Dócil a su vocación profética, Mons. Luis Alfonso Santos, Obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, en la celebración eucarística con motivo del retorno del ex Presidente Manuel Zelaya Rosales al país, el pasado sábado 28 de mayo, en Tegucigalpa, denunció que «Honduras es saqueada por una oligarquía ciega y sorda que se […]
Dócil a su vocación profética, Mons. Luis Alfonso Santos, Obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, en la celebración eucarística con motivo del retorno del ex Presidente Manuel Zelaya Rosales al país, el pasado sábado 28 de mayo, en Tegucigalpa, denunció que «Honduras es saqueada por una oligarquía ciega y sorda que se enriquece a costa de la sangre del pueblo».
Ante esta denuncia profética, el terrateniente más repudiado, a nivel nacional e internacional, Miguel Facussé, interpuso una querella en contra del Obispo Luis Alfonso Santos por calumnia y difamación ante uno de los juzgados de Tegucigalpa.
Esta noticia el Obispo Santos la recibió en una reunión de trabajo, quien sin perder la paz interna comentó: acudiré a los tribunales cuando se me convoque. Luis Santos, de 74 años de edad, y 27 de servicio episcopal, es un hombre austero y riguroso en su pensamiento. Según comenta en otro momento, renunció a su promisoria carrera eclesiástica y optó por las y los empobrecidos de su país sin escatimar sus consecuencias.
Miguel Facussé es un árabe que acumuló una fortuna irracional en Honduras. En meses pasados, el Banco Alemán de Inversión y Desarrollo (DEG) y la empresa francesa EDF trading, le suspendieron un préstamo económico por más de 20 millones de dólares para un proyecto MDL luego de una investigación internacional por las permanentes masacres de campesinos sin tierra en Bajo Aguan.
A raíz de la querella del terrateniente Facussé, se concertó una entrevista con el Obispo de los empobrecidos, y estas fueron sus respuestas:
Mons., ¿cuál cree Ud. que sea la razón de fondo para que le inicien esta querella?
La razón de fondo es que la oligarquía se ha sentido aludida por mis palabras (en la misa por motivo del retorno de ex Presidente, José Manuel Zelaya Rosales) y han querido reaccionar a través de Miguel Facussé que es un hombre muy poderoso en Honduras, enormemente rico, terrateniente, y que tiene litigios actualmente con el Instituto Nacional Agrario de Honduras (INAH). Es una reacción de la oligarquía simplemente.
Mons., ¿Ud. cree que esta querella tiene por finalidad frenar la emergencia de los procesos de cambios impulsados por los movimientos sociales en el país?
Es evidente. Piensan que golpeándome a mí, golpean al Frente Nacional de Resistencia Popular. Y que por lo tanto, es como un intento también de ponerle un freno al proceso Constituyente y al hecho de tener una nueva Constitución Política en Honduras donde todas las clases sociales estén representadas, y donde efectivamente la Constitución contenga los derechos de los pobres, de los campesinos sin tierra y también de los obreros y de todas las personas que sufren marginación e injusticia en Honduras.
Mons., ¿anteriormente estos grupos de poder habían reaccionado de esta manera?
No. Nunca han reaccionado. Yo me maravillo que esta vez hayan reaccionado, porque eso de los problemas que ha habido en el Bajo Aguan (se refiere a la matanza impune de más de 35 campesinos), son de dominio público en Honduras. Y no es porque yo lo diga o deje de decirlo, sino que es ya lo que la gente comúnmente dice en Honduras.
Mons., ¿cuál es la dimensión del patrimonio material que Ud. conoce del Sr. Miguel Facussé?
Los del Comité para la Protección de la Flora y la Fauna del Golfo de Fonseca (CODEFAGOL) me invitaron a una reunión, allí escuché que 22, de las 27 playas del Golfo de Fonseca, son de propiedad de Facussé. Que su hijo mata los venados y los lleva colgando de los helicópteros, mientras a la pobre gente de los campesinos le está prohibido matar cualquier animalito. Miguel Facussé se ha apropiado del Golfo de Fonseca del lado de hondureño.
Mons., ¿por qué Miguel Facussé le teme al proceso constituyente?
Las posesiones de Miguel Facussé se deben a la Reforma Agraria que hizo su amigo Rafael Leonardo Callejas cuando fue Presidente de Honduras entre 1990 a 1994. Trajeron a un Sr. de apellido Norton, que había hecho la reforma agraria en El Salvador. Abolieron el Decreto número 8 del gobierno de Eduardo López Arellano, que sí entregó tierras al campesino pobre, e hicieron esta reforma agraria para que Miguel Facussé se adueñara de miles de hectáreas de tierras. Ahora, muchas de esas tierras aún están en litigio con el Instituto Nacional Agrario
Mons., ¿estos amedrentamientos no le desaniman en su actitud profética?
No. Desde luego que yo sé que Miguel Facussé tiene guardias en sus tierras allá en Bajo Aguan, y que es un hombre muy poderoso. Sé que en Honduras hay gente que mata por encargo también.
Mons., ¿por qué Ud. apuesta por el reencuentro nacional en base a la justicia y la defensa de los bienes comunes?
Porque yo soy obispo. Y el obispo es padre, maestro y pastor. Entonces, como padre espiritual de la gente yo no puedo ver indiferente el sufrimiento de la gente. Ante una situación de tenencia de la tierra, en el que hay terratenientes que tienen miles de manzanas de tierras, mientras hay campesinos que no tienen ni lo necesario para sembrar el maíz, el frijol y para tener algún semoviente (gallinas, cerdos, vacas) para su alimentación. Eso clama venganza ante Dios. Dice el libro del Génesis que dos cosas claman venganza al cielo: derramar la sangre del hermano y quitarle el sueldo al trabajador. Ante esa injusticia social es que yo reacciono.
Mons., ¿Ud. se mantendrá perseverante en su vocación profética, incluso sabiendo que los grupos de poder son altamente violentos en Honduras?
Sí. Porque durante 45 años que tengo de ordenado sacerdote yo he mantenido coherencia en mi planteamiento y en lo que he hablado. Y siempre he hablado en público como dijo Jesús de Nazareth: Yo he hablado en público, pregunta a los que me han escuchado.
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