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La RCEP: una alternativa para América Latina y el Caribe

Fuentes: Alainet

En un escenario donde el comercio y la inversión del sudeste asiático viene en constante aumento, la más importante es la relación con China, socio comercial cada vez más importante para Sudamérica.

Con la reciente formalización de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés), América Latina y el Caribe (ALyC) tiene la oportunidad de acceder al bloque económico más grande del mundo, que conforma el 30% del PIB mundial. Los países de ALyC han realizado esfuerzos, de forma individual, para acceder al mercado asiático mediante acuerdos bilaterales. Las alianzas como el Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico o TTP-11 y la Alianza del Pacífico (AP), no han logrado establecer tratados a nivel interregional. La RCEP es una oportunidad y alternativa para que los bloques de ALyC se coordinen y utilicen a este nuevo mercado como catapulta para la recuperación de la crisis derivada de la COVID-19.

Con la concreción de la RCEP en noviembre del 2020, se muestra la clara intención de la asociación por expandir sus relaciones comerciales intra e interregionales. En un escenario donde el comercio y la inversión del sudeste asiático viene en constante aumento, la más importante es la relación con China, socio comercial cada vez más importante para Sudamérica. Esto se debe al aumento de las importaciones de materias primas e inversión extranjera directa en energías renovables e infraestructura en la subregión. Por otro lado, China es el segundo proveedor más grande para México.

A pesar de que hasta la fecha no se ha celebrado ningún acuerdo comercial entre la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) o el RCEP y algún bloque en América Latina, en las últimas dos décadas se han establecido múltiples acuerdos de comercio e inversión bilaterales, como se puede ver en el siguiente gráfico.

El comercio entre ambas regiones se ha incrementado de manera considerable en las dos últimas décadas. Según estadísticas del BID, en el año 2000, Asia representaba uno de cada diez dólares del flujo comercial de ALyC; en 2018, esa cifra alcanzó uno de cada cuatro. Igualmente, las exportaciones de ALyC hacia países de la ASEAN aumentaron a una tasa anual promedio del 11.8%, para el mismo periodo, mientras que para China fue del 20.4%. Es una clara señal de que las relaciones comerciales entre ambas regiones se han reforzado considerablemente.

A pesar de la casi nula relación comercial entre México y China, la AP es uno de los acuerdos entre ALyC y Asia que más ha resonado en la economía mundial del que son miembros México, Colombia, Perú y Chile. En octubre de 2020, la AP y el ASEAN se reunieron de manera virtual para desarrollar un nuevo Plan de Trabajo ASEAN-Alianza del Pacífico (2021-2023), con el que buscan cooperar en diversas materias.

El TTP-11 es el proyecto más ambicioso de integración económica en la Cuenca del Pacifico. El acuerdo antecesor, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), planeaba ser la entrada de EUA hacia el mercado asiático y servir de obstáculo a China hacia el continente americano. El retiro de dicho país, durante la administración Trump, deja a China con el campo libre que ha aprovechado para la organización y firma del RCEP.

Existen diversos proyectos de integración y cooperación en la región como el MERCOSUR, la CARICOM, el MCCA, la CAN y el SICA. Vale la pena resaltar que en dos siglos de historia de ALyC se constatan repetidos esfuerzos de integración económica y cooperación multilateral que no han logrado concretarse en un proyecto. La integración ha quedado trunca por una combinación de factores internos como es el conflicto entre los sectores primario-exportador e industrial y el principio de obediencia debida que obliga al Panamericanismo. Como resultado, el desarrollo económico de la región ha oscilado durante gran parte del siglo XX entre la industrialización, con desarrollo del mercado interno y el crecimiento del sector primario-exportador. EUA tiene tratados bilaterales de comercio con todos los países de ALyC, salvo MERCOSUR, orientados al crecimiento de las exportaciones estadounidenses antes que al desarrollo de un aparato exportador complejo latinoamericano. La demostración más evidente es la división entre los países de la Cuenca del Caribe, SICA y T-MEC y los de Sudamérica, donde los primeros exportan mano de obra barata en forma de industria maquiladora y los segundos básicamente granos y minerales. Al contrario, EUA le exporta gasolina refinada a todos los países del hemisferio, que es su principal producto vendido al exterior.

Ecuador es el ejemplo más reciente de la injerencia de EUA en la política interna de los países de la región. La Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de Estados Unidos se comprometió a desembolsar 3,500 mdd al gobierno de Lenín Moreno, alineado políticamente con el gobierno estadounidense, para que salde una parte de su deuda con China a condición de excluir a Huawei y otras  compañías chinas de la construcción de la red 5G y comenzar un proceso de privatización de activos estatales financiados por China a empresas estadounidenses.

La articulación de los mercados de América latina y el Caribe con los países asiáticos del RCEP es una manera de fortalecer las relaciones en el sur global para enfrentar el mundo nuevo que emerge tras el cambio definitivo de eje económico del océano atlántico al Pacifico en el año 2020.

Núm. 6, Año 2021, 22 de febrero

– Hiromi Iijima Cruz, Facultad de Economía, UNAM, miembro del obela.org.

– OBELA: Oscar Ugarteche (Coord.), Armando Negrete, Carlos de León, Arturo Martínez, Jorge Zavaleta, Bertín Acosta, Priscila Martínez, Hiromi Iijima.

Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/211083