Estamos con el Padre Francois Houtart, muy reconocido internacionalmente por sus análisis de la crisis actual en el mundo y muchos temas relevantes. Padre, en parte su visita es para pasar algún tiempo aquí en Nicaragua para después, el 20 de julio, viajar a Honduras para participar en la Comisión de la Verdad establecida por […]
Estamos con el Padre Francois Houtart, muy reconocido internacionalmente por sus análisis de la crisis actual en el mundo y muchos temas relevantes.
Padre, en parte su visita es para pasar algún tiempo aquí en Nicaragua para después, el 20 de julio, viajar a Honduras para participar en la Comisión de la Verdad establecida por la Resistencia en Honduras. Desde su punto de vista, ¿cómo ve la perspectiva de la Resistencia en Honduras en este momento?
Francois Houtart: Lo que pasó en Honduras ha tenido como resultado la constitución de una Resistencia que reagrupó muchos movimientos sociales – movimientos de campesinos, indígenas, obreros, estudiantes, etc.
Por primera vez se organizó, de manera orgánica, una red de movimientos sociales que tratan de actuar juntos en algunos puntos de acuerdo, y en particular, evidentemente, en el campo político. Eso es nuevo en la historia de Honduras.
Honduras es uno de los países de América Latina que nunca ha tenido una reforma agraria seria. Todavía queda la hegemonía económica y política de los grandes grupos económicos locales, que son algunas familias. Y estamos frente a una situación de tensión social extremadamente fuerte y de desigualdad económica grande.
El golpe evidentemente ha sido en función de algunas nuevas orientaciones que se tomaban en el campo político con el Presidente Zelaya – la adhesión al ALBA etc. Y fue precisamente un golpe organizado por las potencias económicas locales – la oligarquía local – apoyada por algunos sectores de los Estados Unidos, justamente para parar ese proceso.
Pero los movimientos sociales, evidentemente, no lo ven de esa manera y, felizmente, aprovecharon esta situación para organizarse de una manera para poder resistir este golpe de Estado que no solamente era político sino económico social.
El reconocimiento del gobierno de Lobo complica la situación de la Resistencia
Ahora la situación está difícil. El poder político y económico evidentemente está en manos de la derecha. Y el problema es que el apoyo internacional que está buscando ahora el régimen actual se apoya sobre el apoyo norteamericano, de los Estados Unidos, pero se ve que también en Europa hubo paulatinamente toda una transformación de actitud hacia un reconocimiento por lo menos de facto del gobierno actual basado sobre una farsa electoral.
Porque hubieron elecciones pero con casi el 60% de abstención y fue así que el pueblo expresó su desconfianza total frente al campo político. Así que el gobierno y el parlamento actual son la expresión de una pequeña minoría de la sociedad de Honduras.
Pero las elecciones han permitido al exterior tener la base legal para empezar con un reconocimiento – porque dicen «hubieron elecciones.» Y por eso, muchos países europeos empezaron a aflojar su resistencia frente al golpe y empezaron de hecho a retomar la cooperación, etc.
Eso, también, crea problemas un poco serios para la Resistencia porque es un apoyo internacional al régimen actual que trata de darle una legitimidad. Menos mal que la mayoría de las veces los países latinoamericanos no aceptan eso y todavía no reconocen a Honduras dentro del OEA, por ejemplo.
En el Cumbre con Europa, la condición fue que Honduras no fuera invitado porque la mayoría de los países latinoamericanos no reconocen la legitimidad política del golpe.
La Comisión de la Verdad es para construir la historia de lo que realmente ha pasado.
TcS: Entonces, ¿qué tan importante, desde su punto de vista, es el establecimiento de la Comisión de Verdad? Y ¿qué papel piensa Usted que va a poder jugar? ¿Cree que podrá, por ejemplo, defender los derechos básicos de la gente que han sido violados constantemente desde el golpe?
FH: Todo va a depender de la manera en cómo la Comisión va a poder trabajar. Porque, evidentemente, el gobierno no está muy a favor [de que la Comisión trabaje]. Va a hacer todo lo posible para impedir un trabajo normal.
Pero, el primer paso, es tratar de construir la historia – ¿qué ha pasado exactamente? – para tratar de dar una información más adecuada sobre lo que pasó con el golpe mismo.
