Recomiendo:
0

En defensa de la unión y la hermandad de los pueblos de Bielorrusia y de Rusia

Fuentes: Pravda

Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S. Comín


Declaración del secretariado del Consejo de la UPC-PCUS

El secretariado de Consejo de la UPC-PCUS manifiesta su profunda preocupación con motivo de la campaña que se ha venido desatando en los medios de comunicación rusos y en las intervenciones de políticos de alto rango, para desacreditar a Bielorrusia y a sus dirigentes, quienes están poniendo en práctica un programa real para elevar el nivel de vida de la población del país.

Bielorrusia es la única de entre las antiguas repúblicas de la Unión Soviética que ha superado los indicadores del PIB de 1990 y que continúa aumentando decididamente los niveles de producción en distintos sectores de la economía. Esto es especialmente remarcable en el ejemplo del desarrollo del sector agrario. Mientras Rusia compra en el extranjero anualmente productos de alimentación por valor de 30-35 mil millones de dólares, Bielorrusia obtiene 3 mil millones de la venta de sus excedentes, que vende principalmente a Rusia. En unos suelos áridos y gredosos, los bielorrusos trabajando con una maquinaria de fabricación propia, obtienen una cosecha de cereales 1,5 veces superior a la de Rusia, con sus fértiles tierras, de las que 40 millones de hectáreas están abandonadas, repletas de arbustos. Bielorrusia tiene una producción per cápita de carne 2,5 veces superior a la de Rusia, y de leche, tres veces superior.

Este es el resultado de que en Bielorrusia se hayan conservado las grandes haciendas colectivas (koljoses y sovjoses), sin haber privatizado la tierra y se haya ejecutado una política de estado dirigida a mantener y aumentar la capacitación, construyendo viviendas y creando una infraestructura social desarrollada. Se han creado ya 1100 urbanizaciones en el medio rural, perfectamente equipadas con todos los servicios de ingeniería necesarios y se siguen construyendo nuevas, de un modo intensivo.

En Rusia, con la propiedad privada sobre la tierra, en ese periodo han desaparecido 17 mil pueblos, mientras que decenas de miles de aldeas llevan una existencia penosa.

Bielorrusia, que ha conservado la propiedad estatal sobre los sectores importantes, columna vertebral de los presupuestos, realiza con éxito la reconstrucción de empresas, exportando su producción a otros países. La fábrica «BelAZ», que controla un tercio del mercado mundial, exporta camiones volquete y cabezas tractoras a 50 países. Los tractores «Bielorrus» de la fábrica de tractores de Minsk, se venden en 70 países del mundo. La producción de la industria química, tiene también una gran demanda. Todo esto permite al país resolver las tareas sociales, mantener, equipar y fortalecer a su ejército.

Es evidente que los éxitos del hermano pueblo bielorruso en el desarrollo de la economía, de la cultura, de la vida social de la sociedad, que han sido alcanzados en un periodo extraordinariamente complicado para los bielorrusos, como el periodo postsoviético, gracias a haber utilizado la experiencia socialista, representan un reproche directo a la dirección política de Rusia, que ha elegido y continúa desarrollando la vía de la privatización criminal, negligente, del patrimonio del pueblo.

El resultado es el aumento del número de multimillonarios, el empobrecimiento de los trabajadores y el derrumbe demográfico.

Los oligarcas rusos están haciendo todo para hacerse con el potencial productivo de Bielorrusia: imponen guerras de precios y tarifas; no permiten que el barato azúcar bielorruso y su producción láctea lleguen al mercado ruso; limitan la importación de maquinaria agrícola; ponen todo tipo de trabas al desarrollo de la cooperación entre empresas de ambos países. El gobierno ruso, ignorando las obligaciones del Tratado de unificación, justifica, defiende y alienta esos intentos.

En diez años transcurridos desde la firma del Tratado para la creación de un estado unificado de Bielorrusia y Rusia, no se ha resuelto ninguna de las cuestiones básicas para su funcionamiento: no se ha aprobado el acta constitucional, no se ha introducido una divisa conjunta con unas condiciones de gestión económica unificada; no se ha definido el orden de formación y utilización de la propiedad. Por si fuera poco, Putin en su etapa como presidente, propuso a Bielorrusia disolverse como estado e integrarse en Rusia en forma de comarcas.

