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Entrevista a Antonio Cuesta, autor de “Solidaridad y autogestión en Grecia”

«La capacidad de organización y el compromiso de una parte importante de la población dan una dimensión inaudita a las iniciativas de solidaridad»

Fuentes: Xpressed

1. ¿Qué te motivó a escribir este libro sobre Grecia? Mi llegada a Grecia en el verano de 2011 tuvo lugar en uno de las peores etapas de la historia reciente del país. Un momento en que estaban en plena efervescencia el movimiento obrero y también las organizaciones sociales. Las luchas políticas y sindicales fueron […]

1. ¿Qué te motivó a escribir este libro sobre Grecia?

Mi llegada a Grecia en el verano de 2011 tuvo lugar en uno de las peores etapas de la historia reciente del país. Un momento en que estaban en plena efervescencia el movimiento obrero y también las organizaciones sociales. Las luchas políticas y sindicales fueron recogidas de un modo u otro por todos los grandes medios de comunicación, pero no sucedió lo mismo con las múltiples iniciativas que comenzaron a surgir a nivel de barrio. Tras varios intentos de dar forma escrita a un análisis más extenso y en profundidad que una crónica periodística, a finales del pasado año la Fundación Manu Robles-Arangiz Institutua me dio la oportunidad de publicarlo en forma de libro.

2. ¿Qué has visto cambiar en Grecia, en su tejido social y las iniciativas hacia nuevas maneras de autoorganización, durante estos años que llevas viviendo alli?

De manera general he visto crecer y fortalecerse la mayoría de las iniciativas con las que he tenido contacto. Algunas con una madurez sorprendente a pesar de su corta vida y sus limitaciones económicas más que evidentes. Sin embargo la capacidad de organización y el compromiso de una parte importante de la población local han dado una dimensión inaudita a las iniciativas de solidaridad, como las clínicas sociales, o de cooperación, como las redes de intercambio entre productores y consumidores. Para hacernos una idea de lo que esto ha supuesto para las familias griegas baste decir que durante el pasado año el 22% de los hogares obtuvieron sus alimentos básicos a través de las redes «sin intermediarios» y que un 6% lo hizo en tiendas sociales de alimentación.

3. ¿Qué iniciativas han funcionado mejor, según tu punto de vista?

Yo diría que las relacionadas con la economía social. El modelo de cooperativa asamblearia, orientada hacia el autoempleo de sus integrantes pero a la vez consciente de las amenazas y limitaciones que impone el sistema capitalista, ha tenido una trayectoria ascendente desde el momento en que se promulgó la nueva ley, y a pesar de la crisis han sabido mantenerse y mejorar sus resultados. Junto a este tipo de organizaciones, también habría que señalar a la extensa red de tiendas e iniciativas que trabajan para poner en contacto a pequeños productores, generalmente de carácter ecológico, con los consumidores finales en centenares de puntos por todo el país.

4. ¿Hasta qué punto son sostenibles estas iniciativas? Sobre todo las que se basan en la solidaridad, como las farmacias, clínicas…

Con respecto a las económicas yo creo que su viabilidad depende del acierto y la capacidad de trabajo de sus miembros, unido al hecho de que sus principios éticos crean una mayor cercanía con las poblaciones locales. La sostenibilidad de los proyectos solidarios tiene otros condicionantes: la intervención sobre problemas acuciantes para una parte de los vecinos se sustenta en la colaboración y en la participación de muchas personas. Hasta donde yo sé, algunas iniciativas han sido modificadas para adecuarse mejor a las necesidades reales, pero no han desaparecido. Cuando se conoce el nivel de implicación de muchos anónimos participantes y las originales propuestas para dotar de fondos a los proyectos se entiende que, contra viento y marea, sigan adelante.

5. ¿Son conocidas por la sociedad en general? ¿Se ha generado algún tipo de debate público en torno a estas nuevas formas de cubrir las necesidades basadas en la autoorganización? (por un público amplio, el griego medio digamos)

Mi percepción es que existen dos mundos que corren paralelos como son el de la política institucional, que es la que recogen los grandes medios de prensa, y la realidad que viven los ciudadanos que está claramente presente en cualquier iniciativa o grupo social. Desde luego los medios de comunicación corporativos no han planteado un debate franco y abierto sobre las alternativas posibles o las demandas de los movimientos populares. Ocasionalmente han informado de alguno de los proyectos, pero más desde un punto de vista humanitario que reivindicativo. Es normal, la lógica de estos «conformadores de opinión» está inserta en el sistema neoliberal y no van a facilitar un discurso contrario a sus intereses. Sin embargo, creo que a nivel popular se han abierto cauces de comunicación propios que han servido para trasladar informaciones y convocatorias, y que han funcionado con bastante eficacia.

