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Haití en medios de una guerra

Fuentes: Rebelión

¿Quién iba a pensar hace 15 días que Estados Unidos estaría hoy lanzando una operación militar para invadir Haití? Esta nueva aventura imperial disparada por el terremoto del pasado 12 de enero, nos tomó por sorpresa a todos -menos a Estados Unidos-. Y como no podía ser de otra manera, el ejército cultural del sistema […]

¿Quién iba a pensar hace 15 días que Estados Unidos estaría hoy lanzando una operación militar para invadir Haití?

Esta nueva aventura imperial disparada por el terremoto del pasado 12 de enero, nos tomó por sorpresa a todos -menos a Estados Unidos-.

Y como no podía ser de otra manera, el ejército cultural del sistema (medios de comunicación) pone todos sus esfuerzos en disfrazar de operación humanitaria esta nueva invasión militar y política.

Este es el renovado escenario de una guerra mediática en la que se manejan 3 ejes principales:

  1. La presencia militar de EE.UU. en Haití es para brindar ayuda humanitaria a un pueblo castigado.

  2. En Haití hay caos y por ende deben imponerse el orden y la disciplina.

  3. Los marines son los únicos capaces de hacerlo, ya que, el resto de países nucleados en torno a la misión militar de la ONU (MINUSTAH) no están a la altura de las circunstancias.

Veremos algunos ejemplos que sustentan estos ejes basados en el monitoreo de 2 medios participantes habituales en las campañas mediáticas norteamericanas: CNN y el diario El País de España.

El periódico madrileño titula el lunes 18 a última hora:

«EE UU llega a Haití para imponer el orden». (Ejes 2 y3)

En el subtítulo, el enviado Pablo Ordaz dice: «Las tropas estadounidenses lanzan a su llegada a Puerto Príncipe el mensaje que la misión de la ONU no había logrado transmitir en siete días: Ya estamos aquí. Y os vamos a ayudar». (Eje 3)

El día martes la noticia seguía colgada pero el subtítulo había cambiado, ahora podía leerse que «ante la inoperancia de Naciones Unidas, el pueblo haitiano se encomienda a Estados Unidos para huir del desastre y del hambre». (Eje 3)

Esta visión es desmentida por un sensato enviado de CNN, Kart Penhaul, quien, el martes por la tarde, se atreve a reportar desde Puerto Príncipe lo siguiente:

«Esta llegada de las tropas norteamericanas no ha sido vista con buenos ojos por la totalidad de la población. Hemos hablado con algunas personas en las multitudes haitianos (sic) que dicen por qué están llegando hombres con fusiles cuando lo que necesitamos es comida, agua y medicinas. Esa es una opinión repetida por algunos de los médicos aquí en el hospital quien dicen por qué pudieron traer nueve helicópteros llenos de tropas, más no de medicina vital que necesitan en este momento».

Pero, para ese momento, la sede de CNN en Atlanta manejaba otro discurso, demasiado parecido al oficial del gobierno estadounidense.

Cuando terminó el reporte de Penhaul, intervino la presentadora Glenda Umaña quien justificó la intervención estadounidense: «También se están encargando de la seguridad, sería una de las razones por las cuales tienen que llegar armados. Muchas gracias Kart Penhaul, uno de nuestros enviados especiales». (Eje3)

No es ésta la única evidencia de la imposición de una política informativa tendiente a justificar la intervención militar.

Minutos antes, la misma presentadora, leía uno de los titulares del informativo: «Decenas de infantes de marina estadounidenses llegan con agua y alimentos para ayudar a los haitianos». (Eje 1)

Ante este titular, es de esperar una imagen de algún asistente marine salvador repartiendo insumos entre la castigada población haitiana, pero no, lo que podía observarse era a un soldado armado con un fusil y en posición de combate.

Esa imagen debió titularse: «Decenas de infantes de marina estadounidenses ocupan Haití y se preparan para combatir a las víctimas del terremoto». Algo que se acercaría más a la realidad después de amenazas como las del Comandante de la Costa Guardia de EE.UU, Christopher O’Neill, que advirtió que el objetivo «es interceptar en el alto mar y repatriar» a los haitianos que intenten salir del país.