La segunda cosa va a ser actuar sobre la violación de derechos, particularmente individuales, de periodistas, de dirigentes de movimientos sociales – que fueron arrestado o hasta asesinados – y tratar de ver todos estos casos de la manera más objetiva posible para tratar de ver si eso está vinculado con el golpe y de qué manera.
Y la tercera cosa es estudiar el problema de los derechos fundamentales del acceso al desarrollo, del acceso a la tierra, del acceso a la educación, etc., del conjunto de la población de Honduras, justamente porque no se trata solamente de derechos individuales sino de derechos sociales, y de desigualdades sociales que son inscritas en toda la organización colectiva de la sociedad de Honduras. Eso va a ser, me parece el trabajo de la Comisión.
La extensión de la presencia militar en América Latina
TcS: Hay mucha controversia sobre las bases norteamericanos en Colombia pero quizás un poco menos sobre las bases que se han establecido, o que se van a establecer de hecho, en Costa Rica con un acuerdo que acaba de ser comunicado al público. A la vez, hay algo que está pasando de manera casi oculta en Honduras que es la amplificación, la extensión de la presencia militar norteamericano en Honduras. Es como que estuvieran haciendo un cerco alrededor de Nicaragua. ¿Usted tiene una opinión sobre esto en el contexto centroamericano?
FH: Hay varias cosas que podría decir sobre esto. Primero, pienso que las reacciones fueron más fuertes alrededor de las bases en Colombia porque la oposición al régimen colombiano de Uribe era más fuerte y más clara que la oposición al gobierno en Costa Rica. Así también la vinculación internacional de la oposición en Colombia era mucho más grande.
Y por otra parte, era tan claro el asunto en Colombia que, después que se cerró la base de Manta en Ecuador, los Estados Unidos concentraron todas sus bases en Colombia. Y además Colombia es vecino de Venezuela. Todo eso hizo que la opinión mundial fue más alertada sobre ese problema que sobre lo que está pasando en Costa Rica.
El raro discurso del Embajador estadounidense en Tegucigalpa
Por otra parte, lo de Honduras es muy importante también. El año pasado, tres semanas después del golpe estuve en Honduras y fui recibido por el Embajador norteamericano en Honduras. Y muy curiosamente el Embajador, que se llama Hugo Llorens, es cubano de origen, empezó para decirnos que era muy contento de vernos y de ver que llevamos dos o tres de la comisión de derechos humanos «porque este golpe, no lo podemos aceptar.»
Dijo «yo recibí a la señora del Presidente Zelaya, se refugió en mi embajada durante una semana. Hace pocos días también recibí a un periodista de izquierda que se refugió en mi embajada. No podemos aceptar este golpe de estado.»
Entonces, conociendo la historia del personaje – que era adjunto de Negroponte – dijimos «qué raro el discurso.» Él nos dijo, «yo soy diplomático, y por eso tengo que defender el punto de vista de mi país.»
Lo que significa que si es Reagan va a ser de extrema derecha y si es Obama va a ser un poco diferente.
Pero después entendí que había diferencias de opinión en los Estados Unidos entre el Departamento de Estado, el Pentágano y la CIA. Porque el Pentágano y la CIA apoyaban el golpe y la perspectiva del Departamento de Estado era que había sido tonto hacer un golpe cuando, esperando algunos meses para las elecciones de noviembre, el problema se hubiera podido arreglar de manera legal. No estaban en contra del cambio, sino en contra de la manera en que se hizo.
En ese momento no habíamos tocado el tema de la base norteamericana [Palmerola] cuando él nos dijo «¡Aquí tenemos la base norteamericana más grande de toda América Central! ¡Tenemos centenares de soldados listos para intervenir en casos de terremotos, o de ciclones!»
Evidentemente este discurso fue poco creíble. Pero yo pienso que todo esto está dentro de la perspectiva del control del continente. Y también muy ligado con el problema del control de los recursos naturales.
Ha habido un drástico aumento en los gastos militares norteamericanos. En los dos últimos dos años ha habido un aumento de US$100,000 millones. Y esto es muy vinculado con la necesidad de controlar el agotamiento de los recursos naturales y especialmente los recursos energéticos. También, definitivamente, hay un aspecto de controlar los regimenes políticos que traten de emanciparse.
