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La derrota de la izquierda en Italia

Fuentes: Rebelión

Revisado por Caty R.

Empecemos tranquilizando a los compañeros asustados por el resultado electoral italiano: el hecho que haya ganado Berlusconi en vez de Veltroni no supone ninguna diferencia sustancial para Europa ni para el mundo. La diferencia es puramente formal y la pagamos, sobre todo los italianos, en términos del «clima» que se viene a instaurar en el país: todavía más arrogancia, más vulgaridad y prepotencia en las oficinas, en la calle, en los medio de comunicación; y luego algo que preocupa mucho a los italianos que no tienen nada importante de qué preocuparse, nuestra imagen en el extranjero, cada vez más caduca y grotesca.

Dicho esto, vamos a hablar de cosas concretas. Básicamente son dos y, de alguna forma, están conectadas entre sí: la derrota épica de la izquierda y el gran éxito de la Liga Norte. Por lo que respecta la primera no comparto los análisis que intentan echar la culpa al voto útil (que sería el que se dio a Veltroni para frenar la ascensión de Berlusconi), aunque así lo señalen los porcentajes. Y ni siquiera me parecen dignos de consideración los análisis que hablan de un complot entre Berlusconi y Veltroni para anular a la izquierda.

Si queremos ser honrados debemos decir que la culpa de la derrota de la izquierda la tiene la propia izquierda. ¡Lo que resulta eventualmente sorprendente es que, de repente, tenemos que constatar que la población de izquierdas no es totalmente idiota! Se da el caso de que dicha población de izquierdas, después de dos años viendo cómo más de 150 parlamentarios italianos (tantos tenía La Sinistra L’Arcobaleno -Izquierda Arcoiris-), por lo menos el 70% comunistas, votaron por la guerra y las peores leyes liberalizadoras, decidieron no votarlos, votando a otros por las razones que sean o absteniéndose directamente. ¿No es ésta la democracia que todo el mundo auspicia?

Nuestros analistas, en vez de buscar la explicación de una pérdida tan contundente de votos de la izquierda (que no podría ser más expresiva de la voluntad popular), se centran eventualmente en estudiar la complejidad del fenómeno de la Liga Norte. En El Manifiesto de Marx podemos leer que con el crecimiento imparable de la uniformidad global se desarrolla, en paralelo, el crecimiento de la resistencia local, nacen nuevos nacionalismos y la nostalgia por las comunidades premodernas. Y estos hechos no son paradójicos, sino «lógicos». Además, la pequeña y mediana empresa capitalista -no olvidemos que la riqueza de Italia está sustentada por pequeños y medianos empresarios- tiene la conveniencia natural de aliarse a la lucha contra la globalización, ya que el mercado global intenta, cada vez más, barrerlos también a ellos.

Así, en la realidad del norte de Italia, por lo tanto, no es difícil entender que una parte consistente de los obreros se conviertan en aliados de los empresarios que quieren cerrar las fronteras a los productos chinos o indios. Y que todos, empresarios y obreros, se sientan amenazados por los inmigrantes y coincidan en el racismo: los obreros porque los inmigrantes representan mano de obra más barata y sin derechos, y los empresarios porque la desesperación de los que no tienen nada (y por lo tanto nada que perder) amenazan sus estatus burgueses y en algunos casos -los más afortunados- también sus conciencias. En el mundo actual, y en particular en la Italia de la que hablamos, aquella cultura ética universalista sobre la que la «clase obrera» fundamentó su propia identidad y el Estado social sus políticas de justicia, aparecen hoy profundamente ineficaces.

Seria necesario que la izquierda intentara explicarse todo esto y hacer un análisis profundo de su desastre debido a la evidente falta de políticas de izquierda, y hacer también un análisis serio sobre la nueva sociedad que nos impregna. La Sinistra-L’Arcobaleno formada -recordemos- por Rifundacion Comunista, Comunisti Italiani, Verdi y una parte de la ex Izquierda Democrática, ha pasado de ser una fuerza estimadas en uno 10-11% (según los votos obtenidos en las penúltimas elecciones) a un 3% en su conjunto. Es una derrota épica y además, si no se hace un análisis serio, en las próximas elecciones todavía puede ser peor.

Marina Minicuci es periodista. Ha colaborado para Corriere d’Informazione , Corriere della Sera , Repubblica , Panorama y media docena más de periódicos italianos. Lectora de literatura española y traductora de autores de lengua española. Ha traducido varios libros difundidos por el gobierno venezolano. Actividad de voluntariado: ha sido coordinadora del grupo de Amnistía Internacional que se ocupa del tráfico de armas, miembro del comité editorial de la Rivista Aprile per la Sinistra , coordinadora de los Girotondi per la democrazia, coordinadora del grupo italiano de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad y actualmente presidenta de la Rete dei Movimenti.

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Este artículo se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la revisora y la fuente.