Para Balderrama…. ….dedicado a la memoria de los cinco menores centroamericanos muertos en custodia de la Patrulla Fronteriza estadounidense… …..la idea de un mundo de derechos y garantías para todos los individuos es una ficción. Una de las contracaras de esto es la lacerante realidad de miles de migrantes que huyen de sus hogares para […]
…..la idea de un mundo de derechos y garantías para todos los individuos es una ficción. Una de las contracaras de esto es la lacerante realidad de miles de migrantes que huyen de sus hogares para poder conservar la vida (y tener la esperanza de un presente menos acuciante y angustiante)….
Recientemente falleció otro centroamericano adolescente mientras estaba detenido en instalaciones de la Patrulla Fronteriza en Texas. Con este acontecimiento, ya son cinco los migrantes menores de edad que han muerto en los últimos meses, desde el recrudecimiento y endurecimiento de los discursos y políticas migratorias de las autoridades fronterizas del actual gobierno estadounidense. Estas muertes, pero también la alarmante e ilegal separación de miles de familias el año pasado, son un recordatorio más de que, los migrantes centroamericanos cuando son detenidos en el sureste de Estados Unidos (EU), sufren sistemática y constantemente actos de violencia.
Pese a los marcos jurídicos vigentes a nivel internacional y dentro del propio EU que velan por el interés de las personas a una vida digna y segura (sin importar su condición migratoria y su nacionalidad/ciudadanía), a los migrantes no les son respetados sus derechos humanos, y se les niega sistemáticamente el acceso a la petición del derecho de asilo. Estos centroamericanos están confinados en centros de detención (en condiciones de existencia muy precarias) y expuestos a diversas vejaciones y carencias materiales. Esto es el resultado del énfasis del gobierno de EU en priorizar una visión infunda y racista que criminaliza a los migrantes y prefiere optar por una lectura miope y xenófoba de seguridad nacional y fronteras cerradas.
No obstante, como lo han demostrado diversas investigaciones periodísticas y académicas, la gran mayoría de los migrantes centroamericanos no son delincuentes, ni agresores. Son individuos que sólo buscan sobrevivir y tienen el anhelo de una vida con lo indispensable. Se trata de poblaciones de miles de personas en situaciones altamente vulnerables en sus países de origen. Estos centroamericanos se ven obligados a migrar de manera forzada y por motivos ajenos a su voluntad.
Los contextos estructurales que expulsan a estas personas de sus países son diversos. La pobreza, el desempleo, la falta de oportunidades y trabajo son algunas de las causas más frecuentes. Pero también están los diversos procesos de violencias relacionados al crimen organizado y las pandillas transnacionales que operan en la región. Históricamente, estos marcos de expulsión (la precariedad económica y la violencia) están relacionados a las políticas de intervención y control de EU sobre Centroamérica de las últimas décadas. El gobierno estadunidense jugó un papel clave en apuntalar el modelo neoliberal en la región (con el consecuente incremento de la desigualdad y la pauperización de gran parte de la población), así como por sostener y defender regímenes antidemocráticos (contrarios a los intereses de las mayorías); y, finalmente, por deportar años atrás a los grupos delincuenciales que fueron el antecedente de las redes de pandillas que hoy controlan Centroamérica.
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