6. ¿Qué opinas sobre el papel de las mujeres? ¿Necesitaban la crisis para recordar al feminismo y volver a ponerlo en sus vidas?

Grecia es un país profundamente machista y como ha sucedido en otras muchas parcelas de la sociedad la llegada de la crisis ha servido para plantear modelos alternativos, a la vista del fracaso del existente. En ese sentido el papel de las mujeres ha sido fundamental a la hora de poner en pie, y mantener en funcionamiento, numerosos proyectos de solidaridad y también a la hora de denunciar la doble explotación a la que se encuentran sometidas. Por una parte, como trabajadoras, cuentan con un menor nivel salarial que los hombres y un índice de desempleo bastante más alto; pero además son las responsables, dentro del seno familiar, del cuidado de los niños, los enfermos, los ancianos, los discapacitados e, incluso, de los jóvenes desempleados que se encuentran en el hogar. La eliminación de los servicios sociales ha incrementado esta carga, y las ha movido a organizarse para tratar de dar respuestas colectivas a la práctica desaparición del llamado estado del bienestar.

7. ¿Crees que las iniciativas centradas en los más desfavorecidos que mencionas (clínicas de atención primaria, farmacias, comedores sociales, guarderías) pueden hacer frente a iniciativas racistas y xenófobas que se han desarrollado en paralelo por parte de Amanecer Dorado? ¿Quién crees que va a ganar esta lucha de los desfavorecidos?

Sin duda en ese terreno hay una importante labor de pedagogía política por parte de las iniciativas sociales. Pero creo que han adoptado el camino correcto y que a nivel de barrio eso acabará dando sus frutos. Al mismo tiempo considero que Amanecer Dorado no es el problema, sino solo un síntoma de un cáncer generado por un modelo socioeconómico que se derrumba y que aún ha de causar mucho sufrimiento. Pero más dañinas que las acciones violentas de la extrema derecha son las inhumanas políticas de austeridad que se ceban con los sectores más débiles, sean inmigrantes o locales.

8. ¿Podemos comparar el caso griego con el caso español? ¿Qué tienen en común y qué les diferencia?

Más que comparar creo que hay acontecimientos que se repiten en ambos casos y que, pese a las diferencias sociales y económicas de ambos países, han generado una respuesta social mayoritaria de rechazo. Tanto España como Grecia eran economías subalternas al servicio del proyecto de construcción europea del capitalismo alemán, y que sufrieron una fuerte financiarización de sus economías inyectada a través de la burbuja inmobiliaria (en el caso español) y del desmedido consumo privado (en el griego). La crisis afectó en mayor medida a la economía griega al contar con un tejido productivo más débil que el español, pero el resultado ha sido similar: altas tasas de paro, práctica desaparición de las coberturas sociales, privatización de los servicios públicos, desmantelamiento de la legislación laboral… frente a todo ello la respuesta social ha tenido también semejanzas, aunque de nuevo en el caso griego la organización popular le ha ido a la zaga al movimiento desarrollado en el estado español. Sin embargo, considero que las bases y los objetivos marcados coinciden en ambos casos con las aspiraciones de superar un modelo económico marcado por la injusticia y la desigualdad, y un sistema político corrupto y antidemocrático. Confío en que más temprano que tarde las aspiraciones de los ciudadanos se vean reflejadas en gobiernos populares que pongan fin a esta pesadilla.

9. ¿Qué mensaje te gustaría pasar a otros pueblos que están en la misma situación, como España? ¿Qué podemos aprender de Grecia?

En primer lugar me gustaría destacar lo importante que es buscar alianzas y confluencias amplias para poner fin a las políticas de austeridad, dentro de cada país pero también en el marco de la eurozona y la Unión Europea. Los pueblos de la periferia europea deben reforzar su solidaridad y apoyarse mutuamente, pues de lo contrario la presión contra un estado «rebelde», si llega a darse el caso, será insoportable. En ese sentido creo que el pueblo griego ha demostrado una capacidad de resistencia admirable, sin renunciar a sus aspiraciones por unas vías o por otras, y ahora también su talento para organizarse y proponer alternativas desde la base. Si algo ha dejado claro es que no hay que arrojar la toalla, que la única lucha que se pierde es la que se abandona.

(also available in: English and Greek)

Fuente: http://www.x-pressed.org/?xpd_article=entrevista-antonio-cuesta-marin&lang=es