En la prensa burguesa comienzan a aparecer materiales sobre la posible denuncia del Acuerdo de unificación. No es descartable que detrás de todo esto se oculte la propia presión del capital internacional, al que tanto asustan los procesos de unidad en el territorio de la que fuera desintegrada de un modo canallesco, Unión Soviética.

El secretariado del Consejo de la UPC-PCUS, en estas condiciones, considera necesario hacer la siguiente declaración:

  1. La formación de la unión, y posteriormente del estado unificado de Bielorrusia y Rusia, responde a los anhelos de los pueblos hermanos unidos por milenios de vida en común, de lucha en común. El Tratado de unificación que se alcanzó, es respaldado por la mayoría de los bielorrusos y rusos, que creen que independientemente del tipo de formación estatal y de propiedad (privada en Rusia, estatal en Bielorrusia), nuestros pueblos y países van a vivir en amistad y hermandad. Cualquier actitud contraria a estas aspiraciones debe entenderse como antipopular y recibir la consiguiente valoración en la sociedad.
  1. En el 65 aniversario de la Victoria del pueblo soviético en la Gran Guerra Patria contra el fascismo alemán, no podemos ignorar la heroica hazaña de los bielorrusos en defensa de nuestra patria común. En julio de 1941, en el territorio de la república se formó y entró el combate el 231 destacamento de partisanos. El Cuartel General del movimiento guerrillero estaba dirigido por el secretario del CC del PCB, P. Ponomarenko. Los partisanos bielorrusos causaron un daño enorme al enemigo, pese a sufrir numerosas bajas. El aporte del pueblo bielorruso a la victoria común fue altamente valorado por la comunidad internacional. La República Socialista Soviética de Bielorrusia junto con la Unión Soviética y la Ucrania soviética fue uno de los fundadores de la Organización de las Naciones Unidas. Proponer que se integre en forma de comarcas en la Rusia burguesa es una falta de respeto hacia su historia y hacia la memoria de generaciones.
  1. Bielorrusia, como integrante de la URSS, siempre fue una región muy eficiente. Su aportación anual los presupuestos de la Unión suponía entre 3500 y 4000 millones de rublos (con un cambio de 60 kopeks de rublo por dólar).

    Los bielorrusos trabajaban en los principales proyectos de la Unión, participando activamente en la conquista de los recursos naturales de Siberia, en la creación del complejo gasífero y petrolífero de Siberia occidental. Las brigadas de perforadores y trabajadores de los pozos petrolíferos de Bielorrusia trabajaban en turnos anuales, extraían petróleo en una serie de yacimientos de Siberia, en unos volúmenes equiparables a los actuales envíos de Rusia. Los ahora propietarios del negocio del petróleo, que se apropiaron del trabajo de los bielorrusos, exigen hoy por él precios internacionales.

    La petición del Bielorrusia de que se le asignasen, en el marco del Tratado de unificación, yacimientos petrolíferos para poder explotarlos con sus propias fuerzas y medios, ha sido denegada sin fundamento alguno por parte del gobierno ruso, a lo largo de los últimos años. Una cuestión ésta que ha conseguido resolver con el gobierno venezolano en un breve espacio de tiempo.

  1. La política del gobierno ruso de ralentizar desarrollo de las relaciones ruso-bielorrusas en el marco del Tratado de la Unión obliga activamente a Bielorrusia a buscar nuevos mercados para su competitiva producción. Esto refuerza su autoridad, formando a ojos de la comunidad internacional la nueva imagen de un estado, en el que a pesar de la presión de la propaganda occidental, ven un socio fiel y confiable, en lo económico y en política exterior.
  1. El secretariado del consejo de la UPC-PCUS recomienda a los partidos comunistas de Rusia y Bielorrusia reforzar el trabajo entre la población de sus países para explicar la necesidad de una mayor unidad, integración, de nuestros pueblos, del desarrollo de contactos económicos, políticos, científicos y culturales a nivel estatal, regional y local, entre empresas, barrios, ciudades y comarcas.

    El resto de partidos comunistas de la CEI debe prestar su apoyo político a los comunistas rusos y bielorrusos en su lucha por la unión de nuestros pueblos hermanos.