La siguiente entrega de la cadena fue conducida por Daniel Viotto, durante la misma entrevistó al primer ministro Jean Max Bellerive.

La intención del periodista (y de la cadena) nuevamente era justificar la invasión estadounidense en base al caos reinante. Esta fue la segunda pregunta realizada por el conductor:

«Le preguntaba la cuestión del control en su país, no sólo en lo que se refiere a tareas de asistencia y rescate de personas y comenzar a recuperar al país de esta catástrofe sino lo que hemos visto en estos últimos días, gente saqueando negocios, actos de violencia y vandalismo en las calles, entre medio de los escombros y la presencia de numerosos efectivos militares de Estados Unidos que están llegando en estas horas a Puerto Príncipe, ¿esto puede darnos una idea que Haití necesita fuerzas extranjeras para mantener el orden en el país?». (Ejes 2 y 3)

En la misma línea de justificar el control militar de Puerto Príncipe, el enviado especial de El País, publica el martes por la tarde: «Las tropas de EE UU asumen el control de Haití para garantizar la ayuda humanitaria«. (Eje 1)

Otro titular del mismo martes informaba: «EE UU exhibe fortaleza aérea pero la principal ayuda llegará por mar«. (Eje 3)

¿Fortaleza aérea? ¿Contra quién combate Washington en Haití?

El pasado 16 de enero Hillary Clinton, acompañada por el Director de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), Rajiv Shah, llegó a Puerto Príncipe en un avión militar estadounidense para entrevistarse con el presidente Préval. Firmaron algún «acuerdo» y, poco después, la Fuerza Aérea de Estados Unidos comenzó a controlar el tráfico en el aeropuerto internacional de Puerto Príncipe, posteriormente, el Palacio de Gobierno, el Parlamento y otras instalaciones estratégicas de la capital Puerto Príncipe.

Se han desplegado, en esta operación «humanitaria», un total de 10.000 soldados estadounidenses, dos mil de la Unidad Anfibia de la Marina y de la 82 División Aerotransportada, un buque de asalto anfibio USS Bataan (LHD 5), barcos de desembarco USS Fort McHenry (LSD 43) y USS Carter Hall (LSD 50), el portaaviones USS Carl Vinson con buques de apoyo, el buque hospital USNS Comfort, helicópteros de los Guardacostas y otros navíos militares.

Con todo este impresionante despliegue militar, el miércoles 20, lo que se intentó montar fue una maniobra de distracción para que los medios no siguieran hablando de la intervención militar estadounidense.

El agente de la CIA y secretario de Defensa estadounidense Robert Gates, ofreció una conferencia de prensa desde la India para informar de que su país enviará buques adicionales para ayudar en la reconstrucción de Haití.

Es una típica operación de inteligencia orquestada por Gates, reclutado por la CIA a fines de la década del 60. El actual secretario de Defensa trabajó por esa época como analista de inteligencia a tiempo completo. En la década de los 80 fue subdirector de la Central de Inteligencia y a principios de los 90 director. Se trata de un especialista en este tipo de operaciones.

Con esta nueva operación, la noticia deja de ser el despliegue militar y se concentra en la ayuda humanitaria. El Pentágono -que lidera Gates- reforzó esta matriz al informar el mismo miércoles sobre la llegada a costas haitianas del hospital naval Comfort. Así se fortalece el trascendental (Eje 1) con resultados concretos.

CNN abrió su noticiero de la mañana, otra vez, en la línea exacta emanada desde el Pentágono con el presentador Carlos Montero : «Queremos comenzar esta media hora de Haití en una jornada donde se espera en las próximas horas la llegada del hospital naval Comfort, un hospital naval estadounidense para atender a los miles de damnificados».

Estos ejemplos fueron observados en un lapso de apenas 48 horas y son una evidencia más de la falta total de independencia informativa y rigurosidad periodística.

Sobre el papel de las tropas estadounidenses en Haití, el relato periodístico más logrado lo debe haber hecho alguien que no es periodista, el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, quien el pasado lunes recorrió las calles de Puerto Príncipe: «… que no salva vidas, que no lleva alimentos, que no levanta los escombros, que no recoge cadáveres, sino que simplemente está ahí para hacer una presencia militar y nuestro temor es que esa presencia militar quiera convertirse en permanente«.

Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa de los autores, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.