cúpulas que se adueñaron del Paraguay a partir de la dictadura Stroessnista. Aún así su elección podría dudarse desde el punto de vista de la legitimidad, fue investido con el respaldo de 21 votos, frente a dos abstenciones y 22 ausentes de la cámara alta, es más de la mitad de la cámara no votó por él.
El senador Carrizosa forma parte de una de las millonarias familias «dueñas» del Paraguay, representa en Asunción a dos famosas empresas automotrices, sus negocios están también relacionado con conexiones que generan dudas. Por ejemplo, el 30 de abril de 2006, la Itaipú Binacional (empresa hidroeléctrica paraguaya) firmó un contrato por tres años con el Consorcio Yasy Resê, por un valor de US$ 5 millones, en concepto de alquiler de 47 vehículos para el transporte del personal.
El consorcio que salió adjudicado está integrado por dos empresas: Auto Rent SA, cuyo propietario es Jorge Prieto Conti, y Mercotrans SA (ex Transur SA), cuyo titular es Marcos Kesller y está representado por Gerardo Allen Galiano.
Para cumplir con las especificaciones técnicas del pliego de bases y condiciones y ajustarse al requerimiento de la Binacional, una de las empresas, Auto Rent, subcontrató a la firma Diesa SA, propiedad de la familia del senador de Patria Querida Miguel Carrizosa, para que le dote de 6 vehículos, cuyo contrato fue revocado el 1 de julio del año pasado. A la vez, Diesa SA subcontrató a la empresa de transporte AMA SA, propiedad de Atilio Alegre, para que le provea de las unidades requeridas. Alegre llegó a manifestar que la empresa de Carrizosa solo actuaba de intermediaria, ya que no proveía ningún vehículo a la entidad y quien realmente lo hacía, era su empresa, por lo que estaba obligado a entregarle un 11% a la empresa del senador, a cambio de nada.
Carrizosa, a pesar de ser electo como presidente del Congreso con menos del 50% de los votos, afirmó en semanas recientes que Fernando Lugo «debería renunciar», todo ello porque el jefe de estado no avaló una resolución paralmentaria que señalaba como única forma de democracia a la democracia representativa. Ese es Carrizosa, a quien pareció haberle dolido bastante la llaga de las conspiraciones.