El sábado pasado, el Presidente Porfirio Lobo, arrancó más de una sonrisa jocosa al escabullirse, casi de manera clandestina, en una reunión oficial de los jefes de Estado de Venezuela y Colombia, en Cartagena de Indias. La sonrisa se convirtió en una histórica carcajada nacional e internacional cuando el jefe de Régimen Represor del Humanismo […]
El sábado pasado, el Presidente Porfirio Lobo, arrancó más de una sonrisa jocosa al escabullirse, casi de manera clandestina, en una reunión oficial de los jefes de Estado de Venezuela y Colombia, en Cartagena de Indias. La sonrisa se convirtió en una histórica carcajada nacional e internacional cuando el jefe de Régimen Represor del Humanismo Cristiano estrechaba nada menos que la «diabólica» mano de Hugo Chávez suplicándole petróleo e intercesión ante la OEA.
Para los sectores hondureños que comienzan a despertar de su letargo, el impacto fue fuerte. ¿Cómo el Humanismo Cristiano podría sollozar de rodillas a los pies del Anticristo del siglo XXI? ¿No perpetraron el golpe de Estado en nombre de Cristo y en defensa de la fe? ¿Acaso ya no es suficiente la (pre)potencia del imperio yanqui para ayudar a sus satélites?
Los promotores y ejecutores del fatídico golpe de Estado, lograron imponerse, rifle en mano, sobre la población hondureña, ignorante y supersticiosa, satanizando a Hugo Chávez y enarbolando la «protección» norteamericana hacia Honduras.
La dictadura, desde los medios de información masiva, logró inocular en el inconsciente hondureño mentiras como: «Chávez es comunista come niños», «Chávez viene por nuestra propiedad privada», «Defendamos a la Honduras cristiana de las acechanzas del Lucifer de Chávez». De tanto repetir, la gente terminó asumiendo dichas mentiras como verdades religiosas. ¡Hasta los mendigos terminaron creyendo que los bienes que no tenían peligraban con Chávez!
Cualquier gesto de simpatía y admiración por Hugo Chávez es una confesión de culpa y motivo suficiente para ser vigilado, perseguido y acribillado en Honduras. Hace tan sólo unos días atrás, un ministro de gobierno decía que Chávez era el culpable y promotor de las protestas «delictivas» del magisterio. ¡Hasta las narco avionetas fugitivas son catalogas de venezolanas!
Así, escribanos, telesicarios, locutores prosaicos, profesores irresponsables e «intelectuales» envenenan a sus asiduos espectadores. ¡Ni qué decir de algunos medievales jerarcas católicos y evangélicos que predican la encarnación de Belcebú en Hugo Chávez!
Por eso la peregrinación de Pepe Lobo hacia Cartagena de Indias para suplicar las benditas manos del Comandante Hugo Chávez ridiculiza a los autores del golpe de Estado que ahora se muerden las uñas esperando el colapso total de la patraña que urdieron. La derrota intelectual, moral, espiritual y discursiva que padecen es total.
¿Acaso no perpetraron el golpe de Estado, el 28 de junio del 2009, para preservar a la Honduras cristiana de la constelación del comunismo de Chávez? ¿Cómo es que, ahora, peregrinan de rodillas, al mismísimo Belcebú, implorando salvación para Honduras? ¿Será que el Dios del Sr. Cardenal es incapaz de proveer petróleo para la Honduras cristiana?
No cabe duda. La insensatez se paga caro y la necesidad tiene cara de hereje. La Venezuela del Comandante de Hugo Chávez Frías es la primera potencia mundial en reservas probadas de petróleo. Digo de Hugo Chávez, porque si no fuera por la Constitución Política que impulsó el Comandante, en 1999, para la recuperación de los hidrocarburos, ahora, Venezuela sería de la comparsa del lamento hondureño.
¡En este mundo suicida de la civilización del petróleo y del imperio del automóvil, es imposible abstraerse del petróleo! ¡Sin dios y sin biblia podemos vivir, pero sin hidrocarburos es difícil! Honduras, que ahora paga 150% veces más caro por los hidrocarburos que en tiempos de Mel Zelaya, lo sabe muy bien. Por eso el Régimen Represor del Humanismo Cristiano no escatima el suplicio cristiano con tal de conseguir el beneplácito de Petrocaribe (al cual viven escupiendo desde hace dos años atrás).
Otra de las razones para la peregrinación sigilosa de Lobo al Comandante Chávez es el soñado retorno a la OEA. El Régimen Represor, al no lograr legitimarse en el país, busca, como dé lugar la legitimación internacional.
Hasta el siglo pasado, para la expulsión o reinserción en la OEA era suficiente con la anuencia de los EEUU, ahora no. Existe UNASUR, existe ALBA. Y en estos espacios existen líderes indiscutibles. El Comandante Hugo Chávez es uno de ellos. ¡Sólo retrógradas que viven en la Edad Media pueden ignorar esta realidad del tercer milenio!
Las condiciones sugeridas a Honduras, por la OEA, hace aproximadamente un año atrás, para su reincorporación a este organismo fueron y son claras: Restablecimiento del régimen democrático, fundado en el respeto a los derechos humanos y a través de un proceso participativo; sanción penal para los responsables materiales e intelectuales del golpe de Estado; retorno de las y los exiliados políticos (incluyendo a Manuel Zelaya); reconocimiento legal del movimiento Frente Nacional de Resistencia como principal fuerza opositora. Pero ninguna de estas condiciones ha cumplido el régimen de Pepe Lobo.
Más por el régimen contrario ha convertido a Honduras en un dantesco infierno de multitudes de almas en pena que claman justicia desde los cementerios clandestinos, cuerpos mutilados y huérfanos/as y viudas en llanto.
El Humanismo Cristiano podrá peregrinar de rodillas por toda Abya Ayala implorando perdón y olvido. Pero, mientras los golpistas sigan asesinando impunemente desde los aparatos estatales. Mientras las y los exiliados políticos continúen condenados a deambular en el extranjero. Mientras la actitud virtuosa de la resistencia sea motivo suficiente para la sospecha, el secuestro y el asesinato selectivo.
Mientras la «democracia» hondureña siga sentada en la bayoneta y el rifle. Mientras en Honduras esté prohíbo el derecho a tener derechos. Mientras el Humanismo Cristiano no nos trate como a humanos sólo porque no profesamos la religión del saqueo y del exterminio. Entonces, el retorno a la OEA seguirá siendo una ilusión casi religiosa que el Sr. Lobo intenta vender incluso cruzando ríos de sangre.
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