Los estrategas imperialistas, lejos de abandonar la práctica de urdir (y poner en ejecución a la primera oportunidad) planes conspirativos, tratan de integrar nuevos recursos a su accionar y de imprimir mayor efectividad a los que tradicionalmente han utilizado. Ante esta realidad, los gobiernos progresistas de América Latina tienen impulsar con mayor fuerza el avance […]
Los estrategas imperialistas, lejos de abandonar la práctica de urdir (y poner en ejecución a la primera oportunidad) planes conspirativos, tratan de integrar nuevos recursos a su accionar y de imprimir mayor efectividad a los que tradicionalmente han utilizado. Ante esta realidad, los gobiernos progresistas de América Latina tienen impulsar con mayor fuerza el avance político en cada uno de sus países y fortalecer los organismos de integración regional, particularmente la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC.
En el caso particular de Bolivia, el Centro Andino de Estudios Estratégicos, CENAE, a través de su director, Mario Ramos, dio a conocer un análisis sobre las acciones que ejecuta la llamada «trilogía IRI-NDI-USAID», para incidir en las elecciones del año 2014 con el objetivo de revertir el avance político.
El CENAE entiende que los gobiernos progresistas de América Latina deben desmantelar la arquitectura injerencista montada en cada uno de sus territorios. Llama la atención sobre los vínculos que tienen con la trilogía ciertas organizaciones que se identifican como «independientes».
El Instituto Republicano Internacional (IRI) y el Instituto Democrático Nacional (NDI), son organismos estadounidenses que trabajan en coordinación con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y se proponen articular la oposición para instalar un gobierno de orientación distinta a la que exhibe el que encabeza Evo Morales.
En un reporte publicado en el semanario La Época, de La Paz, el CENAE aporta documentos que revelan la asociación entre la trilogía formada por la USAID, el NDI y el IRI y grupos europeos como el Instituto Danés de Democracia.
Rubén Costas, gobernador de Santa Cruz y opositor, es presidente de Verdad y Democracia Social (VERDES), y firmó un acuerdo para formar una coalición que enfrentaría a Evo Morales en las elecciones del año 2014.
Los organismos estadounidenses no actúan de manera directa, sino que se valen de Organizaciones No Gubernamentales y de instituciones europeas como el Partido Alianza Liberal, de Dinamarca, y el Instituto Danés para Partidos y Democracia.
Sumas millonarias en dólares y en coronas danesas son empleadas para financiar los programas de capacitación, educación cívica, participación política, y comunicación, con los cuales se trata de sembrar ideología y de captar y comprometer a sectores poblacionales como la juventud, las mujeres y los profesionales.
Contra el avance político
Si hay fondos en dólares y en coronas danesas para la articulación de grupos que no siempre llegan a adquirir fuerza, no hay que preguntar cuáles sectores financian los recorridos de Henrique Capriles Radonski y auspician sus entrevistas con jefes de Estado.
Obviamente, lo hacen los grupos interesados en mantener articulada la oposición en Venezuela.
En Ecuador, la campaña de descrédito contra el gobierno y la organización de actividades opositoras bien financiadas y coordinadas, no impidieron la victoria electoral, con amplio margen, del presidente Rafael Correa.
Por eso, cuando presidentes ultraderechistas como Juan Manuel Santos, de Colombia, y Sebastián Piñera, de Chile, se reúnen con Capriles, siguen la orientación de los centros imperialistas de poner sello de legitimidad a la oposición venezolana, que, al alcanzar mayores niveles de articulación que en otros momentos, alcanzó también mayor votación.
Santos y Piñera actuaron por motivaciones parecidas a las que movieron a los gobiernos de Portugal, Francia Italia y España a bloquear el espacio aéreo al paso del avión que transportaba a Evo Morales.
Son orientaciones emanadas del centro del poder hegemónico. En el caso de Santos y Piñera, para desestabilizar el gobierno de Nicolás Maduro y dar un paso hacia la destrucción de la herencia de Hugo Chávez; y, en Europa, para contribuir a criminalizar la deserción de quienes colaboran con las agencias de inteligencia de Estados Unidos.
Contra la integración
¿En nombre de qué sector se dijo que viajaba junto a Evo Morales el ex agente Edward Snowden? En nombre del poder imperialista, interesado en criminalizar la acción de Snowden y en irrespetar la figura presidencial que encarna Evo Morales.
El Gobierno de Estados Unidos viola todo acuerdo y desconoce todo principio de buena convivencia.
La presencia en el continente de gobiernos que demandan respeto a la dignidad de sus pueblos y a la soberanía de los Estados que representan, hace subir de puesto en la agenda imperialista, la tarea de golpear los proyectos de integración.
El poder estadounidense logró convertir en tibio documento el rechazo de la Organización de Estados Americanos, OEA, a la vejación de que fue objeto Evo Morales, pero como no forma parte de la CELAC (con su nombre ni con el nombre de Canadá), no pudo evitar la condena por parte de ese organismo, cuya presidencia pro témpore ocupa Cuba.
La incidencia de gobiernos progresistas en América Latina, hace notorio el silencio de gobiernos sumisos y entreguistas como el que encabeza en República Dominicana Danilo Medina.
Estados Unidos intenta fortalecer y posicionar estratégicamente a la derecha y a la ultraderecha, para que la sumisión sea vista de forma más natural y no sea necesario emitir pronunciamientos de este tipo (mediatizados o no) desde la OEA.
Desmontar las estructuras de conspiración imperialista, es tarea urgente, aunque es preciso asumirla como parte del objetivo de fortalecer la integración regional y abonar el avance político.