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Imágenes de una guerra encubierta

Fuentes: La República

Días pasados, de improviso, ingresé al Centro Municipal de Fotografía de la Intendencia de Montevideo, en la calle Ejido casi 18. Además de sus servicios permanentes, en tanto archivo fotográfico de la ciudad, el Centro presentaba una exposición de un joven fotógrafo, Daniel Machado, cuya obra no conocía. Retuve dos de los puntos claves de […]

Días pasados, de improviso, ingresé al Centro Municipal de Fotografía de la Intendencia de Montevideo, en la calle Ejido casi 18.
Además de sus servicios permanentes, en tanto archivo fotográfico de la ciudad, el Centro presentaba una exposición de un joven fotógrafo, Daniel Machado, cuya obra no conocía.
Retuve dos de los puntos claves de la exposición y el video explicativo que se exhiben en el local.
1- El primero y más importante es el llamado «El Hospital Rodelu», una treintena de fotos de buen tamaño colocadas sobre los muros de la sala y luego miradas nuevamente en el relato contenido en el video.
Las fotos, tomadas durante el 2004, son una ojeada en perspectiva sobre la situación del Hospital de Clínicas. Las imágenes que ha captado Daniel Machado te dejan casi sin respiración.
Viendo aquello pensé, «qué poco se logra con la palabra y cuánto puede decirnos la imagen, con qué fuerza habla de lo que tanto nos costaría decir con palabras.»
Y pensé también: esta colección de fotos debieran verla todos los estudiantes de medicina, y los del IPA, y los de magisterio. Y todos los maestros y todos los periodistas. Y todas las personas nacidas en este país, de todas las edades y de todas las profesiones. Estas imágenes debieran ser itinerantes para que las pudiera ver todo el país.

2- Sucede que, hace un tiempo, un amigo de Daniel Machado estuvo unos días internado en el Hospital de Clínicas y Machado lo fue a visitar y a cuidar. Así conoció al Hospital Manuel Quintela.
Luego, la mirada sutil del artista observó unas realidades que luego capturó con su máquina y son las imágenes que hoy se exponen.
Desde las paredes, las fotos silenciosas y de colores algo desvaídos constituyen un acta de acusación, una interpelación serena y sin concesiones al país y a sus autoridades.
El ojo sutil del artista se detiene en lo que nadie mira o en aquello que, de tanto ser mirado, ya no se ve: los rostros y los cuerpos de los pacientes. Del pueblo humilde y sufrido que va a curarse o morir en el Clínicas.
De sus trabajadores empobrecidos, de sus salas de paredes derruidas y sucias. De la humedad que todo lo rodea. De la miseria, piso a piso. De los cristales manchados de herrumbre de sus ventanas. Allí no hay nada de retórica ni de exageración. Solo unas imágenes insoportables.
«Hospital Rodelu», así te dejaron país. Por suerte para vos, país, hay todavía quien se indigna y registra y cuenta y denuncia y al hacerlo, quizá hasta sin quererlo, está pidiendo cuentas.
Tras esas imágenes que claman, hay treinta años de saboteo contra el Hospital Universitario, contra la parte de pueblo (unas 3000 personas diariamente) que se atiende allí porque no tiene otra posibilidad. También contra la Universidad pública, contra el país del estudio y del saber.
Es mucho lo que dicen esas fotos de colores desvaídos. En su silencio cuentan una historia cargada sentidos y de dolor: la historia del orgullo de lo que fuimos, en 1953, cuando se inauguró el Hospital Manuel Quintela, cuando era el más grande y quizá el mejor de América Latina y la vergüenza de lo que es hoy.
Y esa historia es un relato que enseña, un relato ilustrativo y a la vez indignante. Más que decenas de discursos o artículos de agitación política.
De lo que fuimos a lo que somos. En el medio, las recetas del FMI, los ladrones de cuello blanco, las grandes fortunas que se han ido del país, los barrios privados en las zonas residenciales, el despilfarro y la frivolidad de las clases dirigentes.
De la sociedad democrática al país donde manda la plutocracia.

3- La otra parte del tríptico presentado por Daniel Machado, llamada «La Familia Rodelu», la otra es «la Cárcel Rodelu», está contenida en el video que se exhibe en el Centro.
Se trata de una serie de imágenes tomadas en el interior de una casa del Barrio Goes Una casa habitada, hace unos 30 años, por una familia de clase media bastante acomodada.
El disparador de la máquina digital de Machado acciona para captar las imágenes de la familia y de la casa. Y de lo que queda de aquel antiguo esplendor. Un esplendor exiguo, bien moderado, por cierto. Un bienestar casi austero, muy uruguayo.
Pasmado, el espectador se pregunta ¿de dónde son estas fotos, a la vez tan familiares, tan humanas y tan lacerantes? ¿Acaso de Varsovia o de alguna otra ciudad desvastada en la segunda guerra?
¿Qué calamidad pasó por aquí, qué sismo destruyó esta familia, estos muebles, estas paredes de la casa?
Por segunda vez las fotos de Machado nos preguntan desde el silencio ¿Qué pasó con Uruguay?
¿Qué dejaron que le hicieran a este país? ¿Qué es lo que nos ha dañado así y no figura en ninguna crónica de batallas perdidas pero heroicas, ni de sitios, ni de viejas ni nuevas Troyas?
Fuimos y ya no somos. Teníamos y ya no tenemos. Entenderlo cuesta, pero los más viejos algo sabemos.

4- Daniel Machado aprendió a descubrir los signos de una guerra encubierta. La guerra que han llevado adelante los que nos subdesarrollan, los que nos depredan y saquean.
Y al hacerlo, quizá sin proponérselo, con la intuición del artista, nos está hablando de la lucha que tendremos que dar para poner fin a ese saqueo. Para volver a vivir. Para que la salud esté al alcance de todos. Para que la dignidad como pueblo nos sea devuelta y las heridas reparadas.
Propongo, por esta vía inorgánica, que en las próximas conversaciones con los delegados del Fondo Monetario Internacional, la delegación uruguaya encabezada por el Ministro de Economía Danilo Astori proponga, antes de empezar cualquier discusión, que se exhiban, ante los funcionarios extranjeros, dos breves videos: El Hospital Rodelu y La Familia Rodelu.
Será una forma de explicar, en forma breve y sin saturar con cifras aburridoras, todo el mal que nos han hecho las recetas que nos han impuesto, con complicidad de blancos y colorados, en los últimos cuarenta años.
Y que entiendan por qué, los uruguayos ya no queremos seguir más siendo objeto de ese saqueo.

Nota: al proyecto rodelu se puede acceder por la Web: http://b.1asphost.com/electrico/rodelu/