Las elecciones europeas de 2014 han confirmado una serie de tendencias en la política polaca. Estas incluyen una desilusión generalizada con la clase política; el predominio de la derecha en la política partidaria y la debilidad de la izquierda en la lucha contra esta hegemonía de derecha. Es difícil para cualquier partido reclamar la victoria […]
Las elecciones europeas de 2014 han confirmado una serie de tendencias en la política polaca. Estas incluyen una desilusión generalizada con la clase política; el predominio de la derecha en la política partidaria y la debilidad de la izquierda en la lucha contra esta hegemonía de derecha.
Es difícil para cualquier partido reclamar la victoria en unas elecciones en las que más del 76% del electorado, o no votó o echó a perder su papeleta de voto. Aunque la UE tiene uno de sus mayores índices de aprobación en Polonia, la participación electoral es generalmente baja. Durante casi una década, la escena política del país ha estado dominada por dos partidos de la derecha conservadora (la Plataforma Ciudadana – PO y Ley y Justicia – PiS). Se ha forjado una división artificial en torno a temas históricos y culturales entre estos dos partidos, y cada uno depende del otro para movilizar a su base electoral. Lo que ha ayudado a aumentar la apatía política y el sentido de que no hay alternativa al status quo.
Ambos partidos de derecha empataron virtualmente en las elecciones, con el PO obteniendo el 32,13% de los votos, y el PiS un poco menos con el 31,78%. En comparación con las elecciones de 2009 se trata de crecimiento del PiS de alrededor del 16%. Ello representa un éxito relativo del PiS y apunta la posibilidad de que se convierta en el mayor partido en las elecciones parlamentarias del próximo año. Sin embargo, el electorado del PiS es tradicionalmente más disciplinado a la hora de votar que los votantes de PO, lo que infla su apoyo cuando hay una participación tan baja.
Estas elecciones confirman que en la actualidad sólo hay un partido electoral serio de la izquierda polaca: la Alianza de la Izquierda Democrática (SLD). La SLD ganó el 9,55% de los votos, por encima de su rival Europa Plus-Tu Movimiento (EP-TR), que consiguió sólo el 3,58%. EP-TR es una alianza de sectores de la socialdemocracia con el centro liberal, que reúne el ex presidente Aleksander Kwasniewski y al populista liberal Janusz Palikot. Estos resultados muy probablemente ponen fin al intento de Palikot de construir un nuevo partido de centro-izquierda, al no capitalizar su gran éxito en las últimas elecciones parlamentarias, cuando su movimiento ganó más votos que el SLD. EP-TR es el último intento fallido de crear una corriente política que combine liberalismo económico con políticas culturales y sociales de izquierda.
La dirección de la SLD, alrededor ex primer ministro Leszek Miller, ha tratado de presentar el resultado de la SLD como un éxito del partido. Sin embargo, el partido perdió 300.000 votos en relación con las elecciones de 2009. Lo que confirma que el partido ha sido incapaz de extenderse más allá de su núcleo electoral, que disminuye de forma natural, y construir una alternativa seria al PO y el PiS.
Polonia es uno de los pocos países de Europa donde no había candidatos del Partido de la izquierda Europea: GUE / NGL. La única alternativa de izquierdas a la SLD y el EP-TR fueron los Verdes. A pesar de que presentaron candidatos en varias circunscripciones y desarrollaron una enérgica campaña con recursos limitados, no lograron ningún avance notable.
El único partido político emergente que logró irrumpir en la escena política fue el partido conservador liberal de extrema derecha: Nueva Derecha (NP). NP es liderado por el rebelde Janusz Korwin-Mikke, que ha estado al margen de la escena política desde principios de 1990. NP combina un extremo neoliberalismo con fuertes políticas conservadoras en temas sociales y culturales. Por ejemplo, apoyan la abolición total de la educación estatal y en el pasado Korwin-Mikke ha afirmado que «las mujeres sólo fingen resistirse a violación». Es probable que se agrupe con la extrema derecha en el Parlamento Europeo, junto con partidos como el Frente Nacional francés. Aunque la votación del NP representa una minoría de la sociedad, señala una tendencia preocupante en la política polaca, en la que la ideología del individualismo liberal se combina con un fuerte conservadurismo social. NP obtuvo el mayor porcentaje de votos entre los jóvenes y han sustituido el partido de Palikot como nuevo representante del empresario joven frustrado.
El predominio de la PO y el PiS en la política polaca continuará al menos hasta las elecciones generales del próximo año. La PO tratará de movilizar a su electorado repitiendo su vieja estrategia de asustar a sus electores con la vuelta al poder del PiS. A su vez, el PiS tratará de movilizar a su base con la esperanza de poder sustituir a la PO como el partido más grande y formar un nuevo gobierno. El auge de la NP significa que el PiS potencialmente tiene un nuevo aliado en la derecha con el que formar una coalición de gobierno. También es probable que la SLD seguirá siendo el único partido importante de la izquierda polaca hasta esas elecciones y espera que si obtiene un 10% pueda entrar en el gobierno con la PO.
El hecho de que más de tres cuartas partes de los votantes no participaron en estas elecciones muestra cómo la gran mayoría de la sociedad no se siente representada por ninguno de los partidos políticos. Más que nunca es necesaria una nueva alternativa de izquierda progresista en Polonia. Esta debe construirse no compitiendo por los votos del «centro liberal» con la derecha, sino tratando de ganar el apoyo de la inmensa mayoría de la sociedad que actualmente no se siente representada por ningún partido político.
Gavin Rae es un sociólogo polaco, autor del libro Poland’s Return to Capitalism y dirige el blog Beyond the Transition .
Traducción para Sin Permiso de Enrique García