Y eso entra en esta perspectiva. Se hace alianza con los países que son de derecha, prácticamente, y así dividen a América Latina en dos.
Pocas perspectivas de cambio en Europa
TcS: ¿Cómo ve la crisis en Europa? ¿Cree que existen perspectivas de construcción de algún tipo de alternativa fuera del marco establecido del sistema actual?
FH: Creo que debemos ser muy conscientes de que Europa se está construyendo sobre la base de un mercado común. Esta ideología del mercado común ha estado orientando, realmente, todo el desarrollo de la Unión Europea.
Esto se expresa en el tratado constitucional de Lisboa, que es prácticamente la constitución europea. Este tratado fue aprobado, generalmente, por los parlamentos. Solo tres países hicieron un referéndum.
Y en los tres países donde hubo una consulta popular, ¡fue rechazada! Por eso trataron de evitar toda consulta popular en el resto de Europa.
En Europa lo que esta constitución hace es afirmar la orientación de comunidad de mercado, es decir el capitalismo, como base de la construcción europea. Eso es constitucionalmente.
Por otra parte, el tratado, afirma también la importancia de la OTAN como base para la defensa que significa la sumisión de Europa a los Estados Unidos. Esto también está en la propia constitución lo que significa que todavía estamos en una ola neo-liberal que, a pesar de la crisis y de todas las críticas, continúa. Miramos la privatización de los servicios públicos, de los ferrocarriles, de los correos, etc. – de todos los servicios públicos – esto sigue, sigue, sigue.
Por eso, por el momento no podemos esperar mucho de Europa. Todavía la hegemonía del capital es tal que la gente no reacciona. Sí reacciona de manera puntual, hay muchas reacciones en diferentes países pero en puntual. No hay una reacción revolucionaria, no hay una lucha de clases, son reacciones puntuales.
Se desconstruye poco a poco lo que fue la Europa social – el seguro social, las pensiones, los salarios que de hecho se están disminuyendo, la participación de los trabajadores en el ingreso nacional disminuye.
Así que estamos en una situación, para mí, muy bloqueada y no sé hasta cuándo va a durar. ¿Hasta cuándo vamos a aceptar este desmantelamiento de todas esas conquistas sociales del pasado? Yo pienso que [no hay una reacción revolucionaria porque la gente tiene miedo, tienen miedo de perder lo que todavía tienen. Esto provoca una reacción de conservatismo y no de lucha social.
Porque no se habla en bien del gobierno nicaragüense en Europa
TcS: Usted ha estado aquí desde hace cinco días, ha podido ver algo. Muchas de las cosas que están implementando aquí son cosas que importantes sectores de la izquierda en Europa reclaman. Sin embargo, por lo general, hablar bien de Nicaragua en Europa es una receta para la pérdida de influencia política en algunos círculos. ¿Cómo puede explicar eso Usted?
FH: Yo pienso que la actitud de la Europa política está vinculada primero con la concepción general que he descrito que no va a aceptar fácilmente nuevas paradigmas de orientación de los países latinoamericanos. Por eso hay una cierta resistencia a Venezuela, a Ecuador, a Bolívar y evidentemente a Nicaragua.
Por otra parte lo que llaman los valores fundamentales que quieren defender es en parte la democracia y es una democracia definida de manera muy formal. Por eso se ataca fuertemente a Nicaragua diciendo que hubo fraude en las elecciones y por eso Europa no puede aceptarlos y entonces hay que afectar la ayuda directa a la administración estatal.
Toman eso como pretexto precisamente de tener otra actitud frente a Nicaragua sin tener en cuenta los otros aspectos. Tal vez pueden tener razón en parte, pero no sé justamente si se ve el esfuerzo que se hace en Nicaragua ahora para transformar cosas desde el punto de vista social comparado con lo que ha pasado antes con los otros gobiernos.
Se debe de tener en cuenta todo eso. Pero ellos no lo hacen porque ven solamente el aspecto de una democracia formal – que tiene su importancia – pero deberían entrar en un juicio más global, más general.
TcS: Le agradecemos mucho, Padre, por su tiempo.
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