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La defensa de los bienes comunes planta cara a la austeridad de la UE

Fuentes: http://periodismohumano.com/sociedad/medio-ambiente/la-defensa-de-los-bienes-comunes-planta-cara-a-l

El Foro Social Europeo celebrado en Florencia acordó ocho jornadas de lucha común

La primera huelga general de ámbito europeo del siglo XXI fue la parada inicial. La próxima cita es el 18 de diciembre, Día Mundial del Migrante. Y la convocatoria en la que más esperanzas hay depositadas aguarda el 23 de marzo de 2013, coincidiendo con la reunión de primavera de la Comisión Europea en Bruselas. Hasta ocho jornadas de lucha común acordaron los pueblos de Europa durante sus reuniones en el Foro Social Europeo, celebrado entre el 8 y el 11 de noviembre en la ciudad italiana de Florencia. La otra Europa buscaba el consenso y encontró un calendario en el que unir fuerzas frente a las políticas de austeridad de la Unión Europea.

Pensaron en un modo de actuar propio del siglo XXI. Y salió un discurso adaptado a los nuevos problemas sociales y a las nuevas formas de atropello contra la ciudadanía, que van más allá de los derechos laborales de raigambre decimonónica. Porque Firenze 10+10 fijó fechas. Pero habló sobre todo de bienes comunes, un concepto, traducción de la voz inglesa ‘commons’, que está cobrando cada vez más fuerza.

La manera más útil de entender los comunes, propone el Tomales Bay Institute, es «pensarlos como la suma de todo lo que heredamos en conjunto y debemos transferir, sin merma, a nuestros herederos». Algunos ejemplos: el agua; el aire; la información genética de plantas, animales y seres humanos; el conocimiento acumulado durante siglos; las ideas; la biodiversidad; la atmósfera; el cielo; el silencio; el espectro de ondas electromagnéticas.

El escenario fue el mismo que la primera vez que decidieron reunirse los movimientos sociales del continente: la fortaleza medieval Fortezza da Basso. Pero entre este Firenze 10+10 y el primer Foro han pasado ya diez años. «La situación actual es muy diferente a la de 2002» fue el argumento que expusieron los organizadores a la hora de justificar el descenso de participantes, de 60.000 a 2.500. «Aquello fue la universidad a cielo abierto, pero ahora sólo vienen las redes organizadas para lograr sinergias y acuerdos», concreta el italiano Renato di Nicola, presente en ambos encuentros. Sobre el «enemigo» no hubo dudas: el neoliberalismo, traducido ahora en las políticas de austeridad de la UE y sus recortes. Por eso las formas de lucha también mudan poco a poco de piel.

Hoy se trata de preservar algo que hemos heredado y que es básico para una vida digna. «Defender los bienes comunes significa poner en el centro de nuestra gestión de la sociedad no la economía sino a la vida misma», resume Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción. Los bienes comunes van más allá de la naturaleza e incluyen un servicio público equitativo. Firenze 10+10 habló de su defensa y reconquista. De reapropiación. «La idea es que, en el mismo día o semana, tomemos la instalación hídrica de lugares privatizados en Francia, tomemos un teatro cerrado en Italia, tomemos sitios de donde se ha echado a la gente en España… Son formas de reapropiación. Trabajar en común para hacer cosas y no esperar que las hagan las instituciones», explica di Nicola, conocida voz por la defensa del agua pública en Italia.

Kucharz retoma el testigo para enlazar la idea con la de desobediencia civil: «Ocupar hospitales o centros de salud abandonados, así como reapropiarnos de servicios públicos locales para que sean gestionados por asambleas de vecinos, no pagar a las grandes multinacionales la electricidad y el agua e invertir el dinero en modelos de gestión descentralizada y local son ideas muy potentes que podemos vincular la defensa de los bienes comunes». Una lucha defensiva a la par que propositiva. Tomar las riendas, dicen. «Junto a la defensa de los bienes comunes hay que cambiar las relaciones de poder y el modelo de producción y consumo, que también implica un cambio en las tareas reproductivas y la igualdad de género», añade.

Y todo ello porque, según se proclamó en algunos de los talleres del Foro Social Europeo, «estamos en un estado de emergencia, en la mayor negación de la democracia desde la Segunda Guerra Mundial». La veterana activista Susan George, una de las fundadoras de los movimientos altermundistas, rema en esta misma dirección: «Dimos dinero a los bancos y hoy hay una crisis de deuda soberana porque rechazaron grabar a los ricos. La democracia se encuentra en disputa. Hay un gobierno de elites para elites».

«El rescate se va a pagar con el agua»
Pocas luchas y resistencias convergieron en Florencia tan maduras y coordinadas como la de los movimientos europeos del agua, que trabajan a favor del agua pública y como bien común. «No solamente somos el área mejor organizada sino que sabemos cuándo dar un paso atrás para no entorpecer el bien común mirándonos el ombligo», recalcaba di Nicola minutos antes de la clausura, estupefacto ante la falta de un acuerdo que trascienda las fechas.

«El del agua, ya lo vimos en marzo en el Foro Alternativo Mundial del Agua (FAME) en Marsella, es un movimiento muy vivo, que tiene propuestas alternativas muy coherentes y muy radicales contra la privatización. Es la línea que debemos seguir», considera Kucharz. «El rescate se va a pagar con el agua. Se están proponiendo privatizaciones de los sistemas de agua y saneamiento para pagar las deudas. Por eso es importante tener las cosas claras», sentencia Pilar Esquinas, de la Plataforma contra la Privatización del Canal de Isabel II».

Los discursos fueron prolijos, las ideas fluyeron, las palabras y las conversaciones rebosaron en una semivacía Fortezza da Basso, mientras las fechas se clavaban en el calendario. El camino es largo y los avances de este encuentro tienen muchos matices según el interlocutor. «Hemos dado un gran paso adelante, especialmente hacia una serie de días comunes de acción. Sólo la movilización organizada puede ganar terreno al neoliberalismo. No hay otra forma. Va a ser un proceso largo al que no quiero poner tiempo alguno. Tenemos que establecer una gran alianza, también con los partidos tradicionales de izquierda. Tenemos ante nosotros el gran desafío de construir nuevas formas de representación», expuso Brid Brennan, del Transnational Institute.

Más crítica fue Feli Velázaquez, del PCE y de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca: «La gente va por delante de nosotros. Hay movimientos sociales cuyas reivindicaciones van por delante de lo que nosotros estamos debatiendo aquí». Las personas llegadas desde Grecia también se fueron decepcionadas. «Están convencidos de que son el experimento de Europa. Querían acciones mucho más fuertes, conflictivas, poderosas», subraya Doris Gutiérrez, activista del 15 M.

«Llamamos a una movilización europea permanente de apoyo a las luchas contra la crisis y a construir un futuro para todos en Europa y en el mundo. Esta movilización incluye tanto la convergencia como la descentralización de acciones», se proclamó en la clausura. Luego llegó la retahíla de fechas para la defensa de los bienes comunes: la pasada huelga general; el Día Mundial del Migrante el 18 de diciembre; acciones contra los bancos entre el 23 y el 27 de enero; movilizaciones feministas contra las medidas de austeridad y la deuda el 8 de marzo; el Foro Social Mundial en Túnez entre el 26 y el 30 de marzo; blockupy en Frankfurt en mayo, Alter Summit en Atenas a principios de junio; y la cumbre alternativa al G8 también en junio en el Reino Unido.